Tres hombres ordenados sacerdotes

ROCHESTER — Al arrodillarse en el piso de la Catedral del Sagrado Corazón durante su ordenación el 4 de junio, el Padre Justin Miller derramó lágrimas de alegría cuando sus compañeros sacerdotes pusieron sus manos sobre él.

"Yo quería su bendición", él recordó lo que sentía en este momento, el cual describió como "muy, muy emocionante".

El Obispo Salvatore R. Matano ordenó al Padre Miller junto con el Padre Jorge Ramírez y el Padre Janier "Erick" Viloria como nuevos sacerdotes de la Diócesis de Rochester durante la Misa del 4 de junio.

El Padre Ramírez dijo que se sentía agradecido que sus dos hermanos y otros miembros de la familia viajaron de Colombia para compartir en este día especial. También experimentó un momento emocionante cuando miró alrededor de la iglesia y vio dos sillas vacías y pensó en sus padres fallecidos sentados allí.

"Sentí espiritualmente que ellos estaban conmigo", dijo el Padre Ramírez.

Aunque los miembros de la familia de Colombia del Padre Viloria no pudieron asistir, varios amigos hicieron el viaje y también él estaba rodeado por amigos de las parroquias diocesanas donde había trabajado.

El Padre Viloria, 34, dijo que fue embargado de emoción al sentir el apoyo no solamente de sus amigos y las comunidades parroquiales, pero también de toda la congregación cuando aplaudieron después de que los tres hombres fueron ordenados.

"Estaba sintiendo el amor de la gente", dijo él.

Dijo que también sintió un sentido de paz cuando el momento de la ordenación llegó después toda la espera y la preparación para llegar a este día.

"Cuando llegué a sentarme en la silla (en el altar) después de la ordenación y miré hacia la iglesia, uno ha trabajado mucho y no podía creer que estaba sentado como un sacerdote", dijo el Padre Viloria, que recientemente fue nombrado vicario parroquial para la Iglesia de Sta. María y Marta en Auburn. "El Señor me da esta comunidad para servirla ahora. Esto fue un momento poderoso".

El momento en que los nuevos sacerdotes concelebraron la Misa junto con el

Obispo Matano y el Obispo Emérito Matthew H. Clark fue profundo para el Padre Miller, 30.

"Por la primera vez, extendimos las manos … para decir las palabras de la consagración. Yo estaba temblando mucho", añadió el Padre Miller, que comenzará su ministerio como vicario parroquial en las parroquias de San José y Espíritu Santo en Penfield.

El Padre Ramírez, 35, dijo que para él se destacó la unción de las manos que permite a los nuevos sacerdotes ofrecer esa consagración.

"Para mí, es ser sacerdote … para compartir este pan de vida, recibir a Jesús en el sacramento más sagrado que tenemos", dijo el Padre Ramírez, que ahora servirá como vicario parroquial para la Iglesia de la Santa Cruz en Rochester.

En su homilía, el Obispo Matano habló sobre el sacrificio de la Eucaristía.

"El sacrificio del Calvario es el sacrificio de la Misa", dijo. "Este es mi cuerpo dado por ustedes. Esta es mi sangre derramada por ustedes. Desde la mesa de la última cena procedemos al altar de Gólgota. Allí, el sacrificio está completo para ser representado en cualquier era".

Para terminar su homilía, él recordó a los sacerdotes recién ordenados las palabras que el Papa Francisco dijo durante una Misa de ordenación reciente.

"Siempre recuerden el ejemplo del Buen Pastor que vino no para ser servido, sino para servir y buscar a los que estaban perdidos", dijo el Obispo.

El amigo del Padre Viloria, Frei Yepes, que asistió a la Misa de ordenación, dijo que él cree que Dios llamó al Padre Viloria para servir a la gente de la Diócesis de Rochester.

"El señor lo puso aquí para ser un buen pastor", observó.

La tía del Padre Ramírez, Solángela Velásquez Cardona, dijo que estaba agradecida al Señor porque ella pudo estar presente en su ordenación como diácono transicional y como sacerdote.

"No hay palabras para expresar lo que siento", dijo ella, "la alegría que al final …alcanza el logro que había querido toda su vida"

Los padres del Padre Miller, Carol y Milan Miller de Springville, dijeron que también sintieron alegría y orgullo por su hijo. Más de 60 miembros de la familia, incluyendo seis hermanos, también asistieron a la ordenación.

"Él ha buscado esto con tanto anhelo y fe", dijo su madre.

"Él ha tenido mucha gente que le ayudó en el camino", añadió su padre. "Estamos contentos que todos ellos pudieron estar aquí para compartir en este comienzo".

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