Con numerosos carteles contra el acoso adornando sus paredes, la Escuela de la Santa Cruz en el vecindario Charlotte de Rochester intenta hacer una declaración clara.
El mensaje es enfatizado también en los salones de clase a través de discusiones semanales acerca de la prevención de la intimidación.
En la mañana del 16 de diciembre, la clase de cuarto grado de Annmarie Missell estaba llena de bromas animadas al discutir las maneras de tratar a las personas con amabilidad, notar la diferencia entre el acoso y la burla y examinar cómo responder a un incidente de intimidación ya sea como víctima o transeúnte.
Tales esfuerzos como los de la Santa Cruz han surgido del Programa de Prevención del Acoso Olweus, que está siendo implantado en todas las escuelas diocesanas durante el año escolar 2013-14. La iniciativa se está llevando a cabo a instancia del superintendente Anthony Cook en su primer año, quien considera a Olweus como la iniciativa principal disponible para reducir los incidentes de acoso y lograr una mayor conciencia social.
Cook dijo que el método Olweus armoniza naturalmente con el ambiente de las escuelas católicas basado en la fe y valores, enfatizando el amor, respeto y apoyo mutuo y la inclusión. Aunque él enfatizó que "el acoso no ha sido un problema prevaleciente en nuestras escuelas", Cook y varios de los principales entrevistados para esta historia estuvieron de acuerdo en que el acoso puede ocurrir en casi cualquier lugar, y por eso tenemos que prestarle atención tanto en las escuelas católicas como en las públicas.
"Es la naturaleza humana", observó la principal de la Santa Cruz Mary Martell, indicando, sin embargo, que este hecho no hace que el acoso sea aceptable. Por lo tanto, ella y otros administradores dijeron que acogen las contribuciones de Olweus para mejorar el desarrollo del carácter de los estudiantes.
"El mismo prepara para la manera de hablar con alguien en el mundo real", dijo Cook.
Aunque el Distrito Escolar de la Ciudad de Rochester usa otro programa para combatir el acoso, el enfoque es también en el desarrollo de características positivas en los estudiantes, dijo Lori Baldwin, la directora de seguridad y protección del distrito. Cada escuela desarrolla su propio acrónimo para las cinco características que ellos identifican como importantes, explicó.
"Si se les enseña esa conducta positiva y se les adiestra a una edad más temprana, ellos florecerán como estudiantes y miembros de la comunidad más respetuosos", dijo. "Tratamos de desarrollar el carácter usando el currículo de la escuela. … Por eso, en vez de decir, ‘No acoses’, uno está enseñando a los niños lo que deben hacer".
Hable
Al concentrarse en los ambientes sociales vitales — la comunidad, escuela, salón de clases y el individuo — Olweus enseña al personal, estudiantes en todos los grados y a los padres a estar alertas a posibles situaciones de acoso, intervenir, reportar y dar seguimiento. El programa lleva el nombre de Dan Olweus, un psicólogo sueco cuya investigación sobre el acoso se remonta a principios de los años 1970. Fue lanzado en las escuelas diocesanas el verano pasado con el objetivo de que estuviera implantado totalmente para la Semana de las Escuelas Católicas en el 2014, celebrada del 26 de enero al 1 de febrero.
Los pasos tomados hasta la fecha han incluido capacitación a los administradores escolares y la facultad; establecimiento de equipos de la facultad y administración de encuestas a los estudiantes para identificar dónde, cuándo y cómo podría estar dándose el acoso en las escuelas. Las encuestas produjeron "datos concretos" de acuerdo a Steve Oberst, principal de la Escuela San Pío Diez en Chili.
Discusiones de los estudiantes — tales como las de los estudiantes de cuarto grado de la Santa Cruz el 16 de diciembre — han empezado en varias escuelas. Durante esa discusión como parte del enfoque de Olweus en ayudar a otros, los jovencitos entusiasmadamente ofrecieron ideas para "actos bondadosos al azar".
"Abrir la puerta para otra gente", sugirió Kiara Nkugwa.
"Uno puede ayudar a llevar cosas a otros", dijo Desire Kasinge.
"Uno puede visitar una casa de salud", añadió Colin Bavibidila.
Los jóvenes se pusieron más sombríos cuando recordaron incidentes cuando habían sido víctimas o presenciado burlas. Éste fue un diálogo importante ya que uno de los objetivos principales de Olweus es distinguir entre burlas/bromas de la intimidación.
