El Adviento es la nueva temporada al comienzo del Año Litúrgico de la Iglesia. La Iglesia nos da la temporada de Adviento mientras nos preparamos para celebrar la Navidad para que elijamos su mejor propósito y elijamos la llamada de nuestras vidas: conocer, amar y servir a Dios en este mundo y ser eternamente feliz con Él en el próximo.
Esta temporada de Adviento nos dará la oportunidad de ver lo bien que estamos haciendo con el propósito de nuestras vidas.
Por ejemplo, mientras nos preparamos para la Navidad, ¿seremos capaces de simplificar y no participar en la "carrera? ¿Seremos capaces de apagar algunas de las distracciones que producen la computadora y la televisión?
El Adviento nos llama a estar alertos y atentos a la presencia de Dios. No pueden hacer esto si su atención está en otras cosas o si está consumida todo el tiempo por cosas menos importantes.
¡ASI QUE, SIMPLIFÍQUEN!
Y OREN.
Y AMEN.
Con respecto a la oración, ¿qué tal levantarse temprano, hacer una taza de café y compartir tiempo con Dios?
¿Qué tal de comenzar el hábito de asistir a la Misa diaria? ¿Leer al menos un capítulo de uno de los libros del Nuevo Testamento u otro libro espiritual todos los días? ¿Rezar y meditar en los misterios del Rosario, especialmente los de Gozosos en el Adviento? ¿Orar por las personas que conocen y las que no conocen — por aquellos en el mostrador cuando están de compras, aquellos que manejan su carro al lado de ustedes, las personas en las noticias, nuestros líderes de la Iglesia y nuestros líderes cívicos … y por aquellos que son nuestros enemigos?
¿Ir a confesarnos y pedirle a Dios a través del sacerdote que nos perdone por nuestros pecados? ¿Prender una vela y sentarnos para absorber su luz, pensando en el Señor y cómo Él vino a nosotros como un bebé pequeño e indefenso? ¿Asegurarnos que Escenas del Pesebre sean el centro de sus decoraciones en sus casa y tomando el tiempo para meditar en eso?
Queridos amigos, simplifiquen, oren … y amen. …
¡Amen! Tomen tiempo para alguien a quienes ustedes no le han dedicado tiempo. Envíenle cartas o llamen a alguien con quien no han estado en contacto y no tienen a nadie, perdonen a alguien y dejen que entre nuevamente en sus vidas.
Den porque necesitan hacerlo. Den algo nuevo que les pertenece porque se dieron cuenta cuan bendecidos son y quieren compartir esa bendición con los demás antes de que tuvieran tiempo para disfrutarlo.
¡Sean hospitalarios y cariñosos con personas que no conocen y sonrían!
Ofrezcan su día por alguien que está pasando necesidades, aun sin conocerlos.
Mis hermanos y hermanas, estos son solamente pequeños ejemplos de alguna de las maneras como podemos responder al llamado del Adviento para prepararnos para la llegada de Cristo a nuestras vidas.
Ojalá podamos conocer, amar y servir mejor a Dios en este mundo, ¡y un día ser feliz eternamente con Él en el Cielo!
El Padre Mugavero es el párroco de la Iglesia Santos Apóstoles en Rochester.