El día 9 de agosto a las 7 de la noche, unos líderes de la comunidad latina juntos con unos pastores hispanos y africano americanos se juntaron en el parque Samuel Torres para declararse en contra a la violencia y orar por la paz. Cuatro horas después tres jóvenes perdieron sus vidas en la calle Genesee. Cuatro más fueron heridos. En ese lugar había una asamblea también para oponerse a la violencia y orar por la paz.
Podemos decir que los responsables por el tiroteo eran enemigos de la paz. La primera lectura del XXV domingo dice "los malvado dijeron, tendamos una trampa al justo porque nos molesta y se opone a lo que hacemos." (Sab 2:12) La segunda lectura del mismo domingo dice "los pacíficos siembran la paz y cosechan frutos de justicia." (Sant. 3:18)
En nuestra comunidad hay muchos más oponiéndose a la violencia y sembrando la paz.
La biblia enseña: hay una relación entre la paz y la justicia. Si no hay justicia no hay paz.
Jesús en el evangelio del XXVIII domingo aconseja al rico buscando la vida eterna que él tenía que vender todo lo que tiene y dar el dinero a los pobres. Porque es difícil para un rico entrar en el reino de Dios" (Mc 10:21-25).
Entonces justicia bíblica significa compartir los bienes materiales y establecer una sociedad (el Reino de Dios) de justicia económica.
El Papa Francisco en su encíclica sobre el ambiente natural nos advierte como Jesús al joven, "La cultura de relativismo es el mismo desorden que empuja a una persona a tomar ventajas del otro, a tratar a los demás como objetos imponiendo labor forzada a ellos o esclavizándolos a pagar sus deudas. La misma clase de pensar se dirige a la explotación sexual de niños y al abandono de los ancianos quienes no sirvan a nuestros intereses (Laudato Si # 123)
Entonces el desorden de la cultura de relativismo y lo que Santiago escribe "los conflictos de las malas pasiones que siempre están en guerra… ustedes codician lo que no pueden tener y acaban asesinando" (XXV domingo, Santiago 4:1-2) proveen una respuesta a lo que pasó en la calle Genesee.
La solución no es más policía, pero vivir en paz con todos, tratando al prójimo con respeto y compartir con el necesitado.
El Padre Tracy sirve como sacerdote mayor con la parroquia Santa Francisca Javier Cabrini.