Mayo 2017
Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Domingo, 7 de mayo, fue el 54o Día Mundial de Oración por las Vocaciones. En su mensaje para esta observancia, el Papa Francisco enfatizó que:
No puede haber promoción de vocaciones o de misión Cristiana aparte de la oración contemplativa constante. La vida cristiana necesita ser nutrida escuchando con atención la Palabra de Dios y, sobre todo, por el cultivo de una relación personal con el Señor en la Adoración Eucarística, el "lugar" privilegiado para nuestro encuentro con Dios.
Nuestro Santo Padre nos plantea la unión estrecha entre la oración y el fomento de vocaciones, entre conocer el Cristo Eucarístico y abrazar la vocación dada por Dios. La base para la súplica del Santo Padre por vocaciones está enraizada en este encuentro. EL Papa Francisco siguió escribiendo: "Deseo de todo corazón alentar este tipo de profunda amistad con el Señor, sobre todo por implorar desde lo alto nuevas vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada".
Comenzaremos nuestra observancia en el otoño del 150º aniversario de nuestra diócesis, que fue establecida el 3 de marzo, 1868. Durante estos muchos años, los sacerdotes y religiosos contribuyeron a la edificación del reino de Dios en esta área de Nueva York. Se erigieron parroquias, y los religiosos sirvieron en muchos apostolados en educación, servicios de salud, alcance a los marginados y empobrecidos; ellos acogieron a las "cansados… pobres… masas apiñadas anhelando respirar libremente", buscando empezar una nueva vida en este país.
Nuestro primer Obispo, Bernard J. McQuaid, "(c)on previsión y, en vista de la pobreza relativa de su diócesis, con gran éxito… creó un excelente sistema de educación primaria del cual las instituciones de educación secundaria y superior podían crecer fácilmente. Para proporcionar personal para estas escuelas él capacitó a un gran número de Hermanas en pedagogía y filosofía educativa cristiana" (McNamara, Padre Robert F., The Diocese of Rochester in America 1868-1993, p. 250). En los años que seguirían al episcopado del Obispo McQuaid, numerosas órdenes de hermanas religiosas, hermanos y sacerdotes continuarían el legado del obispo de ofrecer educación católica a nuestros jóvenes. Cuando el Papa San Pio X envió una carta de felicitación al Obispo McQuaid en ocasión del 40o aniversario de la ordenación episcopal, Su Santidad escribió: "La educación de los jóvenes y especialmente de los destinados al sacerdocio… es algo tan grande que no hay nada de mayor importancia para la Iglesia y nada de más importancia para el estado" (Ibíd.)
A medida que nuestra diócesis celebra su 150o aniversario, es muy necesario que recordemos estos dedicados sacerdotes y religiosos que son gran parte de nuestra historia. En vista de la observancia de nuestro sesquicentenario, este Día Mundial de Oración para Vocaciones toma gran importancia a medida que continuamos orando para que "el Señor de la cosecha envíe obreros para su cosecha" (Mateo 9:38; Lucas 10:2).
Si vamos a seguir edificando el reino de Dios entre nosotros, necesitamos fomentar las vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa, que se convierten en levadura para que los laicos asuman sus papeles activos de colaboración en la obra de evangelización. Con la reducción en las vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa los laicos han sido un apoyo verdadero y muy apreciado. Pero un laicado muy dedicado no exime a la comunidad Cristiana de orar por futuros líderes religiosos ordenados y consagrados para continuar el ministerio de la Palabra y Sacramento.
En la fe permanecemos siempre esperanzados que el Señor cuidará de su pueblo. En su mensaje, el Papa Francisco escribió: "El Pueblo de Dios tiene que ser dirigido por párrocos cuyas vidas están dedicadas al servicio del Evangelio. Pido a las comunidades parroquiales, asociaciones y los muchos grupos de oración presentes en la Iglesia que no cedan al desaliento sino que continúen orando para que el Señor envíe obreros a su cosecha".
Nuestra Junta de Personal de Sacerdotes está trabajando conmigo para la preparación para la asignación de sacerdotes en junio. Cada año es más difícil satisfacer las muchas necesidades espirituales, pastorales y sacramentales de nuestras comunidades parroquiales. Siempre hay peticiones por mayor presencia sacerdotal, mientras que también se reconoce la colaboración y contribuciones positivas del laicado. Nuestros seminaristas están aumentando en número, pero se necesitan números más grandes para reponer el número de sacerdotes que llegarán a la edad de jubilación en los próximos años, mientras que también se reconocen la enfermedad y muerte que pueden ocurrir en cualquier momento de acuerdo a la voluntad de Dios.
