ROCHESTER — San Juan Bautista no tenía la personalidad que típicamente asociamos con un santo: amante, bondadoso y generoso.
El Padre Laurence Tracy explicó que San Juan Bautista, como Profeta, decía las cosas sin ambajes, cuando urgía a los que lo rodeaban a arrepentirse de sus pecados y seguir a Jesús.
"Si a la gente no les gustaba, así era", añadió él.
Durante la Misa anual en honor a San Juan Bautista en la Iglesia Nuestra Señora de las Américas, que es parte de la Parroquia San Francisco Javier Cabrini, el Padre Tracy encargó a las 60 personas que lo rodeaban con una nueva misión.
San Juan Bautista es también el Santo Patrono de Puerto Rico y el día de su fiesta es honrado en su isla nativa con grandes celebraciones, dijo el Diácono Nemesio Martínez.
El Padre Tracy dijo que como cristianos católicos, la comunidad latina tienen un gran modelo que seguir en Juan Bautista.
"Dios nos da una gracia, un poder para ser profetas", añadió el Padre Tracy. "Y ¿Dónde estamos? No se oye. No se oye la profecía…."Pero hay una gran oportunidad para Uds. de ser profetas".
El año que viene, cuando el Obispo Mateo H. Clark se retire, un nuevo obispo dirigirá la Diócesis y nadie sabe quién será, explicó él.
Así que hay tiempo de preparar un mandato de parte de la comunidad latina para pedir que la iglesia sea justa socialmente en la ciudad de Rochester, que se preocupe de los marginados, que dedique más recursos a la comunidad urbana dentro y fuera de las paredes de las iglesias, que proporcione formación de la fe que sea sensible a la cultura, dijo el Padre Tracy.
"Algunos nos van a criticar, pero no amaban a San Juan Bautista tampoco", comentó.
Después de la Misa, el Diácono José Berrios dijo que el Padre Tracy tenía un importante mensajepara que la comunidad se asegurara que el nuevo obispo escuche la voz latina y haga más para llegar hasta la comunidad.
"Me pareció muy alentador y creo que durante algún tiempo la comunidad latina ha estado pidiendo representación, acción, ser reconocida, respetada y ser tratada por igual", escribió en un correo electrónico el Diácono Berrios. "Tal como les mencionaba se está hablando ya no de una minoría, sino de un número considerable de ciudadanos que de alguna forma afecta la economía local, la política y de seguro la religión".
"De otra parte entiendo que también hay que atender a todas las otras comunidades, pero", añadió, "por algún lado tenemos que comenzar".