Conferencia de jóvenes infunde energía

Si alguna vez necesitan renovar sus energías, levantar sus espíritus o renovar sus esperanzas, pasen tres días con 20,000 adolescentes en la Conferencia Nacional de la Juventud Católica. Tuve el privilegio de hacer eso en la Ciudad de Kansas, en Missouri hace pocas semanas.

Fue una experiencia de oración, planificación, canto, conversación y de simplemente reunirse en una gran asamblea y especialmente con el grupo de 650 jóvenes que viajaron a la Ciudad de Kansas desde nuestra diócesis. Fue una asistencia maravillosa, calurosa y amistosa, considerada, abierta a nuevas experiencias, lista a compartir sus experiencias con otros y apreciativa del menor regalo que se le ofreciera.

Tengo muchos recuerdos felices de esos días, entre ellos:

1) La generosidad, el profesionalismo y la amabilidad de nuestro personal diocesano, ministros de la juventud y de los voluntarios que se dedicaron a nuestro jóvenes para que pudieran gozar de un tiempo seguro y fructífero en la conferencia. Sé que varios de los voluntarios adultos, tomaron tiempo de vacaciones para apoyar a nuestros jóvenes. Gracias a la presencia de algunos líderes que tenían experiencia de enfermería, los jóvenes a quienes le dio fiebre, se torcieron un tobillo o se dislocaron una rodilla estuvieron muy bien cuidados.

2) Nos dio mucho gusto que Ryan Lumb de la parroquia Guardian Angels, hiciera una lectura durante la liturgia de clausura de la conferencia, y que Ryan, Courtney Codweis de Mother of Sorrows, y Crystelle Hunzek de St. John de Rochester, se contaran entre los 60 animadores que nos ofrecieron tanto durante la conferencia. Ellos cantaron, bailaron y actuaron de una manera que desarrolló los temas de las conferencias y les impartieron continuidad. Ellos fueron una gran fuente de orgullo para todos nosotros provenientes de la Diócesis de Rochester. También de nuestra diócesis hubo tres embajadores que presentaron a los conferencistas de los talleres: Adam Ludwig y Beca Hillsdort de St. Pius Tenth y Meghan Kanaley de St. Michael en Newark.

3) La conferencia me dio la oportunidad de conocer a jóvenes de todo el país. Tuve una sesión con unos 60 jóvenes. Fue anunciada como "Venga y pregúntele a un obispo lo que quiera". Los muchachos hicieron preguntas sensatas y a menudo retadoras. Pero también se mostraron dispuestos a responder a mis preguntas. Para mí, fue algo encorazonador y alentador.

Una segunda sesión que gocé mucho involucró a unos 100 adolescentes y a dos otros obispos, John Gaydor de Jefferson City en Missouri y Richard Pates de Des Moines, Iowa. Fue similar, pero no menos estimulante y profunda que la sesión anterior.

En ambas ocasiones, los muchachos discutieron sobre la oración, las relaciones, lo que desean dar y recibir de sus parroquias.

Mientras estoy escribiendo esto, el martes antes del día de Acción de Gracias, recuerdo lo agradecido que le estoy a Dios por este don de nueva vida y energía para nuestra iglesia. Estoy agradecido a todos los líderes adultos que sirvieron a nuestra delegación diocesana con tanto afecto. Les estoy agradecido a todos nuestros párrocos, líderes pastorales y comunidades parroquiales por todo lo que hicieron para apoyar a nuestros muchachos en este esfuerzo, por medio de su aliento, oraciones y apoyo financiero. Todo fue importante para ayudar a nuestra juventud a gozar de una experiencia de fe que recordarán por muchos años.

Paz para todos.

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