"Esto (intimidación) tiene que ser deliberadamente hiriente. Tiene que ser repetitivo o indeseado", dijo Cook. "Una vez que un niño le dice a otro niño que algo no le gusta y ellos siguen haciéndolo, eso es intimidación".
El acoso, según el sitio web de Olweus (www.violencepreventionworks.org), "es conducta agresiva intencional que involucra un desbalance de poder. Más a menudo, se repite en el tiempo". Esta conducta puede ser verbal, en forma de comentarios despectivos e insultos; física, tales como golpear, patear, empujar o escupir, o producirse a través de la exclusión social o el aislamiento. Puede ser propagando mentiras y rumores falsos; dañar o tomar posesiones o dinero, o amenazar o forzar a la víctima a hacer cosas. La intimidación puede ser racial, sexual o de naturaleza de base tecnológica.
Olweus enfatiza que las víctimas deben reportar el acoso a un adulto, y que los transeúntes deben hacer lo mismo y también denunciar la conducta de intimidación — a cambio de unirse o quedarse callados por el temor de involucrarse, ser etiquetados como habladores y/o convertirse en blanco del bravucón también.
El distrito escolar de la ciudad ofrece un formulario para reportar en línea, que está asequible en el sitio web del distrito, http://rcsdk12.org, dijo Baldwin. El formulario, que puede ser presentado en forma anónima, es parte de la nueva iniciativa contra el acoso escolar que el distrito puso en su lugar al inicio del año escolar a través del departamento de educación del estado de Nueva York "Dignidad para Todos los Estudiantes (DASA, siglas en inglés)", ella dijo. Cada escuela tiene un coordinador de DASA, a quien los estudiantes pueden recurrir en casos de acoso, dijo Baldwin. Los coordinadores entonces hacen frente a estas situaciones, dijo.
"Muchas veces nuestros niños tienen miedo", comentó Baldwin. "Queremos abrir los caminos para que un niño pueda decir ‘Estoy siendo intimidado’".
Sin embargo, los que participan en la intimidación necesitan apoyo y orientación, señaló Cook, comentando que la gente joven, en particular, podrían no darse cuenta cuando están intimidando o "qué efecto eso va a tener sobre otra persona".
"Nunca etiquetamos a un niño como bravucón", dijo Cook. "Etiquetamos la conducta que exhibe, porque la conducta puede ser cambiada y se puede enseñar".
Y solamente porque alguien ha acosado "no quiere decir que sea un niño malo", añadió Tobia.
La conciencia es de vital importancia hoy día
Tobia dijo que estos puntos importantes tienen más probabilidad de arraigarse a través del programa Olweus porque es continuo, a cambio de una presentación una vez.
"Los niños realmente desean hablar acerca de esto — ‘Bueno, esto me pasó a mí y esto otro me pasó a mí’. Desean hablar de las cosas que les incomodan" dijo él. Esto es diferente del pasado, cuando el acoso "era algo callado — uno lo aceptaba", comentó.
Sin embargo, Cook dijo, esta falta de acción en algunos casos ha producido resultados trágicos a consecuencia de la intimidación.
"Cosas horribles han ocurrido — los niños se han matado, tiroteos en las escuelas", dijo él.
Oberst citó la masacre del 1999 en la Columbine High School — donde los estudiantes Eric Harris y Dylan Klebold mataron a doce compañeros, un maestro y a sí mismos, según informes como respuesta a un historial de haber sido acosados — como momento crucial para llevar la discusión pública del acoso a primer plano.
Martell y Oberst añadieron que la vigilancia respecto al acoso es mucho más vital en esta era de los medios sociales, cuando la capacidad de la mensajería a través de mensajes de texto, Facebook y similares han abierto la puerta para el acoso cibernético — atacar a los demás a través del ordenador, a menudo de manera anónima, con palabras hirientes que pueden circular a una amplia audiencia y son prácticamente imposibles de erradicar por completo.
Los padres tienen que estar vigilantes y monitorear los sitios de los medios sociales de sus niños, dijo Baldwind, especialmente cuando incidentes de intimidación cibernética están ocurriendo entre estudiantes incluso en las escuelas primarias.
"Los padres tienen que entender que esto ocurre" dijo refiriéndose a la intimidación cibernética. "Y su niño podría no solo ser el que recibe. Usted quiere asegurarse de que su niño no está haciendo algo que perjudique a otro niño. Necesitamos padres que enseñen responsabilidad a sus niños cuando usan Facebook, Twitter o cualquier otro sitio de medios sociales".
Contiene reportaje por Annette Jiménez