Aproximadamente 30 millones de hispanos en los Estados Unidos nos identificamos como católicos, quizás un poco más. Para poner la cifra en perspectiva, este número es más grande que la población entera de la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños.
Hemos de reconocer que un número que con frecuencia recibe poca atención al hablar de esta población es el de los de sacerdotes hispanos. Según información que fue recibida como parte de la consulta del proceso del Quinto Encuentro Nacional de Pastoral Hispana/Latina (V Encuentro), en los Estados Unidos hay aproximadamente 2.985 sacerdotes hispanos, de los cuales 280 están jubilados o en el presente no ejercen su ministerio.
No debemos asumir que a los católicos hispanos sólo les pueden acompañar pastoralmente sacerdotes hispanos. Sabemos que esa no es la realidad en la mayoría de las parroquias.
Sin embargo, es interesante lo que se puede observar al poner el número total de católicos hispanos junto al número de sacerdotes católicos ejerciendo el ministerio actualmente: 30 millones y 2.705. Hay aproximadamente 11.000 católicos hispanos por cada sacerdote hispano ejerciendo el ministerio actualmente — la proporción para el total de la población católica estadounidense es de aproximadamente 2.000 católicos por sacerdote.
Según datos de la consulta del V Encuentro, hay 4.473 parroquias con ministerio hispano en los Estados Unidos. Este número refleja un crecimiento leve comparado a las 4.368 parroquias con dicho ministerio identificadas por el Estudio Nacional de Parroquias Católicas con Ministerio Hispano que condujo Boston College en el año 2014.
Si se asignara un sacerdote hispano actualmente ejerciendo su ministerio a cada parroquia que explícitamente sirve a la comunidad hispana, cerca de 1.768 comunidades parroquiales no tendrían ese privilegio.
El Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado estima que en el año 2017 había unos 37.181 sacerdotes católicos en nuestro país. No perdamos de vista que una tercera parte de ellos son jubilados o parcialmente jubilados. Apenas el 8 por ciento de todos los sacerdotes en los Estados Unidos, tanto ejerciendo el ministerio como jubilados, son hispanos.
Mientras que dos terceras partes de los hispanos nacieron en los Estados Unidos, y el sector de la población católica hispana que más rápido crece es el de aquellos que nacieron en este país, la consulta del V Encuentro revela que el 76 por ciento de los sacerdotes hispanos son inmigrantes.
El Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado reportó recientemente que cerca de 430 sacerdotes serían ordenados en el año 2018 para servir en las comunidades católicas estadounidenses. De ellos, 334 respondieron a una encuesta anual. Aproximadamente el 20 por ciento de los nuevos sacerdotes a ser ordenados este año son hispanos. Cerca de la mitad del 30 por ciento que dijo ser inmigrante viene de América Latina y de países caribeños.
¿Qué aprendemos de esta información? Tres observaciones.
Uno, las parroquias, diócesis, escuelas y organizaciones católicas necesitan hacer mucho más para fomentar las vocaciones al sacerdocio entre los hispanos. A medida que la población hispana en la iglesia en los Estados Unidos se perfila para pronto ser una mayoría numérica, necesitamos sacerdotes hispanos que estén al servicio de parroquias con grandes números de católicos hispanos y del resto de la población católica de nuestra nación.
Dos, existe una brecha bastante amplia entre una población hispana que en su mayoría nació en los Estados Unidos y un liderazgo clerical que en su mayoría es inmigrante. Esta brecha necesita ser balanceada poco a poco. Históricamente, contingentes de sacerdotes inmigrantes acompañaron a los grupos católicos inmigrantes que llegaban a los Estados Unidos. Luego la población católica nacida en el país cultivó sus propios sacerdotes. Hoy en día, la mayoría de los hispanos no son inmigrantes. Necesitamos dar el siguiente paso.
Tres, necesitamos entender mejor las razones y circunstancias que no permiten que más católicos hispanos, especialmente aquellos nacidos en los Estados Unidos, consideren la llamada al sacerdocio. También necesitamos evaluar qué es lo que hacemos y qué tanto invertimos en nuestras parroquias y diócesis para acompañar a los hispanos en el discernimiento de vocaciones al servicio de la iglesia. En el otoño del 2018, Boston College lanzará un estudio nacional de dos años para explorar estas realidades.
Por ahora, escuchemos con atención las palabras del Señor Jesucristo, “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha” (Mt 9:37-38).
—
Ospino es profesor de teología y educación religiosa en Boston College. Es miembro del equipo de liderazgo del Quinto Encuentro Nacional de Pastoral Hispana/Latina.