First-grader Jayla Simms laughs while Rochester police officer Jim Perry jokes about putting mismatching caps on her markers Oct. 31 at School 36, Henry W. Longfellow School. Perry, who patrols on the west side of Rochester, spends time with first graders once a week as part of Generation Two mentoring. This is Perry's second year volunteering with the program. First-grader Jayla Simms laughs while Rochester police officer Jim Perry jokes about putting mismatching caps on her markers Oct. 31 at School 36, Henry W. Longfellow School. Perry, who patrols on the west side of Rochester, spends time with first graders once a week as part of Generation Two mentoring. This is Perry's second year volunteering with the program.

Programa promueve relaciones para ayudar a aprender

ROCHESTER — El salón pasó de un murmullo de conversaciones a un torbellino de actividades en pocos segundos.

Así comenzó otro día en el programa de Generación Dos en la Escuela Núm. 36 Henry Longfellow con voluntarios adultos trabajando uno a uno con los alumnos de primer grado.

El año pasado, el programa les dio la bienvenida a nuevos voluntarios del Departamento de la Policía de Rochester. Los oficiales estaban vestidos inicialmente de civiles para que los estudiantes de escuela primaria los pudieran conocer como personas primero y como policías luego, explicó Inger Williams, coordinadora del programa en la Escuela 36.

Algunos de los oficiales, tal como Amy Bauer, que estaba trabajando de voluntaria el 31 de octubre, siguieron con ese método este año. Bauer dijo que ella empezará a venir a la escuela en uniforme después de ser emparejada con los mismos estudiante por cierto tiempo. .

Williams dijo que a los niños les encanta tener a una oficial como amiga.

"Es una buena relación", dijo ella.

Uno de los estudiantes que probablemente seguirá trabajando con Bauer este año es Sabrina Pagan. Cuando ella vio a Bauer, Sabrina caminó hacia un estante de libros que tiene proyectos sin terminar de la semana anterior y llevó uno a una mesa de trabajo. Denali Castro se unió al par y abrió una caja de bloques de colores y también trajo un juego de "Adivina Quien".

Denali dijo que es divertido jugar con Bauer.

"Hacemos cosas divertidas", dijo ella. "A mí me gusta construir… Ella es divertida y nos deja hacer cosas que nos gustan".

Dejar que los niños estén a cargo de sus tiempos de juego durante el día escolar es uno de los elementos fundamentales del programa, explicó el Dr. Bruce Gilberg, que creó Generación Dos hace más de una década como su trabajo postdoctoral en la Escuela Kennedy de Gobierno en la Universidad de Harvard. Gilberg es un psicólogo clínico de niños.

"El juego es la piedra principal de su capacidad y habilidad investigativa", les dijo él a los voluntarios durante una sesión de entrenamiento el 31 de octubre. "Es experimental, impredecible y divertido. La idea del juego es para que los niños usen objetos para expresar sus fantasías, su interpretación de lo que el mundo significa".

Además, al dejar que el niño tome la iniciativa a medida que juegan, el adulto está ayudando al niño a tener confianza en él, añadió él.

"Creemos que la relación entre dos seres humanos es la base de aprender", dijo él. "Eso es de lo que trata G2".

Para el observador exterior es obvio que a los niños les encantan sus sesiones "G2"

Después de haber pasado media hora durante la sesión de la tarde del 31 de octubre, Williams se puso de pie y dijo "¿Adivinen que?" y los niños gritaron "No lo diga". Pero ella les dijo que era el momento de guardar las cosas. Y casi tan rápido como el torbellino de energía empezó, se terminó y el cuarto volvió a estar en silencio, mientras los voluntarios estaban sentados y esperaban al próximo grupo de alumnos.

Proveer un lugar donde los niños puedan gastar sus energías y tener la total atención de un adulto también ayuda a que el programa G2 siga expandiéndose, dijo Gilberg.

Él les habló sobre el programa a los superintendentes del área hace 11 años y el distrito escolar de Fairport inmediatamente lo adoptó. Dos años más tarde, Rochester lo adoptó para la Escuela 36. En la actualidad, mentores de Generación Dos trabajan con alumnos de los grados primarios en cuatro escuelas elementales de la ciudad y cuatro escuelas elementales de Fairport.

El año pasado, oficiales del Departamento de la Policía de Rochester se unieron al programa como voluntarios después de que Gilberg habló con el Jefe de la Policía James Sheppard. El Jefe anunció recientemente que se retirará a finales de año.

"Me dirigí al Jefe y le pregunté: ¿Qué tal le parece si sus oficiales se toman el tiempo de conocer a los muchachos antes de arrestarlos? Lo pensó por unos momentos y estuvo de acuerdo. El trabajo de la policía en la comunidad tiene como piedras fundamentales lo que ponemos en práctica en G2: respeto mutuo y empatía".

Lograr tener confianza y asociaciones con la generación más joven de la ciudad es uno de los puntos focales del tema "trabajar con espíritu de servicio" del departamento, explicó la sargenta Elena Correia, portavoz del departamento.

"Siempre que uno pueda relacionarse con los niños a tan tierna edad y hacer contactos positivos, puede tener efectos duraderos en el futuro", dijo ella.

Eso incluye mostrarles a los niños que ellos también pueden convertirse en policías en el futuro, dijo Melinda Mroz, directora del programa G2, quien recuerda a una niña que pensaba que los oficiales solo podían ser hombres hasta que conoció a una de las oficialas voluntarias.

"Los muchachos con los que estamos trabajando son de una edad en la que ya pueden tomar decisiones propias sobre las personas basándose en sus propias experiencias en la escuela pero a la vez no son tan grandes como para sucumbir ante la presión de sus pares, ni creen lo que sus amigos les dicen sobre las personas", añadió Mroz.

El programa también les muestra a los niños "el aspecto humano" de los oficiales, lo que los ayuda a comprender que la policía trata de proveer seguridad a sus barrios, dijo Correia.

"Lo que ven y oyen provenir de terceros puede ser completamente diferente de sus interacciones de uno en uno", dijo ella. "Con Generación Dos uno puede humanizar la relación y los alumnos pueden ver a los oficiales de la policía bajo otra luz, construir relaciones y cambiar percepciones".

Cambiar las percepciones también se aplica a los oficiales, ya que algunos más se ofrecieron este año pasando de 12 a un total de 16, dijo Correia

"Nosotros también podemos ser cínicos, pero es tan agradable sentarse e interactuar con estos muchachos y divertirse con ellos", dijo ella.

Durante una de las sesiones de media hora en Halloween, Bauer ayudó a Ti’mera Butler a quitar con cuidado el respaldo de papeles adhesivos mientras las dos decoraban un fantasma blanco gigante con esqueletos y gatos negros. Una de las voluntarias iniciales del departamento, Bauer volvió a trabajar con los niños este otoño, dijo ella.

"Me gusta trabajar con los niños", dijo ella. "Me gustan cuando son pequeños y no están muy influenciados por los muchachos mayores con los cuales tenemos que lidiar a diario… antes de que el mundo exterior influya mucho en ellos".

La falta de una percepción negativa de la policía es evidente en la manera como los muchachos saludan entusiasmadamente al oficial Jim Perry, que también se ofreció de voluntario (por un segundo año), y vino en uniforme. Pero él se acuerda del día que vino en uniforme el año pasado después de haber estado viniendo de civil, dijo Perry.

"Sus reacciones fueron muy agradables, dijo él. "Vinieron a la puerta y dijeron: "Oh, la policía", con grandes sonrisas. "Da mucha satisfacción ver sus caras cuando vienen a la puerta. Estoy contento de estar aquí".

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