ROCHESTER — Las hermanas Dorothy Mary, Blanche y Florence Leising estaban de pie sonriendo en frente de la congregación en la Iglesia Santos Apóstoles mientras el Padre Tony Mugavero las bendecía.
"Rogamos para que ellas sigan siendo bendecidas con cosas buenas; concédeles buena salud de cuerpo, mente y espíritu mientras disfrutan de los días venideros", rezó el Padre Mugavero durante la Misa el 19 de julio. "Que estas hermanas sepan lo agradecidos que estamos por todo lo que han hecho por nosotros aquí…animando a todos nosotros para que realmente nos acerquemos más al Señor".
Las tres Hermanas Escolares de Notre Dame, que también son hermanas biológicas, recibieron aplauso de cientos de feligreses mientras se despedían. La familia Leising también incluye dos hermanos que sirvieron como sacerdotes y un sobrino que es sacerdote y sirve en Alaska. Los Padres William y Edmund Leising, fallecidos, sirvieron en el extranjero.
"Esa es una familia poderosa", comentó el Padre Mugavero.
La Hermana Dorothy Mary, 91, ha trabajado en la parroquia por más de 25 años, comentó él. La Hermana Blanche, 89, trabajó junto a ella por la mayoría de esos años. Las dos se unirán a su hermana, la Hermana Florence, en una comunidad de retiro en Connecticut.
La Hermana Blanche dijo que sus padres dieron a la familia un ejemplo maravilloso de vivir su fe.
"Eran muy devotos", dijo. "La iglesia significó mucho para ellos en sus vidas".
Además de visitar a los enfermos, las dos hermanas crearon un ministerio de alimentos donde ellas recolectaban comida y la llevaban a familias necesitadas en el vecindario, explicó la Hermana Blanche.
Ese trabajo en la parroquia fue muy gratificante para ellas, dijo la Hermana Dorothy Mary, que además ha sido maestra por 45 años.
"Amé lo que hice", dijo, especialmente servir a los feligreses o a los miembros de sus familias que estaban enfermos. "Ellos estaban felices de recibir al Señor. Fue un placer estar con ellos".
Mary Spaziano, que ha sido feligresa de los Santos Apóstoles por 77 años, dijo estar siempre muy agradecida por el tiempo cuando la Hermana Dorothy Mary vino a visitar a un pariente enfermo como parte de su ministerio para los enfermos.
"Estamos muy agradecidos", dijo. "Eran muy amorosas y dedicadas a la iglesia. Las quiero a las dos. Me entristece mucho verlas partir".
Fue durante una de sus visitas a los enfermos, recuerda la Hermana Dorothy Mary, que ella preguntó a una madre si tenía suficiente pan y leche. Cuando la mujer respondió que quizás la tendría si la hija lo traía, la Hermana Dorothy Mary dijo que supo que tenía que actuar.
Empezó a ir a la tienda y a traer comida a las personas que ella sabía la necesitaban. Pero ella no tenía los recursos para seguir haciéndolo, explicó.
"Me dije, ‘¿Cómo puedo ayudar a estas personas?’ ", dijo.
Así que ella fue a Wegmans con un boletín y preguntó si podían donar pan del día anterior, lo cual ellos hicieron y siguen haciendo, dijo. Cada jueves, unos pocos voluntarios ayudan a recoger el pan, lo ordenan y lo entregan a las casas, dijo la Hermana Dorothy Mary.
El Padre Mugavero continuará el trabajo que ella empezó hace varios años.
"Es trabajo arduo", dijo ella. "Espero que él tenga alguna ayuda".
La dedicación incansable de las hermanas a la comunidad inspiraba, observaron varios feligreses después de la Misa el 19 de julio. Las hermanas intercambiaron abrazos y besos con los feligreses por casi una hora cuando ellos les prodigaron con regales y tarjetas; ese proceso fue repetido después de la Misa en español.
"No importaba lo ocupadas que estuvieran, siempre encontraban tiempo para ayudar a la próxima persona necesitada", dijo la feligresa Lena DelMonache.
Bruni Martínez, coordinadora del ministerio urbano y miembro del coro para la Misa en español, dijo que las mujeres no solamente prestaban atención a la comunidad latina sino que también eran cálidas, amigables y sinceras.
"Ella no tenía edad", dijo de la Hermana Dorothy Mary Leising. "Era un ejemplo para todas las familias".
La Hermana Dorothy Mary dijo estar impresionada también con la fe de los feligreses de los Santos Apóstoles.
"Ellos apoyaban todo lo que hacíamos", dijo.
Las hermanas Leising sirvieron como "buenas pastoras" de la comunidad de los Santos Apóstoles, dijo el Padre Mugavero en su homilía.
"Tantas veces nos han guiado hacia esas aguas tranquilas que tanto necesitábamos; nos han orientado cuando no sabíamos qué rumbo tomar y nos han dado la valentía, fortaleza y sanación al ungirnos con su presencia cuando más lo necesitábamos", dijo. "Como buenos pastores, nos han llamado por nuestro nombre y nos han dirigido para acercarnos más al Señor … a través de la oración, haciendo incontables actos de servicio, retándonos, animándonos, amándonos y estando siempre presente para nosotros".