¡Feliz Año Nuevo a todos! Ya se cumplió el tiempo navideño. Ya no suenan los cánticos de la Noche Buena. Hemos terminado las posadas y las comidas especiales con nuestros seres queridos, hemos guardado los nacimientos y otros adornos, reciclando los árboles y las tarjetas navideñas y arreglando las casas de nuevo. Hemos brindado por el Año Nuevo, y después damos la Bienvenida a los Tres Reyes Magos, compartiendo una rosca de pan. Y ahora, aunque en muchas casas todavía prenden sus luces brillantes en medio de la oscuridad del invierno, nos encontramos en lo "ordinario." Si, hemos entrado en el "Tiempo Ordinario" según el año litúrgico de la Iglesia.
Pero en este Tiempo Ordinario, las lecturas dominicales nos ofrecen una riqueza que no es tan ordinaria. En el 15 de enero, escuchamos del evangelio de Juan y la llamada de los primeros discípulos. En los domingos que siguen del tiempo ordinario, estaremos meditando de las narrativas de Marcos, según el Ciclo B que corresponde al año 2012. ¿Y que mensaje vemos en estas lecturas, y en los del antiguo testamento que las acompañan?
Al releer la llamada del joven Samuel (1 Samuel 3, 3-10.19), me impactó mucho. ¿Cómo puede ser que Dios llama a alguien que "aún no conocía al Señor?" La lectura nos cuenta que "Samuel servía en el templo" — pero ¡no conoce al Señor! Me puse a pensar: ¿Soy yo como Samuel, sirviendo en la Iglesia, pero sin conocer bien al Señor? Me doy cuenta de que el conocimiento de nuestro Dios es un proceso de toda la vida. La Santa Iglesia nos ayuda en este proceso de encontrar a Dios mediante las escrituras dominicales, si tomamos tiempo de leer y reflexionar sobre ellas en una postura de oración. Desde nuestra meditación, Dios nos invita a conocerle y descubrir y responder a su llamada.
Las otras escrituras del antiguo testamento relatan otros encuentros de Dios con Jonás, con Moisés y con Job. Vemos la fidelidad de Dios hacia su pueblo, en medio de sus pecados, sus dudas, sus temores y sus dolores. Dios se revela como Dios Con Nosotros — un Dios que nos ama y que nos acompaña siempre, y que nos llama a servir los unos a los otros.
Los evangelios proclamen el mismo mensaje, mediante la persona de Jesús, La Palabra de Dios Hecho Hombre, Emmanuel, Dios Con Nosotros. Vemos a Jesús, llamando a Simón Pedro, Andrés, Santiago y Juan. Los llama de su trabajo de pescadores, para ser "pescadores de hombres" Lo vemos predicando, enseñando, sanando, y expulsando malos espíritus. Él está con su pueblo, y a la vez se retira, tomando tiempo de entrar a solas en oración con su Padre.
Mediante estas lecturas, recibimos una vez más la llamada de Dios a la fidelidad, a la conversión y a servir a los demás. Es una invitación de seguir a Jesús, y ver su rostro en cada persona y su voluntad en cada circunstancia. Nos comprometemos a estar en silencio para escuchar la voz del Espíritu guiando nuestros pasos en el trabajo por la justicia y la paz. Al final, encontramos en lo cotidiano, lo "ordinario," la presencia de nuestro Dios de amor, quien se manifiesta en el rostro de Jesús, en el silencio, y en cada momento de nuestra vida.
Gardner es la coordinadora del Ministerio Migrante para la Región Noroeste del Condado de Monroe.