El programa del Distrito Escolar de la Ciudad de Rochester ofrece a los estudiantes un nuevo comienzo

ROCHESTER — La misión del programa All City School (Escuela para toda la Ciudad) es simple: ayudar a los estudiantes de la ciudad a superar con éxito los obstáculos en su camino hacia la graduación de la escuela secundaria.

Los administradores del programa para los estudiantes del Distrito Escolar de la Ciudad de Rochester dicen que les va bien con esa misión, con más de 1,300 estudiantes graduándose desde que se formó el programa hace más de cinco años. El programa actualmente sirve a 305 estudiantes.

All City ofrece a los estudiantes de los grados 10 a 12, que tienen entre 17 y 21 años, la oportunidad de obtener créditos de secundaria y, en algunos casos, incluso graduarse temprano, explicaron el director Armando Ramírez y Susen Hart, la directora de la academia del programa. Los estudiantes recuperan los créditos que faltan completándolos en línea o tomando clases o exámenes que perdieron en su primera ronda en las escuelas secundarias en las que se inscribieron originalmente, dijo Ramírez.

Más recientemente, la escuela fue rebautizada de nuevo como un “lugar para terminar lo que comenzó”, agregó.

Una variedad de factores plantea desafíos para estos estudiantes, incluyendo suspensiones a largo plazo, ausencias crónicas, falta de vivienda, encarcelamiento, tener que trabajar o ser padres jóvenes, dijeron Ramírez y Hart. El treinta y cinco por ciento de los 305 estudiantes en el programa son padres, agregó.

Con demasiada frecuencia, a estos estudiantes también se les dijo que nunca tendrían éxito, comentó Ramírez.

“Les decimos que no los confirmen (negativistas) como que están correctos”, dijo. “Demuestren que están equivocados. Demuestren que a pesar de ellos, lo logré”.

Sin embargo, una vez que terminan, Ramírez y Hart observan que el personal mantiene una relación con los estudiantes, ayudándoles con las conexiones de trabajo, las remisiones y la asistencia para la hoja de vida.

Los estudiantes pueden lograr la graduación a través de planes individualizados que mejor se adaptan a las necesidades de cada estudiante, explicó Ramírez.

Ya que All-City es un programa y no una escuela del distrito, el pequeño equipo de maestros, consejeros, un psicólogo y un trabajador social interactúan personalmente con todos los estudiantes y se aseguran de que se mantengan en buen camino, dijo.

Cada plan comienza con una conversación con el estudiante y un padre, tutor u otro miembro de la familia que se va a comprometer a apoyar al estudiante en casa, comentó.

“Estamos buscando una asociación”, dijo Ramírez.

“No tenemos todas las respuestas. Muchos de nuestros estudiantes luchan con la vida”.

Durante ese proceso de admisión, todos los obstáculos y desafíos en la vida de un estudiante se toman en consideración, dijo Hart.

“A veces, los estudiantes pueden ser traviesos en séptimo u octavo grado y ser etiquetados como un niño malo”, dijo. “Es difícil cambiar las percepciones de las personas. Pero vienen aquí, y el personal solo sabe lo que el alumno les muestra. Les da un nuevo comienzo”.

El programa tiene solo dos reglas, que la mayoría de los estudiantes siguen: no salir con compañeros y no faltarle el respeto a los adultos, dijo Ramírez.

“Nuestro mayor capital es que nuestro personal está dispuesto a trabajar con los estudiantes donde sea que estén y llevarlos hasta donde quieren estar”, dijo.

Los miembros del personal pueden incluso cuidar a un bebé de 11 días durante unos minutos mientras la madre se reúne con los maestros para determinar qué clase de trabajo escolar puede hacer en casa, como fue el caso el 22 de mayo.

Shyasia Ellis, de 18 años, se detuvo en la oficina principal con el bebé mientras su madre cuidaba a su hija de 1 año. Ramírez llama a Ellis una de sus “hijas de la escuela”.

Ella dijo que se le recomendó el programa All City cuando quedó embarazada por segunda vez cuando era estudiante en la Escuela Secundaria Benjamin Franklin. Había dejado de ir a la escuela por un tiempo después de tener su primer hijo, agregó.

“Quiero centrarme en la graduación y salir y comenzar una nueva vida”, dijo. “Yo quiero ir a la universidad.”

All City es el hogar de muchos estudiantes que han tomado decisiones de adultos, por lo que el personal los trata respetuosamente y se les pide el mismo respeto, agregó Ellis.

“Todos son familia”, comentó. “Cuando tienes maestros de tu lado, puedes hacer mucho”.

El programa también encontró el apoyo de su nuevo casero, la Iglesia de los Santos Apóstoles, dijo Ramírez.

El programa, que comenzó en la antigua Escuela Secundaria John Marshall, ahora está ubicado en la antigua Escuela Santos Apóstoles en la Calle Austin No. 2. Los funcionarios del distrito firmaron un contrato de arrendamiento de cinco años en enero y se mudaron al edificio el mismo mes, dijo Ramírez.

Cuando el ex ocupante, Escuela Chárter Vertus, se mudó en 2016, la parroquia oró para que un nuevo inquilino llegara pronto, dijo el padre Tony Mugavero, párroco de Santos Apóstoles.

Unos meses después de cambiar sus oraciones por unas de gratitud y saber que Dios ayudaría, él recibió una llamada del distrito escolar de la ciudad sobre su necesidad de espacio.

“Estamos muy contentos”, dijo el padre Mugavero acerca de aprender sobre el programa All City. “Es un cuerpo estudiantil mayor, y parece que los muchachos están motivados”.

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