Dos hombres serán ordenados sacerdotes

Dos hombres que serán ordenados el próximo mes tomaron diferentes caminos en su jornada al sacerdocio.

El Diácono Sergio Chávez fue uno de los primeros seminaristas que se mudara a Rochester desde su país natal Colombia como parte de una iniciativa para aumentar las filas de los sacerdotes diocesanos en general, pero específicamente para atender las necesidades espirituales de la creciente población latina en la diócesis.

El Diácono Peter Van Lieshout, que creció en Livonia, tuvo la idea de convertirse en sacerdote cuando escuchaba una homilía del Papa Juan Pablo II en el Día de la Juventud en Toronto en el 2002. Sin embargo, el no ingresó al seminario hasta que se graduó de la Universidad Franciscana en Steubenville seis años más tarde.

Al acercarse el momento de sus ordenaciones, ambos hombres dicen estar llenos de gratitud y humildad.

"Nací para ser sacerdote, y ahora el momento está casi aquí. Es una sensación de realización, felicidad y alegría", escribió el Diácono Chávez en un e-mail desde Washington D.C., donde está terminando sus estudios en el Colegio Teológico de la Universidad Católica de América. "Cada vez que pienso sobre el momento de mi ordenación, la gracia de Dios llena mi corazón con alegría que no puede ser definida en palabras humanas. Sin embrago, uno de los sentimientos más preciados que atesoro en mi corazón es mi gratitud hacia aquellos que trabajaron fuerte junto conmigo para que esto fuera posible".

"Las obligaciones adicionales de la función sacerdotal no deben tomarse a la ligera, y estoy muy consciente de la seriedad con la que debo prepararme para las responsabilidades que tendré", escribió el Diácono Van Lieshout en un e-mail desde Roma, Italia, donde está terminando sus estudios en el Colegio Norteamericano. "Me acerco a mi ordenación al sacerdocio con emoción real, pero mezclada con cierta reserva santa, dado la enorme tarea por delante de cuidar de las almas".

Los dos hombres, que fueron seminaristas bajo el Obispo Emérito Matthew H. Clark, serán ordenados a las 10:30 a.m. el 21 de junio en la Catedral del Sagrado Corazón por el Obispo Salvatore R. Matano.

"Eso es lo bello de nuestra promesa de obediencia – pasa de un Ordinario (obispo diocesano) al próximo", añadió el Diácono Van Lieshout". Pero lo que se mantiene constante es que a través de su sucesión apostólica, seguimos conectados a la banda apostólica original, con la función de San Pedro como el principio visible de unidad, y en última instancia unido a Cristo mismo. … Ésta es la fe católica y apostólica y me siento privilegiado de ser llamado para participar en esta unidad de modo íntimo como sacerdote de Jesucristo".

El Diácono Chávez dijo que se siente bendecido por tener el apoyo de ambos obispos.

"El Obispo Clark fue uno de las primeras personas en poner su confianza en mí", dijo él. "Me ordenó como diácono y se convirtió en un buen amigo y ejemplo para mí. El Obispo Matano me ordenará a la orden sacerdotal. Ha sido muy alentador y me ha apoyado. Su consejo y bondad manifiesta su amor por la Iglesia, la Diócesis de Rochester, sus sacerdotes y seminaristas y el pueblo de Dios".

Ambos hombres reconocen también el reto de prepararse para la ordenación mientras completan sus estudios.

"Del lado práctico, existe la dificultad de preparar los eventos del fin de semana de la ordenación mientras resido fuera del país, pero los miembros de mi familia, especialmente mi mamá, son de gran ayuda en la organización de las cosas para mí en casa", dijo el Diácono Van Lieshout, 27. "En términos de la preparación espiritual, lo más importante para mí será mantener la disciplina de mi oración diaria mientras anticipo la ordenación y rogar a Dios por las gracias que necesito para ser un buen sacerdote".

"No ha sido una tarea fácil", agregó el Diacono Chávez, 28. "Habría sido imposible preparar solo todo lo necesario para mi ordenación. Hay muchas personas involucradas. Todas me han ayudado a su manera. Es una bendición y gracia estar rodeado de una comunidad tan especial. Ellos saben quiénes son y a todos mi más sincera gratitud."

El Diácono Chávez y el seminarista Jorge Ramírez, que está terminando su año pastoral en la Parroquia Santísima Trinidad en Webster, fueron los primeros de varios seminaristas que vinieron a Rochester desde Colombia hace cinco años como parte de una colaboración con la Diócesis de Medellín. El Diácono Chávez, que nació en Bogotá pero se crió en un pueblo pequeño llamado Uvita Boyaca, empezó sus estudios de teología en la Universidad Luís Amigo y luego tomó algún tiempo para estudiar ingeniería. Pero luego de pláticas con un sacerdote de Medellín, regresó a sus estudios de teología y luego se le ofreció la oportunidad de mudarse a Rochester.

Bernard Grizard, director de la Oficina de Servicios a la Parroquia y el Clero, dijo que él considera que la colaboración ha sido exitosa, si se toma en cuenta que cuatro de los ocho hombres en formación sacerdotal serán ordenados este año, ya sea como sacerdotes o diáconos transicionales.

"Esta (iniciativa) ofrece una gran riqueza a la diócesis dado sus trasfondos culturales y experiencias de vida en América del Sur", dijo él. "Para mí, es una gran historia de éxito".

El Diácono Van Lieshout dijo que tienen grandes esperanzas en que la colaboración colombiana dé frutos para la diócesis.

"El ministerio a los hispanos se está convirtiendo en una parte enorme de la vida normal de las diócesis católicas en los E.U., y nuestros hermanos colombianos tendrán un papel obvio que jugar asistiéndonos y ayudándonos", dijo.

Grizard añadió que la iniciativa coloca a la diócesis en una mejor posición porque todos los hombres poseen una espiritualidad profunda, una visión del mundo y deseo de trabajar en el ministerio en la iglesia local.

"A nivel más amplio, nos conecta con la iglesia universal, especialmente porque el Papa es de América del Sur", dijo.

Carol Dady, la coordinadora diocesana de concientización de las vocaciones sacerdotales, dijo que ha estado impresionada con la ética de trabajo y generosidad de los seminaristas colombianos "dejando sus familias y hogares para trabajar aquí".

"Honestamente, mi decisión de convertirme en ministro para la Diócesis de Rochester ha sido una de las decisiones más importantes de mi vida", dijo Chávez. "No tengo nada que lamentar en mi corazón. Al contrario, ésta es mi casa y amo esta casa."

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