ROCHESTER — Más de dos docenas de maestros de Puerto Rico han sido contratados para trabajar con casi 600 niños matriculados en el Distrito Escolar de la Ciudad de Rochester después del Huracán María.
Mientras que la mayoría de esos estudiantes fueron colocados en programas bilingües e inglés como segundo idioma en todo el distrito, más de 70 asisten a clases en la Academia de Lenguaje y Alfabetización Bilingüe en la Calle Hart No. 30, que fue creada específicamente para prestar servicios a estudiantes desplazados por el huracán, dijo Brenda Pacheco, directora asignada. Más recientemente, directora de la Escuela de Artes, Pacheco supervisa la academia para estudiantes en los grados 1-12 junto con Sandy Jordan, otra directora asignada.
“Cuando nos quedamos sin asientos (en las escuelas del distrito), necesitábamos un lugar para estos estudiantes”, dijo. “Todos los días tenemos un par de estudiantes adicionales”.
Los recién llegados se colocan en la academia, que está programada para permanecer abierta hasta el mes de junio en el espacio propiedad del distrito que también alberga programas para estudiantes suspendidos, estudiantes adultos y desarrollo profesional, dijo. La capacidad de la academia es de 125 estudiantes, dijo ella. Cinco de los estudiantes actualmente matriculados en la academia están en camino de graduarse, y se les permitirá tomar el único examen requerido en español, explicó Pacheco.
Los funcionarios del distrito decidirán después de este año escolar si se continuará la academia en otro espacio, señaló Pacheco.
“Este era un espacio disponible que podía usarse rápidamente”, dijo. “Pero queremos que los niños tengan un entorno escolar”.
El Concejo Bilingüe del distrito espera que el distrito mantenga el modelo de la academia, dijo Gladys Pedraza-Burgos, directora de operaciones de la Liga de Acción Iberoamericana y miembro del concejo.
“Nadie predijo el impacto del huracán y esta gran afluencia de personas “en el distrito”, agregó. “Felicitamos al distrito por su rápida respuesta para tratar de satisfacer todas sus necesidades”.
La creación de la academia fue un paso en la dirección correcta, ya que brinda servicios integrales para los estudiantes y sus familias, por lo cual el concejo e Ibero han estado abogando durante años, agregó.
“Como comunidad, nos gustaría que (la academia) siga siendo un programa “ofrecido por el distrito”, dijo Pedraza-Burgos. “Muchos niños que han venido, especialmente los que han venido de otros países de habla hispana, necesitan esos servicios envolventes importantes para ayudar con los traumas y las transiciones y para trabajar estrechamente con las familias”.
La instrucción en español en la academia es proporcionada por 12 maestros, dijo Pacheco. Personal bilingüe adicional incluye una para-profesional, una trabajadora social y varios voluntarios. Un asistente hogar-escuela visita a las familias que matriculan a sus hijos en la academia para guiarlos en el proceso de la nueva escuela, que incluye una evaluación de las habilidades lingüísticas y si tienen necesidades especiales, dijo Pacheco.
La mitad del personal docente de la academia fue contratada desde Puerto Rico, y los otros son hablantes nativos de otros países de América Latina, dijo.
De las más de dos docenas de maestros de Puerto Rico, muchos se habían familiarizado con el distrito en una feria de reclutamiento en la isla el mayo pasado, dijo Pacheco. El distrito pudo contratarlos inmediatamente, gracias a una exención para la certificación estatal emitida por el departamento de educación del estado de Nueva York después de los huracanes Harvey, Irma y María. Cualquier maestro que se mude al estado de regiones afectadas por huracanes puede enseñar y tendrá entre de dos a cinco años para completar sus requisitos de certificación, dijo Pacheco.
Jonathan Cruz-Colón, maestro de educación especial de Camuy, Puerto Rico, escuchó acerca de las oportunidades en el RCSD de un amigo que había asistido a la feria de reclutamiento, dijo. Cruz-Colón se mudó al área hace dos meses con el amigo, que también fue contratado por el distrito, dijo él.
Después de haber enseñado en Puerto Rico durante más de cuatro años, está agradecido de haber encontrado un trabajo después del Huracán María a pesar del impacto de las bajas temperaturas cuando llegó en diciembre.
“El clima no es muy tropical”, bromeó.
Pero dijo que se adaptará al clima frío después de haber vivido el huracán, durante el cual pasó unas 18 horas atrapado en una habitación con su abuelo, hermana y sobrino.
“Fue fuerte y desesperante”, dijo Cruz-Colón.
“El sonido del viento te recuerda de tantas cosas malas — estár sin agua, sin luz, sin poder comunicarse con la familia”, dijo.
Por eso Cruz-Colón dijo que aprovechó la oportunidad de venir a Rochester. En su nuevo trabajo, dijo que aprecia tener un mentor y que comenzará a tomar clases para mejorar sus habilidades de habla inglesa; él ya entiende bien el lenguaje. Pacheco señaló que todos los maestros nuevos están emparejados con mentores.
“Es una oportunidad de crecimiento”, dijo Cruz-Colón. “Es una experiencia muy enriquecedora y llena de mucho aprendizaje”.