BRIGHTON — Sergio Chávez y Jorge Ramírez pueden haber seguido senderos diferentes, pero ambos colombianos están tomando juntos el próximo paso para convertirse en sacerdotes que sirven en la diócesis de Rochester.
Cuando era un joven adolescente, Chávez nunca se interesó en ser monaguillo, ni en participar en actividades de la iglesia, mientras que Ramírez estaba activo, y desde muy temprano sintió la llamada para servir a su iglesia y a su comunidad, según contaron en junio, en una entrevista en Beckett Hall, la residencia diocesana para los hombres que están discerniendo si tienen una vocación sacerdotal.
Aunque al principio él probó trabajar en el campo de telemercadeo, "siempre me ha gustado servir a las personas", observó Ramírez. Él pronto descubrió que el trabajo no se avenía con sus valores, especialmente en términos de honestidad, y él empezó a pensar en una vida de servicio religioso. En esa época, él empezó a hablar con un sacerdote de su diócesis sobre convertirse en un sacerdote y la posibilidad de venir a los Estados Unidos.
Chávez explicó que sus sentimientos sobre la espiritualidad y la iglesia comenzaron a cambiar durante su enseñanza secundaria, después que él se unió a un grupo de jóvenes junto con su novia de entonces. Él averiguó sobre los requisitos necesarios para ser un sacerdote y empezó estudios en el Seminario Mayor de Málaga Soata cuando tenía 16 años. Él no puede explicar lo que lo llevó a este cambio de vida, dijo Chávez.
"La verdad es que si tuviera una respuesta, no estuviera acá", añadió él. "Creo que fue algo mágico. Creo que es la llamada del Señor, Pero la respuesta todavía él la va a dar".
Los dos seminaristas pasaron el último año en Rochester tomando clases diarias de inglés en el Instituto San Bernardo, trabajando en dos parroquias urbanas y acostumbrándose a la vida americana. Ellos volvieron a Colombia en julio para unas vacaciones con sus familiares y amigos antes de volver y entrar oficialmente en el seminario en agosto. Ramírez estudiará en el Seminario St. Mary y en la Universidad en Baltimore, y Chávez en el Colegio Teológico de Washington, D.C.
La iniciativa de entrenar seminaristas de Sudamérica es parte de los esfuerzos de la diócesis para satisfacer las necesidades de la creciente población hispana, dijo Bernard Grizard, director de Ministerios de Apoyo a las Parroquias.
Aumentar el número de sacerdotes con una tradición cultural hispana ayudará a los católicos hispanohablantes de la diócesis a anclar su fe dentro de su propia tradición cultural", dijo Grizard. "Jorge y Sergio han sido muy bien recibidos por la comunidad hispana de la diócesis de Rochester, y también en las comunidades de habla inglesa y en la iglesia diocesana en general".
Ramírez, que tiene 29 años de edad, nació y se crió en Medellín. Él y sus dos hermanos sufrieron mucho de niños porque perdieron a sus padres y a sus abuelos, que los criaron, dijo él. Después de la enseñanza secundaria, él estudió enseñanza superior y gerencia de la educación en la Universidad de San Buenaventura. Después de hablar con su sacerdote sobre su vocación, él estudió Filosofía en el Seminario Mayor de Medellín y en la Universidad Pontificia Bolivariana.
Al principio, sus familiares, sus tíos y primos no tomaron seriamente su deseo de ser sacerdote, explicó Ramírez, Pero una vez que él comenzó el proceso, lo apoyaron en su decisión, añadió él.
El tuvo una reunión con el Hermano Juan Lozada, director del Apostolado Hispano de la diócesis, y con el Padre Jim Schwartz, director de vocaciones de la diócesis durante la primavera del 2009 en Medellín y discutieron su venida a Rochester para aprender inglés.
"Entonces, en mayo, me llamaron y me dieron la noticia de que iba a ser aceptado, con el favor de Dios", contó Ramírez.
Chávez nació en Bogotá, pero se crió en un pueblo pequeño llamado Uvita Boyaca. Después de completar un año de trabajo pastoral y de empezar sus estudios de teología en la Universidad Luis Amigo, tomó cierto tiempo para estudiar ingeniería. Pero después de discusiones con el Padre Fernando Bernal Parra, un sacerdote que conoció en Medellín, Chávez volvió a emprender sus estudios de teología. El Padre Bernal y el Padre Edwin Gómez, que fue el predicador de la Santa Misión en Rochester hace tres años, también habló con él sobre la posibilidad de que sirviera como un sacerdote en Rochester, añadió Chávez. El Padre Bernal también trabajó con Ramírez.
Una vez que él recibió la noticia por el Hermano Lozada de que había sido aceptado para el programa de inmersión en inglés en Rochester, Chávez les dijo a sus padres, abuelos y hermanos que iba a irse de Colombia.
Estuvieron muy contentos, un poco sorprendidos, con mi decisión", comentó Chávez. "Pero contentos porque saben que estoy haciendo lo que quiero y lo que me gusta".
Ambos colombianos sufrieron un pequeño choque cultural cuando llegaron a Rochester, dijo Chávez. Y estudiar inglés durante cinco horas al día el año pasado fue difícil, añadió Ramírez.
"Me pareció cuando la gente me hablaba que eran caricaturas japonesas, porque no les entendía nada", bromeó Chávez. "Pero poco a poco, creo que fue lo más maravilloso que empecé a entender, empecé a escribir, empecé a leer en inglés … y fui ganando tanto, que ya pues me comunico y ya puedo leer".
Además de experimentar la nieve y el frío por primera vez, dijo Ramírez, él todavía no puede creer todos los lugares que la pareja ha visitado, incluyendo la Ciudad de Nueva York, las Cataratas del Niágara y Chicago. Él dijo que también se maravilla con la belleza de los Finger Lakes.
"Son muy bonitos los paisajes", dijo él. "Todo es parte del proceso".
Ambos dijeron que su percepción de que los americanos eran una gente fría, independiente, no podía ser más diferente de la realidad que han experimentado. El interés y el apoyo que han recibido de los feligreses y del personal diocesano fue mucho más de lo que hubieran podido imaginar.
"Me encuentro una comunidad multicultural como la puertorriqueña, mexicana, como colombianos y lo mismo con los americanos donde se encuentra seres humanos también", notó Chávez. "Personas abiertas, personas alegres y personas que comparten".
El Hermano Juan dijo que Chávez y Ramírez habían sido bien recibidos por sus respectivas comunidades parroquiales, Los Santos Apóstoles y Nuestra Señora de las Américas,
"Les han tomado mucho cariño a estos muchachos, añadió él. "Son bien vistos por la comunidad. … Los quieren mucho y están bien pendientes de ellos".
Chávez y Ramírez dijeron que se han hecho amigos de otros seminaristas del área como también con los que han conocido en los seminarios adonde irán. Chávez también ha hecho nuevos amigos que lo han ayudado a aprender inglés mientras juegan fútbol con estudiantes de la Universidad de Rochester.
"Y yo que pensaba que no me iba a llevar bien con personas americanas", añadió él. "Y entre ellos ya he hecho muy buenos amigos".
Ambos están entusiasmados con empezar sus estudios en el seminario, lo que les tomará cuatro o cinco años, y con volver a Rochester en las vacaciones.
"Estoy feliz", dijo Ramírez. "Hay momentos de dificultad. … pero poco a poco uno se va superando".
Siento que el llamado del Señor es donde él me ponga y donde él me llame", añadió Chávez. "Sea como misionero, sea como sacerdote, sea como ser humano".