BROCKPORT — Un grupo de unas 25 personas cosechó más de 10,000 libras de calabaza bajo un brillante sol otoñal, durante varias horas de trabajo en los campos de la Finca Martín.
No se trataba de típicos trabajadores del campo, eran empleados de Rochester Gas & Electric quienes junto con familiares y amigos pasaron la mañana del 23 de octubre tomando parte en "Gleaning with Meaning" (Cosechando con Significado) el primer año de un programa de Foodlink por el cual voluntarios cosechan las calabazas que quedan en la Finca Martín como una donación a la organización.
El proyecto de Foodlink es uno de varios en los que los empleados de RG&E tomaron parte ese día como parte de los esfuerzos anuales de servicio comunitario organizado por Ibedrola USA, la compañía madre de RG&E. La compañía, que está basada en España, organiza un día anual para hacer trabajo de voluntario, pero esta es la primera vez que los empleados locales participaron, dijo Dick Marion, portavoz de RG&E. Otras compañías del interior del Estado de Nueva York y de New England que Iberdrola le compró hace dos años a Energy East tambien sirvieron a sus comunidades en el Dial Internacional de Voluntario, añadió él.
En Rochester, los voluntarios también donaron sus esfuerzos a la Asociación de Parálisis Celebrar y a Volunteers of America.
"Lo hace sentirse a uno agradecido por lo que tiene", dijo Marion de su experiencia en la Finca Martín. "Recuerda lo que nos han dicho de chiquitos que es mejor dar que recibir".
Aunque varias fincas han donado por años las cosechas que les sobran por medio del programa Gleaning with Meaning, este año Foodlink acudió por primera vez a la Finca Martín, dijo Jeannette Batiste, la jefa de operaciones de Foodlink. Las 13, 000 libras de calabaza que los voluntarios recogieron serán distribuidas a agencias y despensas de emergencia en los diez condados que sirve la organización.
"Es parte de nuestros esfuerzos para aumentar la distribución de vegetales frescos", dijo Batiste en un correo electrónico.
Cuando llegó a la finca, el grupo de RG&E recibió instrucciones de cómo cosechar en las hileras de plantas en las que iban a trabajar y como escoger las calabazas basado en el tamaño y la apariencia, explicó Marión.
"Los empleados de la Finca Martín fueron muy pacientes con nosotros que trabajábamos como agricultores por primera vez", añadió Dave Kozlowski, un técnico de consumo industrial de gas de RG&E.
Los campos de la finca que tiene 3,000 acres son tan extensos que el grupo solo podía ver hileras de plantas que ya habían sido recogidas, dijo Marion, un feligrés de la Iglesia Santa Cruz de Charlotte. Poro una vez que pasaron una loma por un camino de tractores, pudieron ver las hileras de calabazas que se hubieran podido haber quedado sin cosechar de no haberlo hecho ellos. Los voluntarios empezaron a trabajar y llenaron ocho cajas del tamaño de una secadora de ropa.
"Los admiro", dijo Marion de los trabajadores del campo. "Es un trabajo muy retador".
Además de apreciar mejor las dificultadas que presenta el trabajo en una finca, Kozlowski dijo que la experiencia fue beneficiosa de muchas maneras.
"Fue muy agradable ver la gran variedad de personas de diferentes edades, desde muchachos de la escuela media hasta estudiantes de último año que estaban ayudando", dijo él. "Yo nunca pensé en todos los frutos que no recogen las máquinas. La gente tiene que recogerlos. (Ahora) se usarán para una buena causa y no se desperdiciarán.
Nélida Antonetti, una representante de servicio a la clientela dijo que ella levó consigo a su hijo de 11 años de edad, Alexander Quiñónez, para ayudarlo a entender que suerte tiene porque no le falta la comida.
"El me dijo, ‘Estoy contento de haber venido. Es mucho trabajo y ahora sé por lo que pasan los granjeros", añadió Antonetti. "Es más fácil oír sobre algo, que estar ahí y hacer el trabajo tan duro. …Yo le dije, ‘Me alegro que te haya gustado porque lo vamos a hacer otra vez el año que viene".