Discuten la universidad y las relaciones

ROCHESTER — Cuando Jessica Colorado comenzó a estudiar en la universidad de Rochester, ella extrañó la cultura latina de su casa.

Aunque estaba segura de su decisión de ir a la universidad y estudiar química, extrañaba una comunidad que la representara mejor. Pronto descubrió SALSA — la Asociación de Estudiantes Españoles y Latinos de la Universidad de Rochester.

"Teníamos programas y eventos que le mostraban a los demás estudiantes lo que es la cultura latina. Cocinábamos y teníamos bailes. Queremos compartirla (la cultura latina), dijo Colorado.

Colorado junta con otras tres estudiantes de licencia y de maestría contaron sus historias durante una sesión del evento ¡Soy Única! ¡Soy Latina! celebrado el 20 de marzo. Las sesiones estaban divididas por edades. La sesión a la que asistió Colorado sobre asociaciones estudiantiles femeninas estaba dirigida a las estudiantes de enseñanza secundaria, desde el grado 9º hasta el 12º, mientras que las estudiantes de sexto a octavo grado asistieron a una sesión sobre relaciones saludables.

La sesión sobre asociaciones femeninas fue animada por Iveth Reinolds de la Sociedad Nacional de Hispanos con Maestrías en Administración de Empresas, que también es miembro de la junta directiva de Latinas Unidas, que coordina el evento anual. El panel estaba compuesto por dos estudiantes de licencia, las estudiantes de la Universidad de Rochester Jessica Colorado y Catherine Laureano, dos estudiantes de maestría o de doctorado, Yversha Román y Gloria Calderón, todas las panelistas eran miembros de una asociación estudiantil femenina o de la comunidad hispana de la universidad.

"Este panel tiene por objeto permitirles a ustedes hablar con estudiantes de licencias, maestrías, o doctorados" dijo Reynolds para introducir la discusión. "Ellas están aquí para hablar de sus retos y de cómo le han abierto el camino a la comunidad latina".

Las estudiantes empezaron a hablar sobre sus especialidades. Román que se graduó de la Universidad Nazareth con un diploma en trabajo social, dijo que siempre supo que quería dedicarse a ese campo.

"Yo sabía que quería trabajar con muchachos", dijo ella.

Laureano, estudiante de último año de la Universidad de Rochester, entró a la universidad sin saber a qué deseaba dedicarse.

"Probé muchas clases, pero terminé dedicándome a las relaciones internacionales".

Las participantes hicieron una serie de preguntas sobre la universidad, incluyendo temas tales como becas, cambios de carreras, universidades tradicionalmente afroamericanas o latinas y universidades con fama de ser muy "fiesteras".

"Uno puede tomar malas decisiones (en una universidad "fiestera")", dijo Román ."Uno tiene que controlarse a sí mismo. Uno quiere pasarla bien en la universidad, pero hay que tomar buenas decisiones.

Al igual que Colorado, otras panelistas contaron sus luchas por encontrar una comunidad latina fuerte en la universidad. Las otras panelistas, por lo general, habían venido a Rochester de ciudades grandes, y dijeron que la transición a la comunidad local fue difícil.

"Cuando vine a Rochester por primera vez, nadie sabía lo que era ser dominicana", comentó Calderón. "Pero por intermedio de mi organización (Sigma Lambda Upsilon, Señoritas Latinas Unidas Sorority Inc.) empecé a enseñarle a la gente sobre mi cultura".

Enseñar también fue el foco de la sesión sobre relaciones saludables, animada por Bunny Dugo y Brian Allen del Centro para la Juventud, que ofrece consejería y un albergue de noche para los muchachos que han abandonado sus hogares o que no tienen casa. Dugo y Allen dirigieron a las participantes en una serie de ejercicios que tenían por fin animarlas a tomar decisiones saludables en relaciones platónicas y románticas.

En el primer ejercicio, se les pidió a dos voluntarias que se sentaran en el suelo con las piernas cruzadas, que se tomaran por las muñecas y que trataran de levantarse. Después de algún trabajo, las muchachas se pudieron levantar. Se les pidió a las mismas muchachas que se sentaran de espaldas una a la otra, que se entrelazaran los codos y que trataran de pararse. Esa vez las muchachas no lograron pararse.

Allen le preguntó a las participantes por qué pensaban que las muchachas se habían podido poner de pie la primera vez, pero no la segunda. Las participantes observaron que cuando las dos muchachas estaban de espaldas, no podían ver cuando una estaba teniendo dificultades para lograrlo. Allen explicó que el ejercicio era una metáfora de las relaciones, y que es importante tener buenas comunicaciones en una relación.

"Uno debe asegurarse que están considerando las cosas de la misma manera", explicó Allen.

"Hay retos en las relaciones, pero uno puede hablar sobre los mismos para resolverlos", añadió Dugo. "Uno llega a un acuerdo".

El próximo ejercicio trató sobre una serie de escenarios. Las muchachas escuchaban un escenario relativo a una relación con una amistad o un novio y decidían entonces si mantendrían la relación o no. Una esquina del salón significaba que mantendrían la relación y otra esquina que la dejarían, y las muchachas se movían a uno u otro según su decisión. En un escenario, la muchacha veía a una amiga flirteando con su novio. Once muchachas dijeron que terminarían la relación y siete dijeron que la mantendrían.

La sesión terminó con un ejercicio en que se distribuyó a las muchachas un papel que decía "Lista de Cosas que Deseo con Respecto a un Novio", y las muchachas debían escribir las cosas que deseaban en una relación y las cosas que no eran importantes para ellas.

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