ROCHESTER — Yanera Escalera siguió a su novio a Rochester desde Coamo, Puerto Rico, hace más de tres años.
La cuidadora de niños en el pasado ha estado cuidando a la hija de dos años de su hermana en un apartamento pequeño, ordenado cerca de la Avenida Hudson casi desde que la niña nació. Ella tiene una relación tensa con su hermana, que raras veces se interesa en cómo va la niña y tiene otros dos hijos, explicó Escalera.
Esa relación es uno de los factores que contribuyen a su lucha con la ansiedad, depresión y control de su coraje, dijo.
"Me daba coraje", dijo. "Me sentía sola aquí".
Pero Escalera dijo haber progresado mucho desde que intentó suicidarse en el 2010. Luego de tratamiento en el Hospital General de Rochester y sesiones de terapia de grupo, ella se conectó con Annette Maldonado de la Liga de Acción Iberoamericana este año. Maldonado es una de dos miembros del personal que componen el nuevo programa de Cuidado de Salud en el Hogar de Ibero.
Escalera dijo que Maldonado le ayudó a conseguir una nueva terapista — su tercera desde que empezó el tratamiento — a quien ha seguido viendo en sesiones individuales que empezaron en julio. Maldonado también le ayudó a encontrar recursos para ropa y alimentos y un programa para aprender inglés, dijo.
"Me ha ayudado mucho", dijo Escalera de Maldonado. "Ella me dice: ‘Cualquier cosa que necesita, Ud. me llama’".
Ese tipo de servicio integral es de lo que se trata el modelo de Cuidado de Salud en el Hogar, explicó Elisa DeJesús, vicepresidenta de la división de servicios a la familia de la agencia. A través del modelo, las personas que cuidan de un individuo inscrito en Medicaid se comunican entre sí de modo que todas las necesidades del paciente sean atendidas de modo abarcador, de acuerdo a información del Departamento de Salud del Estado de Nueva York en health.ny.gov/health_care. Esa comunicación se canaliza principalmente a través del "gerente de caso", tal como Maldonado, que supervisa y provee acceso a todos los servicios que el individuo necesite para asegurar que el paciente reciba todo lo necesario para mantenerse saludable, fuera de la sala de emergencia y fuera del hospital, dijo DeJesús.
Los expedientes de salud son compartidos entre los proveedores de modo que no se dupliquen o se descuiden los servicios, y esos servicios son ofrecidos a través de una red de organizaciones que incluye proveedores, planes de salud y organizaciones comunitarias, de acuerdo a la página web del departamento de salud estatal. Cuando todos los servicios se consideran colectivamente, se convierten en una "casa de salud virtual". Ibero se encuentra entre las agencias del área que forman parte de la red Health Homes of Upstate New York (HHUNY, siglas en inglés para Casas de Salud de la Zona Septentrional de Nueva York), dijo DeJesús. Otras incluyen Home Care of Rochester y el Centro Católico de la Familia, añadió.
Una vez que se contrata el personal para el programa de Cuidado de Salud en el Hogar, los empleados empiezan su trabajo contactando a los pacientes con Medicaid en una lista proporcionada por el Departamento de Salud del estado, dijo DeJesús. Encontrar a esos pacientes fue uno de los primeros retos enfrentados por Maldonado y Alicia Ostolaza, dijeron ellas. Algunos de los teléfonos de los pacientes habían sido desconectados o ellos se habían mudado de las direcciones que la agencia había recibido, observó Ostolaza. Inicialmente, el personal de Ibero conectó con una tercera parte de los 150 nombres recibidos, dijo DeJesús.
Los pacientes objeto de su atención son los que tienen condiciones crónicas, incluyendo enfermedad del corazón, diabetes y alta presión de la sangre, dijo. Muchos de ellos sufren problemas de salud mental incluyendo desorden bipolar, esquizofrenia y ansiedad o depresión, dijo Maldonado. Y sólo algunos de ellos reciben tratamiento cuando DeJesús y Ostolaza hablan por primera vez con ellos, ya que sólo un programa local ofrece servicios psiquiátricos a los que solamente hablan español, observó.
"Hay listas de espera (para tratamiento en otros hospitales)", añadió Ostolaza.
Su trabajo es ayudar a estos clientes física, social y conductualmente, dijeron las empleadas de Ibero. Por eso, ellas hacen citas y les recuerdan esas citas a los clientes. Se aseguran de que los clientes toman sus medicinas y también tratan de conectarlos con transportación, vivienda, programas de tratamiento diurnos, terapia y otros servicios de la comunidad tales como ropa o alimentos, dijo Ostolaza.
Si los clientes ingresan al hospital, Ostolaza dijo que ella y DeJesús desarrollan planes para que al ser dados de alta no terminen por entrar de nuevo a la sala de emergencia.
"Es mucho trabajo", dijo ella. "Nosotras buscamos conectar con ellos, hacemos visitas al hogar. Llamamos a la farmacia para las prescripciones, Les enviamos para consultas. Para cada cliente hay cientos de preguntas que tenemos que contestar".
"Estamos aprendiendo sobre la marcha", observó Maldonado.
Al fin de cuentas, el trabajo trata de toda la persona, dijo Ostolaza, ya que algunos de los clientes no tienen otra persona con quien hablar.
"Ellos hablan conmigo y se sienten mejor", dijo. "Me siento bien con esto".
El conectar con este servicio comprobó para Escalera que su mudanza a Rochester fue lo correcto, dijo. A pesar de haberse enfrentado a algunos retos, ella reconoce que ella y su sobrina tienen la posibilidad de una vida mejor aquí que en Puerto Rico.
"Uno se siente más segura acá", dijo. "Y no hay nada de eso allá como Ibero y todos esos programas".