MARION — Octavio Cortez celebró la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe dos veces con sus compañeros migrantes.
Un grupo de alrededor de 40 personas se levantó temprano en la mañana del 11 de diciembre para celebrar "Las Mañanitas" en la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe en la Iglesia San Gregorio, dijo él. El día de la fiesta anual es el 12 de diciembre.
"Hicimos cantos y oramos el rosario guadalupano que es un rosario especial para la virgen" añadió Cortez.
La tradición incluye una representación de la histotia de Juan Diego, a quien Nuestra Señora de Guadalupe se le apareció en 1531 en la Ciudad de México en la loma de Tepeyac. Una representación similar, que incluyó a jóvenes vestidos de aztecas, y especialmente de Tonantzin, la diosa de la tierra para los pueblos indígenas, fue parte de la Misa en honor de la Virgen de Guadalupe celebrada más tarde ese día en la iglesia misión.
Cortez, un trabajador con visa H-2A que debía volver a México días mas tarde, ayudó a pasar los libros de cantos y a chequear los micrófonos y otros equipos para la Misa de por la tarde.
"Siempre ayudo (en la iglesia) con cualquier cosa mientras estoy aquí", dijo él.
La historia de Guadalupe tiene un lugar especial en los corazones de los mexicanos como Cortez porque María se le apareció a Juan Diego como una Madona de piel morena y habló en el dialecto azteca, explicó el Padre Bob Kreckel en su homilía bilingüe. Eso ayudó a los misioneros españoles, que habían tenido dificultad al principio para convertir a los nativos mexicanos, a convertir a millones de ellos al cristianismo.
"La condición de la iglesia hoy en día en México, los Estados Unidos y el mundo entero, llama a una nueva evangelización", añadió el Padre Kreckel. "En esta fiesta del 2011, nosotros rezamos para poder seguir su ejemplo y ser misioneros como ella fue".
Casi todas las familias que asistieron a la Misa por la tarde trajeron, cestas, vasijas y ramilletes de flores de diferentes colores o estatuas e imágenes de la Virgen de Guadalupe. Todos esos artículos fueron colocados delante del altar en la pequeña iglesia y fueron bendecidos por el Padre Kreckel. Muchas de las jovencitas estaban vestidas con ropas folclóricas de colores y los muchachos con trajes de hilo como llevaba Juan Diego. La Hermana Luci Romero agente de pastoral migrante para el Condado de Wayne, les pidió a esos muchachos que formaran parte de la procesión de entrada.
La Hemana Romero dijo que la Misa era la fiesta más grande para los mexicanos y para los católicos de todas las Américas. Ella añadió que nuestra Señora de Guadalupe acompaña a los inmigrantes indocumentados que tienen tantas dificultades con los agentes de las fuerzas del orden.
"Estamos uniendo todos los países", ella añadió. "(Oramos) que ella impulse esta reforma de inmigración… lo ponemos en sus manos".