De hecho nuestros números de vocaciones tienen que aumentar. La enseñanza constante y clara de la iglesia acerca del papel esencial e inequívoco del Sacramento de las Sagradas Órdenes en el ministerio de salvación del pueblo de Dios — así como el aprecio y reconocimiento continuo de la iglesia por el gran valor de las órdenes religiosas en la vida de la iglesia y las muchas contribuciones que los religiosos continúan haciendo en el cumplimiento con su misión, particularmente entre los miembros pobres y sufridos de nuestra comunidad — permanece sin cambios a medida que la iglesia busca abordar las necesidades reales de nuestra comunidad de fe.
El fomento de las vocaciones religiosas entre el laicado es una manifestación del aprecio del laicado por aquellos que dedican todas sus vidas al servicio del Señor, Su iglesia y la comunidad de los fieles. Los padres alientan a sus hijos para que sigan carreras y ocupaciones que ellos consideran importantes y valiosas en la sociedad. Ruego para que el sacerdocio, la vida religiosa y el diaconado estén entre las opciones de vida que los padres desean para y presentan a sus niños.
Ciertamente el testimonio positivo y jubiloso dado por los sacerdotes, religiosos y diáconos permanentes dedicados no puede ser subestimado en cuanto a inspirar a nuestros jóvenes para que consideren las vocaciones religiosas a medida que buscamos la participación de los jóvenes en la vida de la iglesia, necesitada de la vitalidad y entusiasmo de ellos. Debemos estar entre los líderes en apoyar a nuestros jóvenes para responder a la llamada de Jesús para servir.
Este apoyo y aliento por vocaciones ha sido una parte integral de nuestra historia diocesana. "En el 1955 y de nuevo en el 1963 el Obispo Kearney (Reverendísimo James Edward Kearney, quinto obispo de Rochester, 1937-1966) autorizó campañas especiales para el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas …" (McNamara, Padre Robert F., op. cit., p. 487). Nosotros en el ministerio ordenado y en la vida religiosa prometida debemos exhibir este mismo espíritu de apoyo, renovado poderosamente en las palabras que Benedicto XVI dirigió a los jóvenes en São Paulo, Brasil, el 10 de mayo, 2007: "Pero al mirar a los jóvenes aquí presentes — a ustedes que irradian tanta alegría y entusiasmo — les veo como Cristo los ve: con una mirada de amor y confianza, con la certeza que ustedes han encontrado el verdadero camino. Ustedes son los jóvenes de la Iglesia. Les envío, por lo tanto, en la gran misión de evangelizar a los hombres y mujeres jóvenes que se han extraviado en este mundo como ovejas sin un pastor. Sean apóstoles de jóvenes. Invítenlos a caminar con ustedes, a tener la misma experiencia de fe, esperanza y amor; a encontrar a Jesús de modo que se sientan verdaderamente amados, aceptados, capaces de realizar todo su potencial. Que ellos, también, descubran los caminos seguros de los mandamientos, y que, al seguirlos, vengan a Dios". Nuestros Pontífices han demostrado gran esperanza en el potencial de nuestros jóvenes. De hecho entre ellos está el potencial para ser "enviados al mundo como profetas de Su Palabra y testigos de Su amor" (Papa Francisco, op. cit.).
Estoy consciente de aquellos que han abrazado el ministerio ordenado y la vida religiosa prometida en una edad más madura, trayendo a estas vocaciones los dones y talentos desarrollados durante las diferentes etapas de sus vidas. Algunos han dejado puestos prominentes, carreras prometedoras y éxito financiero para responder a la invitación del Señor para seguir Sus pasos. Que continúen sus vidas de ministerio con el apoyo del pueblo de Dios.
Para concluir, reitero las palabras del Papa Francisco al concluir su mensaje para la 54º Día Mundial de Oración por las Vocaciones: "Queridos hermanos y hermanas, hoy también podemos recuperar el fervor en la predicación del Evangelio y animar a los jóvenes en particular para tomar el camino del discipulado cristiano. A pesar del sentido generalizado de que la fe es apática o reducida a meros "deberes de descarga", nuestros jóvenes desean descubrir la eterna atracción de Jesús, ser desafiados por sus palabras y acciones, y apreciar el ideal que Él sostiene una vida que es totalmente humana, feliz de gastarse en el amor".
Invocando la intercesión de nuestra Madre María en este mes dedicado especialmente a ella que abrazó totalmente la voluntad de Dios, quedo,
Devotamente suyo en Cristo,
Reverendísimo
+ Salvatore R. Matano
Obispo de Rochester