ROCHESTER — A mediados de la década de 1990, un pequeño grupo de feligreses de la Iglesia de los Santos Apóstoles quería organizar una celebración en honor a la fiesta de Nuestra Señora de la Altagracia, la protectora de su República Dominicana natal.
Veinticinco años más tarde, más de 100 personas asistieron a la misa de la noche del 21 de enero en la iglesia. La liturgia comenzó con el himno “Llévame a Jesús”, que fue cantado por el grupo coral de cinco mujeres de la parroquia. Las acompañaban feligreses que tocaban instrumentos latinos tradicionales como el güiro.
En su homilía, el Diácono Jorge Malavé habló sobre Jesús viniendo a la tierra y el importante papel que tuvo María para asegurar que Jesús naciera.
“Yo soy la esclava de Dios”, dijo el Diácono Malavé. “Con Dios todo y sin María nada”.
“‘Soy la esclava del Señor’ es lo que María le respondió cuando el ángel Gabriel se le acercó para decirle que daría a luz a Jesús, el Hijo de Dios”, dijo. “Con Dios, hay de todo, pero no sin que María haya dado a luz, que es la razón por la que estamos reunidos aquí para celebrar hoy”.
La Misa también contó con el Diácono Agenol Rodríguez, quien ofreció las oraciones de los fieles, y el Padre Tony Mugavero, párroco de los Santos Apóstoles, quien fue el celebrante y dio la bendición final.
El día de la fiesta concluyó con niños que llevaron flores a un altar con una estatua de Nuestra Señora de la Altagracia mientras la cantante invitada Carmen Olmo, feligresa de la Iglesia de San Miguel, cantó “Quisqueya”, una canción tradicional sobre la República Dominicana.
Después de la misa, tuvo lugar una recepción en el Centro Madre de Teresa de la iglesia.