PITTSFORD – Dos islas y dos botes — ¿Y nunca se encontrarán?
Cuando se habla del debate sobre la inmigración que divide a este país, explicó la Hermana del Corazón Inmaculado de María Nancy Sylvester, parece que los dos partes representadas por la imagen de los botes, nunca se acercarán.
"Lo que estamos tratando de hacer es montarnos en un bote y tratar de dirigirnos hacia el otro" dijo la Hermana Sylvester, que habló durante el seminario del 17 y 18 de septiembre, titulado "Confrontando el Dilema de la Inmigración", presentado por las Hermanas de San José en la Escuela San Bernardo de Teología y Ministerio. "Es el inicio de una conversación".
Geológicamente, las aguas que se hallan bajo esos botes, los océanos, están interconectadas y las personas de todas las religiones, profesiones y condiciones sociales necesitan que se les recuerde eso para que verdaderamente empiecen a escuchar la opinión de los demás. Ella observó que cuando una persona hace esa conexión, puede empezar a escuchar y a hablar con un corazón compasivo, lo que es el foco del seminario.
"En el centro de nuestra fe… está la unidad", dijo ella. "Somos uno".
Porque ella aprende visualmente, la imagen del bote atrajo a la Hermana de San José Lorraine Julien. Ella dijo que la imagen de las islas la ayudó a entender lo que los participantes al seminario esperan poder lograr cuando vuelvan a sus comunidades.
"Ver a los dos botes acercarse lo suficiente para que los viajeros se puedan ver las caras… y así podremos ser respetuosos y escucharnos mutuamente", dijo ella.
Una manera como los participantes aprendieron a escuchar y a ser respetuosos fue tomando la personalidad de un personaje ficticio durante un ejercicio de grupo. La Hermana de San Francisco Bea Leising, de Búfalo, representó a un corredor de bolsa ítaloamericano que veía a los inmigrantes como una carga para la sociedad.
"Me alegré cuando abandoné al personaje", dijo ella del corredor. "Pero me ayudó a ver el panorama desde el punto de vista de los que piensan diferente (que yo) y a ver cuáles son sus razones.
La única manera de confrontar el dilema de la inmigración es comprender a la otra parte, especialmente a aquellas personas que a menudo lucen como nosotros pero que tienen opiniones muy diferentes, dijo la Hermana Julien.
"Es una manera de destrabarse", dijo ella.
Cuan complicada se ha vuelto la cuestión fue demostrado cuando la Hermana Sylvester le pidió a la audiencia de casi cuarenta participantes que la describieran, y las respuestas llenaron siete columnas de dos grandes pizarrones en el salón.
"Uno se da cuenta de la profundidad del tema cuando uno menciona la palabra dilema, dijo ella señalando hacia las respuestas. "La gente viene a la mesa con lo que necesita y con lo que piensa que debe ocurrir en su propia isla".
La Hermana Sylvester es la fundadora y directora ejecutiva del Instituto para Diálogo y Contemplación Comunitaria, que está basado en Detroit. Por medio del mismo, ella desarrolló el seminario sobre la inmigración en conjunción con NETWORK, una organización católica de justicia social de Washington, D.C. Ella trabajó con NETWORK de 1977 a 1992, y sirvió por 10 años como su coordinadora nacional. El seminario celebrado en Rochester es solamente la tercera vez que ella lo presenta desde que lo creó hace unos años.
"La razón por la que desarrollé este programa… es que el enfoque actual que se da a la inmigración es inadecuado y el debate está caracterizado por estereotipos y promueve la polarización", dijo ella. "Necesitamos encontrar una nueva manera de cambiar el curso del público. Este proceso confronta las complejidades del tema por medio de un proceso que invita a la apertura hacia múltiples perspectivas y llega a la profundidad de la espiritualidad de uno para enfocar el tema de una manera diferente".
Para llegar a escuchar compasivamente a una persona con una perspectiva opuesta, la Hermana Sylvester les dijo a los participantes que la persona necesita tres disposiciones del corazón y de actitud.
