ROCHESTER — La adición a las drogas, la violencia doméstica y el crimen pudieran ser cosas del pasado si las familias modernas fueran más Cristo-céntricas y devotas a María.
"Hoy le ha llegado la salvación a los hogares de Rochester, si les abren el corazón a Jesucristo", dijo la Hermana María del Carmen Serrano Ayala cuando terminó de predicar la segunda noche de la Santa Misión anual celebrada anoche en la Iglesia de los Santos Apóstoles.
Ella y su esposo, el Hermano Antonio Quiñónez Burgos, dirigieron la misión. Ambos forman parte de los Hermanos Cheos, una orden misionera basada en Puerto Rico, y comenzaron a predicar en el 2004.
El tipo de fe al que se refiere fue demostrado por sus padres cuando su madre fue a dar a luz y los doctores le dijeron a su padre que había que abortar al feto o su madre podría morir. Su padre se negó, explicó la Hermana Serrano.
"Si Dios la va a llevar, que la lleve junto a su madre", dijo Serrano que su padre contestó. "No voy a matar a mi hija".
Ella dice que no pasa un día que no le agradezca a su padre y a la Gracia de Dios. Su familia creó una incubadora casera y la llevó a la casa cuando los doctores les advirtieron que Serrano probablemente moriría, explicó ella.
Pero en la sociedad de hoy, ese tipo de devoción familiar no es tan común como debía ser, dijo la Hna. Serrano.
"Los padres cada vez van descuidando sus bebés" comentó Serrano. "Pero en la familia es donde deben recibir esa atención y cuidado. … Es donde aprendemos nuestros valores".
Valores tan importantes como el respeto a los mayores y la responsabilidad se van olvidando, comentó.
"Pero todavía todo no está perdido", Serrano exclamó. "Y esa esperanza se llama Cristo Jesús"".
Los padres, el fundamento de las familias, deben dar el ejemplo, ella imploró. Deben acompañar a sus hijos a la iglesia, pero no deben dejar la iglesia dentro de los cuatro muros de un edificio, deben llevar la iglesia a sus casas, dentro de sus corazones.
"La familia que reza unida permanece unida", dijo ella.
Además, el marido y su mujer se deben tratar con amor y respeto, dijo la Hna. Serrano.
"Tenemos que darles buenos ejemplos a nuestros hijos", añadió ella. "Enseñarles a ser agradecidos… que todo lo que tienen, lo tienen de la mano de Dios".
Carlos Hernández, que asistió a la misión con su esposa y su bebito, dijo que el mensaje de los misioneros es muy importante en la sociedad actual, donde tantas fuerzas trabajan contra la santidad de la familia y del matrimonio.
"Sus prédicas han sido una inyección importante que nuestra comunidad necesitaba", dijo él. ""Jesús se nos vuelve a manifestar y a través de esos hermanos nos dice que Su Palabra es eterna, que no cambia, que es lo mismo ayer, hoy y siempre. Han sido prédicas muy realistas y cargadas de doctrina y de amor".