ROCHESTER — El fin de semana del Día de los Padres tuvo un comienzo especial el 20 de junio, con tres hombres asumiendo el título de Padre — en sentido sacerdotal — en la Catedral del Sagrado Corazón.
Ahora con muchos años de preparación tras ellos, los Padres Michael Fowler, Matthew Jones y Carlos Sánchez están todos de acuerdo que su nueva designación suena y se siente muy bien.
"Es indescriptible", dijo el Padre Fowler poco después de que su Misa de ordenación terminara.
"Impresionante", dijo el Padre Jones. "No tenía un modo para predecir cómo esto se sentiría".
"Siento la alegría de Jesucristo en mi vida", añadió el Padre Sánchez.
El trío fue ordenado por el Obispo Salvatore R. Matano frente a la Catedral que estaba casi llena. Observando que el Día de los Padres sería el próximo día, el obispo comparó los padres sacerdotales con los padres biológicos, diciendo que "el padre bueno siempre está presente para su familia" a la vez que decía a los recién ordenados sacerdotes que "la iglesia es su esposa y de hecho, al igual que en el matrimonio, los dos se convierten en uno".
El Padre Fowler, oriundo de las parroquias de la Santísima Trinidad/San Patricio en el condado de Tioga, actualmente es padre y abuelo, habiendo estado casado. Ahora que ha ingresado oficialmente al sacerdocio, el Padre Fowler dijo que está asombrado al darse cuenta de que "mi familia ha crecido a cientos, incluso miles, de personas espiritualmente".
Él, Padre Jones y Padre Sánchez recibieron dos rondas de aplausos durante la Misa de ordenación de dos horas y media. La primera fue después de que los candidatos fueran presentados para empezar el Rito de Ordenación; la segunda ocurrió hacia el final de la liturgia, cuando el Obispo Matano señaló la congregación y les dijo a los nuevos sacerdotes, "Ahí está su familia. Sírvanla bien".
El Padre Sánchez, oriundo de Medellín, Colombia, dijo que el momento personal más alto ocurrió cuando estaba prostrado durante la Letanía de los Santos.
"Uno realmente sentía la presencia de Dios", dijo.
El Padre Jones, mientras tanto, dijo que estuvo extremadamente emocionado cuando el Obispo Matano hacia el final de la Misa pidió un momento de silencio, luego se arrodilló para recibir, a cambio de dar, una bendición de parte de los recién ordenados sacerdotes. El Padre Jones, que viene de la Parroquia Santa María Southside en Elmira, describió el gesto de humildad del obispo como "increíble".
Otros aspectos destacados de la liturgia incluyeron varias partes cantadas en latín por el coro diocesano, compuesto de músicos de varias parroquias; la presencia de varias docenas de sacerdotes y diáconos y la asistencia de numerosos miembros de las familias y amigos de los nuevos sacerdotes – incluyendo el papá y la hermana del Padre Sánchez, que viajaron desde Colombia.
Quizás el único aspecto sombrío fue la ausencia del Diácono Daniel Ruiz, que iba a ser ordenado el 20 de junio pero fue llamado para ir a su casa en Colombia porque su mamá estaba gravemente enferma. El Diácono Ruiz será ordenado por el Obispo Matano a su regreso a la Diócesis de Rochester, en una fecha a ser determinada.
"Rogamos por su retorno seguro y con júbilo anticipamos su ordenación al sacerdocio", dijo el Obispo Matano al comienzo de la Misa.
Siguiendo la ordenación, el Diácono Ruiz será el vicario parroquial en la Parroquia San Benedicto en Canandaigua y de East Bloomfield. Respecto a sus compañeros de clase, el Padre Fowler ahora empieza como vicario parroquial en la Parroquia Santa Agnes, Avon; San Pablo de la Cruz, Honeoye Falls y Santa Rosa, Lima, al igual que ministro sacramental en el Monroe Community College. El Padre Jones es el nuevo vicario parroquial en Santísimo Sacramento, San Bonifacio y Santa María en Rochester y el Padre Sánchez ha sido asignado como vicario parroquial en Paz de Cristo, Rochester.
El Obispo Matano dijo a los tres hombres durante su homilía que "de ahora en adelante ustedes serán llamados Padre — no como un título de derechos, sino un título de sacrificio y servicio".
"Seguramente, mis hermanos, los retos por delante son reales y serios", añadió el Obispo Matano, señalando que en esta época las personas que proclaman las enseñanzas de Cristo a menudo se enfrentan al rechazo, indiferencia, crítica e intentos de represión. Pero el Obispo les animó para que siguieran hablando la verdad y a "crecer más fuerte cada día en unión con Jesucristo" a la vez de poseer "el deseo ardiente de amar a Jesús como él nos amó".
"No rehúyan el título (de Padre) y nunca rehúyan la responsabilidad que el mismo conlleva", enfatizó el obispo.
A pesar de las posibles pruebas que la vida sacerdotal involucra, el Obispo Matano concluyó la homilía afirmando su gran gozo de ser sacerdote.
"Después de vivir esta vida por casi 44 años, no hay otra vocación que yo habría escogido", dijo a los Padres Fowler, Jones y Sánchez. "El sacerdocio es mi vida. Ruego para que siempre sea su vida".