Trauma. Depresión. Violencia. Vergüenza. Abuso.
Los efectos negativos de la pobreza pueden parecer insuperables. Con el fin de crear conciencia sobre la pobreza, un hombre local ha pasado años estudiando el tema y compilando una lista de 90 maneras como la pobreza afecta a las familias. Si se abordaran esas 90 formas comenzando con los miembros más jóvenes de las familias pobres, la pobreza podría erradicarse, dijo John Strazzabosco, autor de Ninety Feet Under: What Poverty Does to People (Noventa pies por debajo: Lo que la pobreza le hace a las personas), al Catholic Courier durante una entrevista el 8 de junio.
“Somos la potencia económica número uno en el mundo, y una cuarta parte de nuestros niños viven en la pobreza”, dijo. “¿Cómo podemos vivir con eso?”
Strazzabosco habló sobre su libro durante un evento de lanzamiento el 14 de junio en el Centro de la Misericordia en Brighton junto con la Hermana de la Misericordia Janet Korn y Darrin Griffiths de Word & Deed Publishing.
Strazzabosco se interesó por primera vez en estudiar la pobreza hace unos 12 años como feligrés de la Iglesia de la Transfiguración en Pittsford, dijo. Los feligreses de la Transfiguración habían emprendido la decimonovena anotación, basada en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, y la parroquia también había desarrollado una relación urbana-suburbana con la Iglesia de San Andrés en Rochester.
Él y su esposa, Jeanne, comenzaron a trabajar como voluntarios en el centro de acogida de la Escuela San Andrés y también asistían a misa en la parroquia de Rochester una vez al mes. La Hermana Korn dijo que conoció a Strazzabosco en el centro y quedó impresionada con la forma como se involucró en las vidas de los niños servidos por el centro.
“Habló con ellos, llegó a conocer sus dolores, penas, alegrías”, dijo la Hermana Korn. “Realmente comenzó a estudiar qué les causaba perjuicio, qué los hacía fuertes, cómo las vidas de sus hogares les influían tanto… aquellos que tenían hogares”.
“Estaba interesado en aprender más… ‘¿Por qué? ¿Por qué la (pobreza) no ha cambiado durante 50 años o más?’”, comentó él.
Tras sus experiencias en el centro de acogida, Strazzabosco dijo que desarrolló una presentación para compartir con sus compañeros feligreses. Las anécdotas de sus experiencias en el centro también se detallan en su libro, incluida una sobre un joven con el que se ha mantenido en contacto y que ahora está cumpliendo cadena perpetua en prisión.
Después de que la Iglesia de San Andrés y su centro de acogida se cerraron en 2011, Strazzabosco trabajó con la Hermana Korn para buscar investigaciones que pudieran responder a sus preguntas sobre la pobreza. Se reunieron con un par de médicos locales que habían analizado cómo la pobreza afecta a los niños. También estudió el trabajo de Ruby Payne, quien ha escrito varios libros sobre personas nacidas en la pobreza, agregó la Hermana Korn.
“Después de eso, siguió haciendo preguntas, qué le pasa a la gente y siguió prosiguiendo la idea de cómo la pobreza y el trauma afectan la vida de tantas personas”, dijo ella.
Continuó su investigación y añadió a su presentación sobre la pobreza.
Por eso, comenzó a trabajar en un libro en 2014 basado en su investigación y presentación, en parte para ayudar a disipar los estereotipos sobre las familias que viven en la pobreza, explicó Strazzabosco. La presentación incluyó no solo los efectos socioeconómicos de la pobreza en relación con la vivienda, la educación y las oportunidades de trabajo, sino también los efectos fisiológicos de la pobreza generacional. La depresión, el abuso, el miedo, la falta de nutrición y la falta de actividades saludables desempeñan un papel en cómo los circuitos cerebrales se desarrollan o no lo hacen, explicó en sus presentaciones.
Inicialmente pensó en escribir 90 ensayos para el libro basados en los efectos de la pobreza que había identificado, pero luego se dio cuenta de que su presentación proporcionaba una mejor plantilla para una descripción general y un llamado a la acción. Luego buscó asesoramiento sobre la publicación y comenzó a enviar por correo electrónico un capítulo de muestra a varios editores. En el camino, recibió comentarios positivos y aliento – y varias cartas de rechazo – hasta que encontró a Griffiths de Word & Deed Publishing el otoño pasado.
Marlene Bessette, directora ejecutiva del Centro Católico Familiar de Rochester, quien leyó una copia preliminar del libro, dijo que destaca lo que las agencias como la de ella ven todos los días: los que viven en la pobreza, especialmente la pobreza de generaciones múltiples, tienen demasiadas barreras al progreso económico que comienzan desde el día en que nacen. “Creo que el libro es más beneficioso para aquellos que están lejos de la realidad de la pobreza y piensan que la solución es tan simple como que ‘la gente solo tiene que conseguir algo de motivación y ponerse de pie por sí misma’”, escribió en un correo electrónico al Catholic Courier. “Por otro lado, tenemos que ser igualmente sensibles de que los lectores no den por sentado que algunas de estas barreras que comienzan en la infancia son el resultado de una crianza pobre: no es que las personas en la pobreza sean pobres padres, sino que no tienen recursos, pero si tienen muchos factores estresantes que afectan su capacidad para brindar apoyo adecuado a su familia”.