ROCHESTER — Los sacrificios de los mártires y de los sacerdotes han dado mucho fruto para la Iglesia Católica y reflejan el sacrificio que Jesús celebró en el misterio pascual, dijo el Arzobispo Timothy M. Dolan, durante una misa especial el 22 de junio en la Catedral del Sagrado Corazón.
La Misa celebró tres ocasiones: la fiesta del santo patrón de la Diócesis de Rochester, San John Fisher; los 25o y 50o aniversarios de la ordenación de varios sacerdotes de la Diócesis de Rochester, incluyendo al Padre Jesús Flores que celebró su 25o aniversario; y la clausura del Año de los Sacerdotes, proclamado por el Papa Benedicto XVI.
El Arzobispo Dolan pasó gran parte de su homilía hablando sobre los sacrificios que los sacerdotes hacen por la iglesia. Felicitó a los sacerdotes homenajeados en la Misa por dar ejemplo de fidelidad y lealtad, observando que sus sacrificios diarios se reflejan en la Eucaristía.
"Ese es el paradigma del sacerdocio", dijo el Arzobispo Dolan, parafraseando al teólogo y sacerdote jesuita Walter Burghardt. "Jesús nos toma, nos bendice, nos quebranta y nos da".
Él también contó la historia de un amigo y compañero de seminario cuya salud se deterioró durante el transcurso de 10 años debido a una esclerosis múltiple. Un día, después de caerse y casi darse en la cabeza contra un altar de mármol, en Roma, su compañero se sujetó del altar, mientras dio su homilía. Sus amigos comentaron más tarde que ese había sido el mejor ejemplo que habían visto de lo que era el sacerdocio. El Arzobispo Dolan dijo: Un sacerdote no puede mantenerse solo, así que se afierra al altar y a Dios.
La anécdota del sacerdote que se tuvo que sujetar del altar, conmovió a Maureen Madonia, una feligresa de la Parroquia San Tomás Apóstol de Irondequoit. Ella dijo que la presencia de tantos sacerdotes en la Misa también era conmovedora.
"Los ojos se me llenaron de lágrimas al ver a todos esos sacerdotes maravillosos", dijo Madonia.
La oportunidad de ver a sacerdotes que habían estado antes en su parroquia de Sodus y celebrar el Año de los Sacerdotes fueron las razones por las que Kevin Hefferon de Sodus, y su hija Rosa, que tiene 12 años, asistieron a la Misa.
Bella fue un adjetivo que muchos de los presentes usaron para describir la Misa.
"Estoy muy contenta de haber venido", dijo Patty Janiak, de Webster. "Fue algo bello"