PITTSFORD — ¿Por qué el racismo es un tema tan difícil y tabú? Esa pregunta fue planteada y discutida durante el primer día del taller de dos días.”Construyendo la comunidad amada: Racismo y más allá”, que se llevó a cabo en la Escuela de Teología y Ministerio San Bernardo.
Organizado por el Departamento de Servicios Pastorales de la Diócesis de Rochester, el taller del 12 al 13 de abril fue dirigido por la Hermana Patricia Chappell, directora ejecutiva de Pax Christi USA, y la Hermana Anne-Louise Nadeau, directora de programas de Pax Christi. El evento fue abierto a todas las comunidades religiosas locales y centrado en el racismo moderno y en las maneras adecuadas para manejarlo.
Después de que la pregunta de discusión se proyectara en una pantalla al frente de la sala, las hermanas Nadeau y Chappell pidieron a los participantes que hablaran con otras personas sentadas en sus mesas acerca de por qué sentían que el racismo era un tema difícil. Después de mucha discusión, la Hermana Chappell invitó a las personas a expresar sus respuestas a todos los participantes.
“Es más fácil hablar sobre el racismo de otras personas que el mío”, dijo la Reverenda Lane Campbell de la Primera Iglesia Universalista de Rochester, quien le dijo a El Mensajero que ella asistió al taller para ayudar a abordar el racismo en su iglesia. La Reverenda Campbell explicó que algunas personas pueden sentirse más cómodas hablando sobre el racismo de otros que enfrentarse al bochorno o la vergüenza que viene de hablar de los propios pensamientos sobre el racismo.
La Hermana Chappell estuvo de acuerdo, y agregó que el racismo es un tema difícil de abordar y no es necesariamente una conversación casual.
La respuesta más común en toda la sala fue que los participantes temían ofender a alguien cuando se habla de racismo.
Múltiples participantes dijeron que habían intentado conversaciones sobre racismo con buenas intenciones pero descubrieron que no estaban diciendo lo correcto. Atribuyeron sus dificultades a no usar el término o el lenguaje correcto al dirigirse a alguien. Por ejemplo, algunos participantes dijeron que no estaban seguros de si usar el término “negro” o “personas de color” al describir la etnicidad de un individuo.
La Hermana Nadeau reconoció las preocupaciones de los participantes pero señaló que es importante tener las conversaciones sobre el racismo.
“Si evitamos hablar de racismo, ¿cómo podemos abordar o incluso comenzar a corregir los comportamientos asociados con eso?” preguntó retóricamente la Hermana Nadeau.a