ROCHESTER — Ana Carolina Torres se emocionó durante un encuentro diocesano el 21 de octubre sobre el ministerio hispano, cuando habló de la jornada de fe de su familia en los Estados Unidos.
Habiendo llegado a un nuevo país sin saber una palabra de inglés, la oriunda de Venezuela dijo que ella, su esposo y su niña pequeño encontraron que la transición fue difícil. Ella explicó que vivir con parientes que eran protestantes fue igualmente difícil, y ella y su familia anhelaban reconectar con una parroquia católica.
Con el tiempo, ellos ahorraron suficiente dinero para un auto y pudieron asistir a la Iglesia Natividad de la Santísima Virgen María en Brockport, donde un letrero señalando la Misa en español de la parroquia les llamaba la atención cuando pasaban.
“Fue una experiencia hermosa”, Torres dijo de la asistencia a esa primera Misa. “A pesar que no conocíamos a nadie… nos sentíamos en casa”.
La familia se involucró rápidamente en la vida parroquial, y la primavera pasada participó en un proceso de encuentro a nivel parroquial en Natividad. Torres fue una de más de 100 personas que participaron en el encuentro diocesano de un día de duración el 21 de octubre en la Iglesia de San Ambrosio. Ambos encuentros locales fueron en preparación para el Quinto Encuentro Nacional, titulado “Discípulos misioneros: Testigos del amor de Dios”, que se llevará a cabo en Grapevine, Texas, en el otoño del 2018 (http://vencuentro.org).
“Oro fervientemente para que este quinto encuentro nos ayude como iglesia católica a tomar de cada cultura lo mejor y tener como resultado una iglesia fortalecida en este gran país, que es el logar de personas provenientes de todo el planeta”, añadió Torres.
Crear una iglesia más fuerte mediante más conexiones transculturales que empleen los dones de los feligreses hispanos es el objetivo del proceso del encuentro en todos los niveles — parroquial, diocesano y nacional, explicó el Padre Carlos Sánchez, vicario parroquial en la Parroquia Paz de Cristo, que dio la bienvenida a los participantes y dirigió el proceso el 21 de octubre. El formato de la reunión diocesana incluyó cinco conceptos centrales para el proceso general del encuentro: dar el primer paso, involucrarse, acompañar a todos, dar frutos y celebrar.
Los participantes representaron 14 parroquias de la diócesis e incluyó observadores que no habían tomado parte en un encuentro parroquial o venían de parroquias con pocos feligreses hispanos, observó Lynette Saenz, directora de la Oficina de Diversidad Cultural de la diócesis.
El primer paso se trata de un primer encuentro con “el otro” en su realidad para conocer de sus problemas, desafíos y sueños, dijo el Padre Sánchez.
“Es una oportunidad para nosotros preparar una respuesta práctica a las necesidades de la comunidad latina”, dijo él.
Para conocer más acerca de esas necesidades y deseos, la diócesis encuestó a los participantes en el proceso a nivel parroquial, que se llevó a cabo durante la primavera y el verano. Se discutieron los resultados de la encuesta, y las prioridades establecidas de esos resultados fueron evaluadas durante el encuentro diocesano.
De las discusiones acerca de los resultados de la encuesta, los participantes en el encuentro diocesano identificaron cinco áreas de preocupación pastoral y asuntos de acción para la diócesis:
• Crear instrumentos educativos para confrontar el racismo y la discriminación.
• Desarrollar líderes jóvenes y adultos jóvenes para coordinar el Pastoral Juvenil Hispano en un contexto multicultural.
• Ayudar con los esfuerzos de integración de las comunidades hispanas y anglas en las parroquias multiculturales.
• Promover entendimiento de los inmigrantes hispanos/latinos como miembros integrales del cuerpo de Cristo y reconocer sus dones y contribuciones.
• Aumentar la conciencia de vocaciones dentro de la comunidad hispana.
Estas cinco recomendaciones serán incorporadas en un “documento de trabajo” a ser presentado por representantes diocesanos en un encuentro regional en Albany donde seis de las ocho diócesis de Nueva York participarán en junio, añadió Saenz. Las diferencias demográficas entre las seis diócesis participantes serán notables, dijo. Si bien los hispanos tienden a ser poblaciones minoritarias en las parroquias de la zona septentrional del estado, a menudo ellos representan la mayoría en las parroquias al sur del estado, dijo.
Ella añadió que muchos de los participantes en el encuentro diocesano vinieron de las parroquias rurales, lo cual representa un cambio en el ministerio hispano local que en gran medida ha sido impulsado por los feligreses urbanos. Su participación trajo muchas voces nuevas a la mesa, dijo Saenz.
Los feligreses en las comunidades de fe cada vez más ofrecen varios ejemplos de esfuerzos de alcance, explicó el Padre Jesús Flores, coordinador del ministerio para migrantes de la diócesis. La participación puede ser tan simple como la invitación ofrecida por una mujer del condado de Cayuga para que trabajadores migrantes de Guatemala asistieran a Misa en su parroquia. El Padre Flores observó que la mujer tuvo que salir de su zona de confort para hacer esto ya que ella no habla una palabra en español.
“Ella dio el primer paso”, dijo él. “Ahora, gracias a ella, tenemos una comunidad maravillosa que se junta para la Misa y compartir la fe”.
Similarmente, un monaguillo en Natividad invitó a una amiga para que se uniera a ella como monaguillo para la Misa en español que el Padre Flores celebra una vez al mes, dijo él. Esa invitación también hizo que la madre de la amiga se sintiera bienvenida de nuevo en la iglesia, añadió él.
Durante el encuentro diocesano, Teresa Ortiz dijo que ella siempre se sintió bienvenida en la Parroquia Nuestra Señora de Paz en Geneva, especialmente a la terminación de su matrimonio hace 14 años.
“Sentí mucho apoyo y ayuda”, dijo la oriunda de Ciudad México.
Ortiz estuvo de acuerdo con las preocupaciones pastorales principales que surgieron del encuentro diocesano, especialmente la necesidad de un ministerio juvenil mejorado. Ella dijo que los padres necesitan pedir a sus niños que apaguen sus teléfonos inteligentes y se relacionen más con sus familias y raíces culturales.
“Si no enseñamos a nuestros niños y nuestras familias y no les ayudamos a creer en Dios, somos nada”, dijo. “¿Qué pasará con nosotros en 10 a 15 años?”
Grace Carson dijo estar feliz de tomar parte en el encuentro diocesano para demostrar el apoyo de la comunidad anglo incluso de personas como ella que no habla español.
“Al crear puentes, nos sentimos acogidos en el otro entorno del otro grupo”, dijo ella. “Todos compartimos la cultura común de la iglesia. … Esa es la esperanza para unidad en nuestra nación. Nuestra nación está tan dividida. La iglesia puede ser un gran agente catalítico para crear más unidad”.