El corazón de la persona debe ser blando, grande y acogedor "para que uno pueda conmoverse por los sentimiento del otro" añadió ella. Esas disposiciones ayudan a crear las actitudes de apertura, atención y hospitalidad, que uno necesita para identificarse con las experiencias del otro.
"Ser abiertos para comprender los propios prejuicios", explicó la Hermana Sylvester. "Una vez que uno reconoce eso, no nos controla más".
Una vez que una persona ha desarrollado esas nuevas actitudes y disposiciones, ocurrirá un cambio en su manera de tratar a las personas que tengan opiniones contrarias, ella añadió. Ese cambio incluye ser más paciente, hacer preguntas, no hacer suposiciones y mantenerse en el momento presente.
"Aminorar el ritmo de una reunión o de una conversación, de manera que uno pueda escuchar a la persona hasta el final", explicó la Hermana Sylvester. "En vez de opinar o reaccionar mal cuando alguien dice algo con lo que uno no esté de acuerdo, haga una pregunta.. No reaccione de la misma manera que ha hecho por años a no ser que haya examinado esos sentimientos y pensamientos y haya comprobado que aún piensa de esa manera".
Cuando uno llega al punto de prestar realmente atención a lo que la persona dice, en vez de preparar una respuesta sin escuchar verdaderamente lo que le están diciendo, entonces uno puede dar muestras de hospitalidad al mensaje de la persona, comentó ella.
La Hermana Sylvester reconoció que esas estrategias no funcionarán probablemente con personas que tengan opiniones extremas sobre el tema de la inmigración. Pero estos métodos de dialogar tienen por fin obtener el apoyo de personas que sienten que están en un dilema. Cambios de actitud quizás ayuden a luchar contra la inercia de la reforma legislativa, comentó ella.
"Mientras más tratemos a la gente con un corazón compasivo, más cambiaremos las cosas", dijo ella.
Ami Kadar, que trabaja con la organización de trabajadores del campo Centro Independiente de Trabajadores Agrícolas (CITA), dijo que da muchas frustración cuando uno tiene que luchar contra la retórica anti-inmigrante que ve en tantos sitios web, y que encontró útiles algunos de los medios que la Hermana Sylvester recomendó. A ella le gustaría, sin embargo, que más personas con opiniones extremistas fueran a seminarios como este.
Como activista, Kadar dice que ella todavía tiene la esperanza que el Congreso tome acción este otoño con respecto al Proyecto de ley DREAM. Esa legislación, que ha sido unida a una ley sobre defensa nacional, trata de la difícil situación de unos 1.5 millones de inmigrantes indocumentados jóvenes, que han crecido en los Estados Unidos y que desean ir a la universidad y obtener empleo legal. La ley les ofrece a los actuales, antiguos y futuros graduados de enseñanza secundaria y de GED indocumentados un paso a la ciudadanía por medio de la universidad y del servicio militar, según www.immigrationpolicy.org/just-facts/dream-act#do.
"Si les dan a estos estudiantes una oportunidad, ellos podrían contribuir a la economía y ser un beneficio real", dijo Kadar.
Los participantes al seminario encontraron las sesiones útiles para hacer conexiones con otros grupos. Algunos participantes han decidido seguir trabajando para lograr las metas identificadas durante los ejercicios. Entre ellas, obtener informaciones correctas ofrecidas por los medios de comunicación, y organizar reuniones de la comunidad para representar ambas partes del tema de la inmigración.
Theresa May, que es una asociada de las Hermanas de San José, dijo que el seminario ofreció un proceso para cambiar uno mismo como medio de influenciar a los demás.
"Lo bueno de esto es que ahora tenemos la energía para transformar", concluyó ella.
NOTA DE LA REDACCIÓN: Para más informaciones sobre el Intituto para Dialogo y Contemplación Comunitaria, favor de visitar www.engagingimpasse.org