El tiempo cuaresmal es una travesía hacia el gran Misterio Pascual que debe guiar nuestras vidas. Hemos comenzado la cuaresma con el signo de las cenizas el miércoles 22 de febrero. Las cenizas tienen unos significados que son; a) Condición débil y caduca del hombre, que camina hacia la muerte; b) Situación pecadora del hombre; c) Oración y súplica ardiente para que el Señor acuda en su ayuda; d) Resurrección, ya que el hombre está destinado a participar en el triunfo de Cristo.
Es durante este tiempo que la Iglesia como Madre y Maestra nos pide interiorizar en nuestra vida débil y caduca para ver nuestro pecado y por medio justamente de la oración y suplica sea el Señor quien nos ayude a resucitar triunfalmente con Él. Es en estos días que debemos pedir luz al Señor para aceptar las verdades evangélicas que nos trae la Iglesia por medio de las prácticas cuaresmales y sus doctrinas (que no se deben poner en duda nunca), lo contrario sería una herejía. Según la Enciclopedia Católica, "Herejía", es un rechazo o duda obstinada de un dogma (doctrina) de la fe divina y católica, hecho por una persona bautizada; y dice que "dejaría de ser miembro de la Iglesia". Aprovechemos estos días para meditar y orar sobre las doctrinas de nuestra Santa Madre Iglesia.
La semana santa, última semana de cuaresma, comienza justamente con el domingo de Ramos y es curioso que la cuaresma la comenzamos con las cenizas que simbolizan la muerte. Sin embargo los ramos que recibimos en este domingo son símbolo de la entrada triunfal de Nuestro Rey Jesucristo en su pasión y muerte que eventualmente resultó en el triunfo de Cristo sobre la muerte. Dice San Pablo en la carta a los Efesios, "En él y por su sangre fuimos rescatados, y se nos dio el perdón de los pecados, fruto de su generosidad inmensa que se derramó sobre nosotros." Hay unas preguntas que debemos contemplar; ¿Qué ha significado esta cuaresma para mi? ¿Soy la misma persona del miércoles de ceniza? ¿Me he arrepentido de mis pecados y deseo cambiar? ¿Es mi anhelo llegar a la Vigilia Pascual y estar abierto o abierta a la acción del Espíritu Santo en mi vida? He escuchado la voz del Señor como dice Isaías, "El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para atrás".
Es un gran reto para aquellos que quieren ser fieles a su llamado bautismal a ser sacerdotes (en el sacerdocio extraordinario), profetas y reyes (sacerdotisas, profetizas y reinas para las damas). Este llamado lo demostramos en el servicio a los demás al igual que el Señor lo hizo y el sacerdote a imitación de Cristo también lo hace en el lavado de los pies.
Es en el Pregón Pascual que escuchamos las palabras más sublimes de todas las liturgias eucarísticas. Dice, "Ésta es la noche que a todos los que creen en Cristo, por toda la tierra, los arranca de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, los restituyes a la gracia y los agregas a los santos." Que noticia más hermosa y esperanzadora para nosotros pecadores. El sacrificio de Jesús no fue en vano. Las fiestas cuaresmales si hemos hecho ayuno, abstinencia y obras de caridad como recomienda la Iglesia, nos traerán un gran provecho en esta santa noche. El pregón tiene otras dos frases muy profundas y dicen, "Ésta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo" y "¡Qué noche tan dichosa en que se une el cielo con la tierra, lo humano y lo divino!"
Verdaderamente si somos cristianos católicos con nombre y apellido debemos pensar como dice el beato Charlie, "Vivimos para esa noche". Le ruego al Señor Jesús que ustedes y yo vivamos nuestra vida como si todos los días fuera la Vigilia Pascual. Que Jesús y María los bendigan. ¡Felices Pascuas de Resurrección!
Lecturas:
Cuarto Domingo de Cuaresma al domingo de la Resurrección del Señor.
El Hermano Lozada, CSJE, es el director del Apostolado Hispano de la Diócesis de Rochester y del Instituto de Pastoral Hispano en la Escuela de Teología y Ministerio San Bernardo.