El Obispo Matano es instalado como noveno Obispo de Rochester

ROCHESTER — Exactamente a las 3 p.m. del 3 de enero, con aplausos sonando en la catedral del Sagrado Corazón que estaba completamente llena, el Obispo Salvatore R. Matano se sentó en la cátedra (silla del obispo), comenzando oficialmente su papel de noveno Obispo de Rochester.

El Obispo Matano había declarado su aceptación del nuevo puesto menos de un minuto antes diciendo, "Tengo la intención de servir fielmente las necesidades espirituales de esta iglesia local". Justo antes de eso, el Arzobispo Carlo María Vigano, Nuncio Apostólico de los Estados Unidos, leyó en alta voz la carta apostólica del Papa Francisco fechada de noviembre 6, nombrando al Obispo Matano Obispo de Rochester y relevándolo de su puesto como Obispo de Burlington, donde había servido por ocho años.

La sede de Rochester había quedado vacante, desde que tuvo lugar el retiro del Obispo Emérito Matthew H. Clark el 21 de septiembre del 2012. Hasta la fecha, el Obispo de Siracusa, Robert Cunningham sirvió como administrador apostólico de Rochester.

La Misa de instalación fue la primera en Rochester desde 1979, cuando el Obispo Clark empezó su tenencia de 33 años. Numerosos obispos, cardenales y arzobispos de todo el país al igual que miembros del clero diocesano estuvieron presentes el 3 de enero. El número de visitantes de afuera de la ciudad estuvo algo disminuido debido al mal tiempo que causó cancelaciones entre ellas las del Cardenal de Nueva York, Timothy M. Dolan que iba a servir como prelado celebrante.

En su primera homilía como cabeza de la Diócesis de Rochester, el Obispo Matano, el celebrante principal de la liturgia, aludió varias veces al clima invernal. Observando que en el 2005 fue ordenado a la Diócesis de Burlington menos de una hora después de la elección como pontífice del Papa Emérito Benedicto XVI, dijo él. "Como ven, fue un día memorable. Así que me pregunté cómo podemos hacer hoy memorable. Subí los ojos al cielo y dije: ¡Qué nieve!

También durante su homilía, el nativo de Providencia, R.I., que tiene 67 años, le dio las gracias a los que lo han apoyado a través de los años, incluyendo a su familia, amistades, feligreses y la gente de la Diócesis de Burlington. Al expresar su entusiasmo por su nuevo hogar, hizo una alusión especial al Obispo Clark, dándole las gracias "por haberle dado la bienvenida tan calurosamente con su habitual manera bondadosa".

"Su excelencia, Ud. Es un verdadero símbolo de estabilidad canóniga en este puesto", añadió provocando calurosos aplausos para el Obispo Clark.

El Obispo Matano hizo un tributo a los muchos sacerdotes que lo rodeaban diciendo: "Recordemos que sin el sacerdocio no hay Eucaristía y sin la Eucaristía, la iglesia católica pierde su identidad".

Él habló de la importancia de las otras vocaciones tales como las órdenes religiosas y la vida matrimonial. El Obispo Matano subrayó el papel clave que todos los católicos tienen en fortalecer la iglesia, algo que se necesita mucho en la actualidad. Él comentó que la cultura de hoy en día está a menudo marcada por la indiferencia y hasta por furia contra la fe católica, un cambio drástico en comparación con la década del cincuenta, cuando el catolicismo en los Estados Unidos florecía en muchos niveles.

"Yo no soy el único católico en esta diócesis. Si yo tengo retos, entonces todos tenemos retos. Cumplir fielmente con lo que Cristo nos pide es la responsabilidad de todos los católicos", dijo el Obispo Matano, subrayando la importancia de ir regularmente a Misa los domingos. Todo lo que hacemos como gente de fe viene de nuestro amor a la Eucaristía".

A aquellos que están alejados de alguna manera de la iglesia, el Obispo Matano les dice: "Por favor, vuelvan a casa. Esto no es un ruego del Obispo Matano, es su voz haciendo eco de la voz de Jesús".

El Obispo Matano concluyó su homilía pidiéndoles a los católicos que practiquen la evangelización, "porque estamos llamados a amar al prójimo, debemos decirle la verdad de nuestra fe católica, y defender la vida y la dignidad de todo ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural".

Después de la comunión, el Obispo Matano nombró formalmente al Padre Joseph Hart, que fue por largo tiempo Vicario General bajo el Obispo Clark, a la misma posición, observando que ese era su primer nombramiento como Obispo de Rochester. Él también anunció que Mon. John McDermott, su canciller en la Diocesis de Burlington, había sido nombrado administrador apostólico ese día.

Momentos más tarde, el nuevo obispo de Rochester salía por el pasillo central bendiciendo a la asistencia mientras el Coro de Festival Diocesano cantaba "Hark the Herald Angels Sing", y los feligreses hacían la señal de la cruz.

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