Los Evangelios dominicales son segmentos de un tema más grande que el evangelista está desarrollando. Cuando leemos cada Evangelio, es importante entenderlo en su contexto y cómo está relacionado al tema en desarrollo.
Los Evangelios de esta temporada (Los domingos ordinarios 24 a 28) son la segunda parte (Lucas 13:22 a Lucas 17:19) de la enseñanza de Jesús sobre el significado del camino cristiano durante su camino a Jerusalén.
El Evangelio de Lucas fue escrito al principio de la década de los 70, cuando la iglesia primitiva había compuesto su primer catecismo, titulado Didache ("La Doctrina de los Apóstoles). En este catecismo, la vida cristiana se llamaba "El Camino", basado en el Evangelio de Lucas.
Nuestra temporada comienza con tres parábolas (Lucas 15:10-32, domingo 24) que muestran la misericordia de Dios a los pecadores. Su misericordia es tanta como la de un pastor que pierde una oveja, una mujer que pierde una moneda y un padre que pierde un hijo. Los tres abandonan todo para recoger sus pérdidas.
Los Evangelios de los domingos 25 y 26 (Lucas 16:10-13 y 19-31) enseñan el tema de usar las posesiones para el beneficio de otros, especialmente los necesitados. La primera parábola sobre el servidor injusto presenta una persona para imitar por su astucia no por su injusticia.
La segunda parábola presenta el cambio en la próxima vida de las condiciones de lo que uno tenía en la vida presente. El Evangelio del domingo 27 (Lucas 17:5-10) es el fin de la segunda sección de las narraciones del camino a Jerusalén y presenta el tema de la renovación de los discípulos. Más que nada, ellos necesitan una fe profunda en el Dios, de Jesucristo. Aunque son cumplidores de sus deberes, ellos no pueden merecer la bondad de Dios, es gratis.
El último pasaje de esta temporada habla de la gratitud y fe de un leproso samaritano (17:11-19, domingo 28). Jesús es aquel que salva de enfermedad y restaura a uno a la confluencia de la vida diaria. Nuestras lecturas del camino de la vida cristiana y de Jesús a Jerusalén terminan aquí, pero los dos caminos continúan hasta cumplir la voluntad del Padre.
El Padre Tracy sirve como sacerdote mayor en la parroquia Santa Francisca Javier Cabrini.