A principios del siglo 20, la Iglesia de la Anunciación, ahora un lugar de culto de la Parroquia Santa Francisca Xavier Cabrini, fue una iglesia misionera floreciente de la comunidad italiana-americana en Rochester.
La comunidad de la parroquia — que ha quedado muy unida y firme en la fe por décadas de cambios — celebrará el aniversario 100º de la Anunciación con una Misa celebrada por el Obispo Salvatore R. Matano y una recepción. Para acomodar la gran multitud que se espera, el evento tendrá lugar a las 4:15 p.m. el 11 de noviembre en la Iglesia de San Ambrosio, Avenida Empire No. 25, Rochester.
Las Misas para los parroquianos de Anunciación se celebraron por primera vez en el 1914 comenzando con la fiesta de la Anunciación el 25 de marzo de aquel año, explicó el Padre Robert Werth, co-párroco de Santa Francisca Xavier Cabrini. Las liturgias tuvieron lugar en una casa que permanece adyacente al edificio de la iglesia actual en la Calle Norton No. 1754, dijo él.
En el 1917 se construyó una capilla en el sótano para acomodar a la creciente comunidad de la parroquia y sirvió como una iglesia misionera para la cercana Parroquia de Nuestra Señora de Monte Carmelo, dijo el feligrés Jim Johnston, que está escribiendo el folleto de la historia para la celebración del aniversario.
“Ya que estaba por la mayor parte subterránea, la capilla comenzó a ser conocida como la ‘Iglesia de ‘Catacumba’”, según la información en una historia anterior de la parroquia, dijo el Padre Werth.
Rose Giovine nació en la casa donde primeramente se celebraron las Misas. Ella dijo que fue bautizada en la iglesia, al igual que todos sus hijos y todas las bodas de la familia fueron celebradas allí también.
“He estado allí toda mi vida al igual que toda mi familia”, dijo ella de sus lazos con la iglesia.
La feligresa de toda la vida de Anunciación, Sharon Rivaldo, recuerda cuando las Misas fueron celebradas en la capilla en el sótano y también en el piso principal cuando se añadió un tope de madera a la capilla en el 1923.
“Fue una parroquia grande”, dijo. “La iglesia estaba llena y los niños se sentaban en la escalera”.
La Anunciación evolucionó de su condición misionera a parroquia cuando fue oficialmente incorporada y dedicada en el 1946. En el 1958 se añadió una iglesia que sirvió la comunidad hasta su cierre en el 1989. En el 1967, se construyó una iglesia nueva al otro lado de la calle del edificio original de la iglesia misionera que fue dedicada en honor del 50o aniversario de la parroquia.
“La meta del Monseñor (Albert) Simonetti fue construir la escuela y la nueva iglesia para acomodar a todo el mundo”, dijo Rivaldo refiriéndose al párroco de la Anunciación en aquel tiempo. “Cuando construyeron la nueva iglesia todo el mundo en la parroquia, todas familias, donaron dinero para construirla”.
Décadas más tarde, la disminución de la asistencia a la misa y la agrupación de las parroquias en la ciudad, condujeron a que la comunidad vendiera el edificio y se mudara de nuevo al otro lado de la calle a su ubicación original, dijo Johnston.
“Ellos habían estado usándola como un centro de la comunidad”, añadió él de la iglesia actual. “Es algo genial que ellos no se deshicieron de aquel edificio de manera que pueden usarlo”.
La mudanza al edificio original requirió algunas renovaciones, incluyendo la adición de bancos que fueron reutilizados de la previa Iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia en Greece, dijo el padre Werth. Los bancos fueron demasiado largos, añadió él, de manera que contrataron a carpinteros Amish que los cortaron por la mitad y fabricaron nuevos extremos.
Fue en este edificio que Giovine creyó que había visto un milagro. Ella dijo que cuando era niña, ella y una amiga vieron lo que creyeron eran lágrimas en una estatua de María, solo para encontrar que la humedad fue actualmente gotas de lluvia de un techo en necesidad de reparación.
“Creíamos que la Santa Virgen estaba llorando”, dijo Giovine con una sonrisa.
Memorias como éstas han sostenido a la comunidad durante las dificultades de abandonar la escuela y el edificio más grande de la iglesia, dijeron Giovine y Rivaldo, cuyos cuatro hijos asistieron a la escuela.
“(La iglesia) no es para los edificios, pero es para la gente”, dijo Rivaldo. “Hay una increíble comunidad basada en la fe en esta parroquia. … Todos nosotros nos cuidamos unos a otros”.
Giovine dijo que muchos parroquianos comparten el mismo trasfondo, creciendo en el vecindario con abuelos o padres que se mudaron a Rochester como inmigrantes italianos. Rivaldo, que supervisa un grupo de envejecidos en la parroquia, dijo que aproximadamente la mayoría de los miembros viven todavía en el vecindario. Su familia ha estado participado en la vida de la parroquia desde el primer día observó ella habiendo coordinando festivales, recaudaciones de fondos y más.
“Esta hebra común entre la gente los ha mantenido juntos: Todos tenían la misma religión, educación similar y compartieron los mismos valores y cultura”, comentó Giovine. “Todo el mundo está tan dedicado a nuestra iglesia. Fuimos con la corriente. La mayoría se quedó con nosotros en tiempos buenos y malos.