CANANDAIGUA – Desde que era niño al Dr. Carlos Ortiz le gustaban muchos las ciencias y las matemáticas, así que eso lo llevó a la carrera de medicina. Pero él también tuvo una razón muy personal.
Cuando Ortiz estaba creciendo en Puerto Rico, su tío murió de cáncer en la cuarentena, y más tarde, otros miembros de su familia también tuvieron cáncer, explicó él.
"Pensé que aprovecharía mi gusto por las ciencias de manera que ayudara a mi familia y a la humanidad", dijo él durante una entrevista telefónica desde su oficina en el Hopital F.F. Thompson, donde es vicepresidente principal de servicios médicos, y director médico.
A principios de la primavera, Ortiz fue homenajeado por trabajar para mejorar el cuidado médico de los latinos y recibió el Premio de Liderazgo en el Campo de la Salud de los Hispanos, concedido por la Asociación Médica Hispana Nacional durante su 14a conferencia anual en Washington, D.C. Ortiz dijo que el premio era un gran honor, y que era por algo que a él le encanta hacer.
El Dr. Constantino Fernández, un nativo de Nicaragua que tiene una práctica de ginecología y obstetricia, nominó a Ortiz para recibir el premio. Los dos han sido colegas por más de treinta años, pero se conocieron mejor cuando colaboraron en el Simposio sobre la Salud de los Latinos hace cinco años, dijo Fernández, que es también un profesor clínico asociado en la Universidad de Rochester.
"Muchos de los hispanos en Rochester sufren de asma… y él es uno de los doctores líderes en esa área", observó Fernández. "Él es una persona ejemplar y un excelente profesional. En su campo, ha hecho mucho por educar la comunidad en asma y en lo que significa ser hispano".
Ortiz se interesó en el cuidado pulmonar cuando completó sus estudios de medicina en la Universidad de Rochester a finales de la década del 1970. Como él había pasado tiempo en Rochester durante su niñez, volvió aquí después de graduarse de la Universidad de Puerto Rico y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico. Después de obtener una beca de investigaciones sobre el cuidado pulmonar en el Centro Médico de la Universidad de Rochester, asumió el cargo de director de la unidad de cuidados intensivos del antiguo Hospital Genesee.
"Él es un médico excelente y un gran humanitario", dijo el Dr. Michael Finigan, que conoció a Ortiz hace 35 años.
Finigan, que trabaja en el Centro Mary Parkes de Asma y Cuidado Pulmonar y es profesor de medicina clínica en la Universidad de Rochester, trabajó con Ortiz en el Hospital Genesee. Él sirvió como un modelo excelente, añadió Finigan, debido a su habilidad para supervisar la unidad de cuidados intensivos y dar entrenamiento, junto con la compasión que mostró hacia las familias.
"Él estaba a la vanguardia del desarrollo del cuidado pulmonar en esta comunidad", dijo Finigan. "Él trató a pacientes muy graves y con familias muy alteradas. Carlos hizo un trabajo maravilloso, tratando a los pacientes y hablando con las familias sobre las enfermedades".
Ortiz dijo que el trabajo en la unidad de cuidados intensivos le dio una experiencia administrativa muy beneficiosa que más tarde le permitió llegar a ser presidente del Hospital Genesee en el 2001. En el 2000 él también había asumido el puesto de director médico del Centro Mary Parkes de Asma.
"Cuando uno está en la unidad de cuidados intensivos, uno tiene que coordinar muchos servicios", explicó él. Uno tiene que ver con todas las áreas del hospital".
Debido a esas habilidades administrativas que adquirió, además de su trabajo de enseñante como profesor de la escuela de medicina de la Universidad de Rochester, cuando el trabajo en Thompson se presentó hace cuatro años, él decidió solicitar la plaza.
"Cuando lo consideré, me dije que estaba en una época de mi vida en la que no tenía que practicar más la medicina", dijo Ortiz, que tiene 61 años.
Al final, "retirarse" de la práctica diaria de la medicina terminó tomándole más tiempo de lo que pensaba, pero es un reto que Ortiz dice que le gusta.
"Siento que afecto las vidas de más personas que cuando lo hacía de uno en uno", añadió. "Puedo decidir qué programas resolverán esto o lo otro. Se trata en realidad de resolver problemas".
Además de trabajar entre 50 y 70 horas a la semana, Ortiz también halla el tiempo para involucrarse en varios comités, incluyendo a la Coalición de Salud Latina, The Greater Rochester Health Foundation y la Agencia de Sistemas de Salud de los Finger Lakes. Él es un miembro del Comité Asesor Nacional del Programa para Mejorar el Cuidado del Asma de Niños, de la Fundación Robert Wood Johnson.
Por medio de su trabajo de comité, él trata de llenar mejor las necesidades de los latinos y de resolver las disparidades que impiden que los latinos tengan acceso a los servicios de salud que necesitan.
"Necesitamos tener una estrategia para el grupo que sea sensible culturalmente", comentó Ortiz. "De otra manera los resultados son malos, como estamos viendo, incluyendo hospitalizaciones innecesarias, estado avanzado de las enfermedades, y amputaciones como resultado de la diabetes, que hubieran podido ser evitadas".
La Dra. Gladis Velarde, una cardióloga que se especializa en el cuidado de las mujeres y que dirigió junto con Ortiz un simposio latino, dijo que él es un gran líder para la comunidad latina.
"Él es un profesional de la más alta calidad que aprecia sus raíces y su cultura; es un verdadero modelo para otros profesionales hispanos y para todos los hispanos en general", añadió ella.
Haga lo que haga, Ortiz dice que él nunca olvida sus raíces.
"En todo lo que me involucro, siempre aclaro… que yo represento a la comunidad latina y que hablo en su nombre", comentó Ortiz. "Trato de asegurarme de ser un buen modelo de conducta".
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