ROCHESTER — Un grupo que trata de mejorar las condiciones de vida en los barrios del noreste de la ciudad de Rochester le da esperanza a los residentes mientras continúa a combatir la violencia y las drogas.
"Están haciendo buen trabajo", dijo Ruth Fuentes, mientras escuchaba sentada a los oradores del Proyecto HOPE (Esperanza), que hizo una parada en los apartamentos Los Flamboyanes, durante una marche el 22 de junio. "Ayudan a mucha gente. … Es para el futuro de nuestros nietos".
Fuentes, que se recuperó de las drogas hace 13 años, paró a Sacha Ríos, la coordinadora de participación de residentes del Proyecto Hope, para preguntarle sobre obtener ayuda para mantenerse en el buen camino. Ella dijo que varias amistades habían muerto por las drogas en los apartamentos.
"La adicción a las drogas no se cura, se aguanta", añadió la nativa de Puerto Rico. "Me voy a juntar".
El Proyecto Hope, una iniciativa de la corporación de desarrollo iberoamericana, comenzó sus marchas en colaboración con la Iglesia San Miguel, como un esfuerzo anti drogas. Las marchas se han expandido para permitir participar a otras agencias y grupos del barrio, a fin de hacer trabajo de alcance.
Hilda Rosario Escher, directora y primera ejecutiva de la Liga de Acción Iberoamericana, dijo que ella estaba satisfecha de haberse podido unir a la marcha el mes pasado y comentó que los participantes habían pasado por delante de bodegas, de hombres reunidos en las esquinas y de sacos de basura rotos. Ella dijo que estaba orgullosa de lo que el Proyecto Hope había logrado en dos años: crear, un parque de juegos, un sendero titulado El Camino, y un centro para jóvenes en San Miguel. A menudo los niños que van al centro participan en las marchas, dijo Ríos.
Las marchas de la comunidad tienen lugar cada dos semanas. Empiezan enfrente de San Miguel y también comienzan y terminan con una oración dicha por el Padre Laurence Tracy.
Rosario Escher dice que ella también está orgullosa del papel de la comunidad en los esfuerzos del Proyecto Hope.
"Se interesan en la comunidad, dicen lo que quieren hacer", dijo ella. "Nosotros no les decimos nada. Ellos son los que dicen, "Necesitamos esto".
El Padre Tracy, que ha estado activo en la comunidad latina por décadas y recientemente celebró su 45º aniversario como sacerdote, se mudará el mes que viene a una casa que está alquilando en la Calle Siebert. Durante la marcha del 22 de junio, se detuvo allí para saludar a algunos de sus futuros vecinos.
Durante la parada en la esquina de Clinton y Siebert, el Padre Tracy le pidió a los vecinos del área que trabajaran juntos para traer paz a la comunidad.
"Todos son bienvenidos a mi casa", dijo él. "Juntos vamos a limpiar a Siebert… y a todas las calles".
Durante una reunión de ciudadanos hace unos meses, el Padre Tracy le pidió a Mary Ann Heroux que se uniera a las marchas. Heroux contestó que ella no podía decir no, especialmente cuando pensaba en el versículo de Mateo 5:41 "Cualquiera que le pida a alguien que camine una milla, debe acompañarlo durante dos".
"Quiero darles a la gente y al área esperanza, quiero que sepan que nos preocupamos por ellos y que no deben tener miedo", dijo ella.