NEWARK — La oficina de Beverly Sirvent en el centro de Newark de Salud de la Comunidad Finger Lakes (FLHC, siglas en inglés) es bastante escasa.
Sirvent incluso señaló la falta de decoración durante una entrevista el 8 de diciembre en el centro, donde ella es directora del programa para migrantes. La mayor parte de su tiempo lo pasa fuera de la oficina, explicó, viajando entre los diferentes centros de FLHC en su trabajo con sus equipos de alcance que se extienden desde las montañas Adirondacks hasta la zona norte del estado (North Country).
Por eso cuando su colega, Raquel Medina, deseaba decirle que sería honrada con un Premio de Reconocimiento de Latinas Unidas por Liderazgo Inspirado, Medina tuvo dificultad para detenerla en la oficina para que la notificación fuera especial. Finalmente, Medina tuvo que decirle que tenía algo importante que decirle y le dio la noticia.
"Ellos querían que (el anuncio) fuera algo elaborado", dijo Sirvent riéndose.
Ella dijo que se sentía honrada por haber recibido el Premio de Reconocimiento en noviembre pero tenía sentimientos encontrados porque ella siente que su trabajo no está centrado en la comunidad latina solamente sino en la comunidad migrante en general, que está compuesta de haitianos y jamaiquinos junto con hondureños y guatemaltecos.
"Desde luego entonces ellos (compañeros de trabajo) me dieron todas las cartas que habían escrito", incluyendo una de la Directora Ejecutiva del centro, Mary Zelazny. "Todas las cosas maravillosas que dijeron me hicieron llorar. … Fue muy bueno".
El premio también le dio una plataforma para recordar a toda la comunidad el papel vital que la población migrante desempeña para llevar la comida a la mesa de los americanos, dijo Sirvent.
"Trabajo con diferentes agencias que trabajan con la comunidad migrante, por eso creo que todo el mundo conoce la comunidad migrante", dijo. "He estado viviendo en una burbuja".
Medina dijo que ella nominó a Sirvent por su dedicación hacia la comunidad migrante. Y los equipos médicos y de alcance que Sirvent supervisa son "la liga de justicia real", añadió. Aunque ellas no trabajan juntas directamente, las dos mujeres son parte de la Coalición Migrante Finger Lakes que incluye intercesores de otras agencias del área también, dijo Medina. Ella describió a Sirvent como triunfadora.
"Ella es una líder", dijo Medina. "Ella identifica la necesidad e inmediatamente empieza a investigar los recursos. Ese es el tipo de persona que ella es".
Sirvent tiene una habilidad especial para penetrar el temor que domina la vida del trabajador migrante, dijo Peter Mares de la Caridades Católicas del Condado de Wayne, que trabaja junto a ella como intérprete.
Él sirve también con ella en la coalición, donde ella ha servido en muchas capacidades, y comentó que su premio es bien merecido.
"Ella comparte sus sentimientos y se mantiene en contacto con los problemas que están sucediendo", dijo Mares. "Ella es muy perspicaz. Ella es muy inteligente y amigable y accesible. Siempre he podido llamarla".
Sin embargo, Sirvent no empezó como intercesora y defensora de los trabajadores migrantes.
Cuando crecía en la Ciudad de México, ella obtuvo un diploma en ingeniería agrícola de la Universidad Autónoma Metropolitana. Ella desarrolló cursos en cultivo urbano en el instituto Nacional para Educación de Adultos, una organización similar a Extensión Cooperativa de Cornell, dijo Sirvent. Incluso entonces, ella recuerda haber ayudado a las personas a retornar a la escuela y terminar la escuela intermedia y secundaria, ya que muchas de las personas con las cuales ella trabajaba eran analfabetas, dijo Sirvent.
Posteriormente, ella obtuvo un certificado para Enseñar Inglés para Hablantes de Otros Lenguajes de la Universidad de California y enseñó en una escuela privada y empezó a escribir un currículo para kindergarten hasta el sexto grado.
Mientras tanto sus padres se jubilaron hace más de una década y se mudaron de nuevo al área de Naples, donde ella había pasado tiempo de niña cuando su madre echaba de menos su hogar, dijo. Su madre fue misionera en México por muchos años antes de conocer a su padre, abogado en México. Debido a los retos que hubiera tenido tratando de practicar leyes en los Estados Unidos, sus padres se quedaron en México. Pero cuando sus hermanos tambié, se mudaron a esta área, Sirvent dijo que eventualmente ella los siguió.
La familia no fue la única razón por la que ella escogió mudarse a la región de los Finger Lakes en el 1999. Ella había considerado la búsqueda de diplomas de maestría y doctorado en ingeniería agrícola en la Universidad de Cornell en Ithaca, que era una de cinco universidades que ofrecían tales opciones en esos momentos, explicó.
Sin embargo, cuando ella llegó, ella no tenía idea de lo que haría, dijo Sirvent. Un vecino la animó para que solicitara un empleo como intérprete en el Centro de Salud Rushville. Al poco tiempo de estar ahí ella fue reclutada para trabajar en el Proyecto de Salud Migrante Finger Lakes, conocido como Salud de la Comunidad Finger Lakes. Muy pronto después de ella haberse incorporado al personal en el 2000, ella llegó a ser supervisora de los trabajadores de salud de la comunidad y se involucró con el programa médico móvil del centro, dijo. Sirvent también ofrece un programa de traducción médica al personal al igual que a agencias externas.
Cuando ella empezó a supervisar el programa móvil, los equipos visitaban 12 campamentos migrantes al año de 300 granjas que están en el alcance del centro, dijo Sirvent. Ella aumentó el personal de 13 miembros a 180, y ahora los equipos, que proveen detección de enfermedades y servicios médicos en el lugar, visitan tantos campamentos como sea posible.
El centro sirve a 24,000 personas anualmente, incluyendo pacientes en varios lugares por toda la región de los Finger Lakes, dijo Sirvent.
Además de extender el acceso al servicio móvil, Sirvent dijo que ella también cambió el método usado por el servicio. Los equipos van en las noches y los fines de semana de modo de no interferir con el horario de trabajo de los trabajadores. Se les dice tanto a los proveedores médicos del personal como a los voluntarios que operen de un modo similar a "Médicos sin Fronteras" cuando van a los campamentos, dijo, ofreciendo cualquier tratamiento que sea necesario en el momento.
"Estamos sirviendo a los desatendidos", comentó.
A veces, los equipos pueden tener que urgir a los trabajadores para que obtengan los exámenes o tratamientos, y ahí es cuando su español hablado con acento mejicano es útil, dijo.
"Mi pasión es estar con ellos", dijo refiriéndose a los trabajadores.
El trabajo de Sirvent en el programa móvil ha salvado a muchas personas, observó Medina.
"La elogio por el trabajo que ella hace cada día", añadió.