ROCHESTER — Por más de dos décadas, la Liga de Acción Iberoamericana ha proporcionado apoyo a las familias con problemas para asegurar que se mantengan juntas y que traten de resolver los problemas que confrontan.
Para Janice Carrión, ese apoyo ha incluido cosas básicas como transporte para las visitas al médico para ella y sus cuatro niños chiquitos, como también referencias a clases para padres y a grupos que dan ropa de bebés gratis y otras cosas.
Las referencias provienen del trabajador de casos Efraín Torres, que Carrión dice está siempre dispuesto a ayudarla.
"Él ha sido como una figura de padre", dijo Carrión, que tiene 23 años de edad, y se hallaba en las oficinas de Ibero en el 817 de la Calle E. Main el 27 de agosto. Había ido a dejar a dos de sus hijos a la fiesta de vuelta a la escuela organizada por Torres, que incluía juegos, almuerzo y el regalo de mochilas llenas con artículos para la escuela para 21 niños cuyas familias están inscritas en el programa de servicios preventivos de la agencia. Los artículos para la escuela fueron comprados con una donación de $450 hecha por Belén Colón, una feligresa de la parroquia Nuestra Señora de los Ángeles, y de su hija Mercedes Vázquez Simmons, y otra contribución de $100 del club Rotario Latino de Rochester.
Los juegos dirigidos por Torres proporcionaron la base para algunas lecciones sobre la vida.
"Ya estén tirando de una soga o haciendo una carrera de sacos, el trabajo en equipo siempre los hace avanzar más en la vida", les dijo él a los niños. "Los juegos son importantes. Aplaudir es importante. Lo hace sentirse bien a uno. Todos sentimos lo mismo. Se deben alentar los unos a los otros".
El programa de servicios preventivos forma parte del la unidad de apoyo a las familias, que recibe casos principalmente de la Oficina de Servicios de Protección de Niños del Departamento de Servicios Humanos del Condado de Monroe, dijo Elisa DeJesús, vicepresidenta de la división de servicios a la familia de Ibero. Después de ser referido a Ibero, el padre o madre del niño es conectado con servicios tan necesarios como consejería sobre salud mental, abuso de substancias o tratamiento de la dependencia del alcohol, o para consejería familiar, añadió ella.
"Es un programa … para prevenir el mal rato y prevenir mandar los niños a hogares de crianza", dijo DeJesús.
Carrión explicó que el padre de sus dos hijos mayores llamaba a los servicios de protección de niños, y la acusaba de cosas que luego se comprobaba que eran falsas. Pero esas llamadas la conectaron a Ibero y han sido una ayuda para su familia, añadió ella.
El apoyo emocional que ella ha recibido de Torres, uno de tres trabajadores de casos del programa, la ha ayudado en ocasiones en que se ha sentido abrumada y con estrés, especialmente ahora que se halla en espera de su quinto muchacho. Él le recuerda lo importante que es para el bienestar de sus hijos que ella controle su enojo, añadió ella. El enojo proviene del abuso sexual que sufrió durante cinco años cuando era niña y por lo cual ella recibió consejería antes de ir a Ibero, explicó Carrión.
"Él es el único que me puede calmar de verdad", dijo ella refiriéndose a Torres. "Él siempre cumple con su palabra. Siempre ayuda. Siempre está disponible".
En un momento de sus más de 20 años de existencia, el programa de Ibero sirvió a 110 familias. El año pasado, 68 familias recibieron servicios. Siempre que resulta posible, las familias son conectadas con servicios de la agencia tales como, nutrición, cuidado de niños o programas para jóvenes, por medio de su subsidiaria, el Centro de Desarrollo y Recursos para la Juventud Puertorriqueña, dijo DeJesús. El presupuesto anual de $214,896 del programa es fundado solamente por una subvención del Departamento de Servicios Humanos del Condado de Monroe, dijo ella.
Cuando una familia es referida a la agencia, el trabajador de caso que le es asignado se reúne con la familia y desarrolla un informe que contiene una meta que se desea obtener, explicó DeJesús. Muchas veces los padres no saben todas los recursos que están disponibles en la comunidad.
"En realidad cumple el objetivo de mantener a los niños junto a sus padres".
Muchas razones pueden llevar al condado a intervenir, dijo DeJesús, incluyendo llamadas de un vecino que piensa que un niño está siendo maltratado, o una llamada de un maestro que sospecha abuso al ver morados en un niño, o si se encuentra restos de drogas en la sangre de un bebé o si un niño se ausenta repetidas veces de la escuela.