LEICESTER — Altares creados en honor a los seres queridos difuntos, conocidos como ofrendas, en el estado nativo de Artemio Ruiz, en Veracruz, México, hubieran hecho lucir pequeño al gran altar que estaba el 2 de noviembre en la Iglesia Sto. Tomás de Aquino.
Él dijo que las ofrendas en su país de origen mostraban fotografías de familiares fallecidos que para él incluyen ahora a su padre y tres hermanos.
Mantener la tradición para celebrar el Día de los Muertos, hace lucir más corta la gran distancia que los separa de su país de origen concurrieron Luis y Nicolás Gutierrez, también de Veracruz.
"Para nosotros estos días no son de tristeza", explicó Gutierrez. "Vienen ellos (los familiares) a visitar un día al año. Vienen para estar con nosotros".
Los hombres y sus esposas, que prepararon varios platos de comida, participaron el 2 de noviembre en un programa en la iglesia patrocinado por el Consejo de Artes del Condado de Livingston. El evento marcó el final de la serie de "Comidas Festivas" que tenía por objeto destacar las comidas tradicionales que forman parte de celebraciones culturales en la región, explicó Karen Canning, directora de un programa de artes tradicionales para el Consejo de las Artes de Genesee Valley.
"La comida es algo que perdura por largo tiempo en la mayoría de las culturas", dijo ella.
Los platos favoritos de los difuntos son parte de las ofrendas, dijo Canning mientras presentaba informaciones sobre la colorida exhibición cerca del altar a más de 50 personas.
Las ofrendas incluían calabazas, panes, frutas y tamales, bajo un arco floral colorido, junto con jarrones de crisantemos blancos, púrpura y amarillos. En México las flores que se usan no se pueden encontrar aquí en esta época del año, explicó Canning.
Ella también presentó una exhibición de diapositivas de una celebración del día de los muertos en Oaxaca, incluyendo familias que pasan la noche en un cementerio. Ella visitó esa área del sudeste de México hace una década. Ella observó que esa fiesta tenía su origen en que los católicos celebran el Día de todos los Santos el primero de noviembre y el día de los difuntos el dos de noviembre, fiestas que los conquistadores trajeron con ellos cuando trataron de evangelizar a los pueblos indígenos de México.
"Esa época de la cosecha era cuando las almas se comunicaban con nosotros… y esto se combinó con la tradición católica de recordar a los santos que nos precedieron". Canning dijo que los indígenas mezclaron sus creencias con las de los conquistadores españoles.
Eduardo Rodriguez, de la Ciudad de México, dijo que la tradición también tenía su origen en el respeto a los antecesores, y que eso la diferencia de Halloween en los Estados Unidos.
"En México creemos que es tan natural morir como nacer y que por eso hay descripciones de calaveras haciendo actividades de los vivos. Y que esta (ofrenda) es una muestra de respeto a los seres queridos".
Después de la presentación, la audiencia fue invitada a tomar ponche, chocolate caliente, tamales y roscas del día de los muertos. Los niños podían hacer flores de papel, máscaras y esqueletos con la ayuda de estudiantes de español de las escuelas de York Central.
Carreoll Jones, una parroquiana de la Iglesia Sta. Agnes de Avon dijo que ella admiraba mucho la tradición.
"Yo pienso que es una idea maravillosa, dijo Jones, que fue a la presentación con su amiga Kathy Zimmer, que va a la Iglesia San Mateo de Livonia.
Jones dijo que cuando se siente perdida le pide ayuda a su difunto padre y él la envía por el camino correcto. Ella también se comunica con otros parientes difuntos.
"Yo creo que nadie se va completamente. No están lejos de nosotros".