Estudiantes aprenden a cuidar de la tierra

Estudiantes en la región de Rochester están aprendiendo las maneras cómo ellos personalmente pueden ayudar a combatir el cambio climático y a la vez enseñar a otros acerca del cuidado de la tierra.

"Es bueno mantener a la Madre Tierra limpia, fresca y oliendo bien", dijo Annah Konie, 9.

Annah es una de los estudiantes de cuarto grado en la Escuela Henry Hudson No. 28 que trabajaron con el personal y voluntarios de Seedfolk City Farm para plantar en los jardines e invernadero de la escuela. Ellos también desarrollaron hábitos de compostaje que compartieron con sus familias.

La educación de los jóvenes que a su vez llevaron el mensaje a sus hogares ayudó a que el reciclaje se convirtiera en algo habitual en muchas escuelas, negocios y hogares en el país. Pero el trabajo continúa, explicó Amber Powers, maestra de inglés como segundo idioma y miembro de la junta de Seedfolk. Ella escribió la solicitud de una subvención de $15,000 para la Escuela No. 28 asociarse con Seedfolk y cubrir el costo de los materiales e instrucción para el programa piloto. El programa también debía servir como la base para un currículo sobre compostaje y reciclaje que ella estaba desarrollando en el verano para poner a la disposición de las escuelas del área, dijo Powers.

Las estadísticas nacionales ilustran la necesidad de tales programas, observaron Powers y otros educadores. La persona promedio genera 4.3 libras de desecho por día, lo cual es 1.6 libras más que lo producido en 1960, de acuerdo a información obtenida por el Centro de Sostenibilidad y Comercio en la Universidad Duke (http://bit.ly/1TaFHdx). Aproximadamente 55 por ciento de 220 millones de toneladas de residuos que se generan cada año en los Estados Unidos termina en uno o más de los más de 3,500 vertederos, encontró el centro.

Erialanys Arroyo, 9, nunca había escuchado del compostaje antes de que el programa piloto comenzara, aunque su familia tiene un jardín en su patio delantero. Ella pensó inicialmente que compostaje significaba reciclaje, dijo. Pero cuando aprendió que significa la recogida de los restos de comida que pueden ser usados como fertilizante para la tierra para ayudar a crecer las cosas, ella fue convencida.

"Uno no está deteriorando a la Madre Tierra", dijo.

Otras escuelas alrededor de la Diócesis de Rochester han adoptado proyectos para cuidar de la tierra y hacer caso al llamado del Papa Francisco en su encíclica "Laudato Si’: Sobre el Cuidado de Nuestro Hogar Común".

Los estudiantes en los grados primarios en la Escuela San Pío Diez en Chili han plantado y hablado de jardinería en el hogar, explicó Lucyann Ormiston, maestra de cuarto grado que ha participado en la transición de la escuela a un nuevo programa de ciencia llamado Ciencia Fusión. El nuevo currículo tiene un enfoque mayor en ecología, dijo.

Los estudiantes en los grados cuarto, quinto y sexto participaron también en un concurso de ensayos con las Hijas Católicas de América, que les pedía escribieran acerca de cómo ellos son buenos administradores de la tierra, dijo Ormiston. Varios estudiantes obtuvieron primer y segundo lugar por sus ensayos sobre el reciclaje, recolección de basura y la reutilización de plásticos y metales, añadió.

"(El concurso) también está vinculado con nuestro programa de religión", dijo. "Dios nos dio esta creación. Es nuestra responsabilidad cuidar de la misma (tierra)".

Reusar y reciclar fue también el enfoque del programa en la clase de cuarto grado de Danielle Watts en la Escuela San Francisco-San Esteban en Geneva. Ella difunde este mensaje durante todo el año escolar, dijo, y los niños discuten las maneras para usar los materiales en lugar de tirarlos a la basura.

Ella también mencionó la encíclica del Papa en la clase en términos generales, dijo.

"Hablamos acerca de cómo Dios creó la tierra para nosotros", dijo Watts. "Es nuestra responsabilidad ser buenos ciudadanos y cuidar de la misma".

Al acercarse el Día de la Tierra este año, la clase de Watts leyó el libro The Lorax de Dr. Seuss y vieron la película, dijo. Después de ver en línea videos de vertederos y plantas de reciclaje, ellos recolectaron materiales reciclables de sus hogares tales como plásticos, metales, vidrio y papel, dijo.

Ellos clasificaron la colección y empezaron a hacer robots usando los materiales, dijo Watts. Los estudiantes trabajaron en pares y diseñaron un robot que hizo tareas tales como limpiar el aire o clasificar la basura para cosas que podían ser recicladas.

"Ellos estaban realmente inspirados", dijo Watt. "Y fue una buena manera para nosotros hablar acerca de cómo podemos cuidar de la tierra".

En la Escuela Secundaria Notre Dame en Elmira, la clase de Honor Ciencia del Medio Ambiente terminó el año con un proyecto relacionado con la encíclica del Papa, explicó el maestro Michael Sherman en un correo electrónico. En el tablón de anuncios principal de la escuela, los estudiantes crearon un collage de láminas del libro Climate Refugees. En el centro del collage, los estudiantes colocaron algunos de los pasajes de la encíclica que ellos consideraron como los más significativos, añadió Sherman. Brooks Givens dijo que los estudiantes tuvieron una votación sobre cuáles pasajes serían incluidos con imágenes de los libros que habían leído, que incluyeron Raising Elijah (La crianza de Elijah) escrito por la profesora del Colegio Ithaca y activista climática Sarah Steingraber, añadió él.

Givens y la compañera de clase, Ana Coulibaly, dijeron que no habían leído la encíclica antes de tomar la clase de Sherman.

"La postura del Papa respecto al cambio climático no me sorprendió ya que tenía conocimiento previo de su compromiso con la reforma ambiental", agregó Givens. "Sin embargo, la lectura de la encíclica me hizo entender realmente cuán profundamente el Papa se preocupa y valora el mundo en que vivimos".

El proyecto hizo que ambos estudiantes entendieran el papel que los jóvenes deben jugar en el cuidado de la tierra para mejorar las condiciones climáticas, dijeron.

"Las cosas pequeñas que podemos hacer como individuos, tales como reducir nuestro consumo de carne, tomar duchas más cortas (y) frías y comprar productos ecológicos pueden hacer una gran diferencia en el mundo de hoy y el de mañana", dijo Coulibaly.

"Mi opinión sobre el medio ambiente cambió mucho durante el año pasado debido a la clase" añadió Givens. "El Sr. Sherman, uno de los mejores maestros que he tenido, nos presentó una gran cantidad de datos y luego nos dejó discutirlos y llegar a nuestras propias opiniones. … Vamos en una dirección muy oscura, pero no hemos llegado al punto de no retorno, todavía podemos cambiar nuestro curso, y creo que el Papa cree lo mismo también".

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