Largo proceso de inmigración para un guatemalteco

Cuando Sadrac Cumatz Sac se mudó al área de Rochester hace dos años, ni él ni su familia adoptiva se imaginaron que los agentes de Inmigración y Control de Aduanas tocarían a su puerta un domingo por la mañana para arrestarlo.

Pero según su madre adoptiva, Holly Adams, eso exactamente fue lo que pasó el 25 de marzo debido a un complicado y confuso proceso legal en el que Sac se vió envuelto. Y justo un mes más tarde, Sac, de 18 años de edad, fue soltado discretamente del Centro Federal de Detención de Búfalo.

Como no le dijeron que lo iban a soltar, Sac pensó que lo estaban deportando a Guatemala, dijo Adams.

"Pero lo acompañaron hasta la puerta y lo dejaron salir, lo que es asombroso", añadió ella.

El viaje de Sac a la región de Rochester comenzó en el Centro de Detención de Menores de El Paso, Texas, dijo Adams. Sus padres lo habían mandado al norte, para que encontrara trabajo, y él fue por tren hasta llegar a la frontera de los EE.UU., explicó Mary Lupien, que está relacionada con la familia guatemalteca de Sac a través de su hija. Incapaz de correr en la nieve, y separado de su grupo, Sac fue arrestado en las montañas de Nevada, añadió ella.

"Me llamaron para pedir consejo cuando lo cogieron, y me dijeron que yo podía buscar una familia que lo acogiera", dijo Lupien

Adams y su esposo, Chris, respondieron a una solicitud de ayuda recibida por intermedio de un programa para menores que no están acompañados por adultos al que estaba inscrito Sac. Adams pensó que sus dos hijos, uno en la secundaria y el otro en la universidad, podrían ayudar a Sac a aclimatarse a un nuevo lugar, añadió ella. Además, ella sabía un poco de español por haber viajado a El Salvador, pero Adams dijo, que no se dio cuenta de cuan poco sabía en realidad hasta que él llegó.

"Cuandro Sadrac llegó no sabía inglés, y mi español era insuficiente", dijo ella. "Así que al principio, el idioma fue una barrera. Pero desde su llegada Sadrac dio muestras de lo amable y responsable que era y fue muy fácil llevarse bien con él".

La familia lo inscribió en el Distrito Escolar de Keshequa, que queda en el Condado de Livingston, donde trabaja Adams, aunque el distrito no tiene clases de inglés como segunda lengua; los maestros trabajaron diligentemente para ayudar a Sac, dijo ella.

Poco después de su llegada, Sac y la familia Adams tuvieron que ir a la corte sin abogado porque Adams dijo que no pudo encontrar un abogado que tuviera los conocimientos necesarios y que cobrara unos honorarios que ellos pudieran pagar. Cuando ella encontró ayuda por medio del Proyecto de Abogados Voluntarios, a la familia le recomendaron que optara por una partida voluntaria, y Sac recibió una fecha de partida, dijo Adams.

Pero entonces, la familia acudió al consulado guatemalteco, donde le recomendaron que reabrieran el caso debido a un memorando que había hecho el Presidente Barack Obama, para que se permitiera discreción por parte del fiscal en casos de inmigración.

"Nosotros no deportamos a todos los individuos que encontramos, ni detenemos a todos los individuos", escribió Ross Feinstein, portavoz del Servicio de Inmigración y Control de Aduana, en un correo electrónico dirigido a El Mensajero Católico. "Con un estimado de 11 millones de gente (indocumentada) en los Estados Unidos, nuestro foco son los extranjeros convictos de crímenes, los que acaban de cruzar la frontera y aquellos que representan una amenaza para la seguridad pública. Solo tenemos los recursos necesarios para deportar a unas 400,000 personas al año".

Como Sac recibió una suspensión del cumplimiento de la sentencia después que su caso se volvió a abrir, la familia tenía la esperanza que los oficiales de inmigración, utilizaran esa discreción fiscal en su caso, dijo Adams. Durante meses, la familia no recibió ninguna noticia.

Por eso fueron sorprendidos completamente, cuando los agentes de inmigración y control de aduanas se presentaron ese domingo de marzo a detener a Sac, dijo ella. Dos días más tarde se enteraron que lo habían detenido por haber violado la orden de partida, y que la petición de la familia había sido negada. Adams trabajó con activistas locales, circuló peticiones y contrató a otro abogado. A Sac le concedieron una suspensión por un año de la orden de partida, lo que permitió que lo soltaran del centro de detención de Batavia, dijo ella. La carta que ella recibió del Departamento de Seguridad Interior, indica que se había usado en el caso la discreción fiscal.

"Tomaron en cuenta que él tiene lazos de unión con la comunidad, está continuando su educación y que no representa una amenaza para la comunidad", dijo ella. "¡Es extraordinario!"

Así que Sac continuará sus estudios de GED que fueron interrumpidos por su arresto, dijo Adams. La familia espera que le permitirán quedarse en este país. Los padres de Sac han dado su consentimiento para que él se quede con ellos.

"El no desea regresar y ellos no quieren que él regrese", dijo ella. "Para él, ésta es su casa ahora".

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