Podemos ser Reyes Magos modernos

"Habiendo nacido Jesús en Belén de Judá, durante el reinado de Herodes, vinieron unos Magos de Oriente a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en Oriente y Venimos a adorarlo.’… Al ver la estrella se alegraron mucho, y, habiendo entrado en la casa hallaron al niño que estaba con María, su madre. Se postraron para adorarlo y, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra."

Dos mil años más tarde, la maravillosa historia de los Reyes Magos todavía nos encanta. A todos nosotros, especialmente a los niños nos gusta el canto "Nosotros los tres Reyes". Piense que bello momento debe haber sido cuando los Reyes Magos llegaron a Belén después de su larga búsqueda de Jesús. Es una escena que contiene todos los temas importantes de nuestra fe: perseverancia en el camino, devoción a Dios y búsqueda de Dios, amor a Jesús y generosidad.

Que privilegio tuvieron los magos de poder dar con tanto amor sus tesoros. Ojalá pudiéramos nosotros ofrecer los nuestros. Y sin embargo, todavía podemos ser Reyes Magos modernos. Si le ofrecemos a Jesucristo dones que pienso lo honrarían tanto como el oro, el incienso y la mirra de antaño.

Le podemos ofrecer los dones de la compasión, el amor y la misericordia. ¿Qué mejor regalo le podemos hacer al Señor que seguir su ejemplo? Le podemos dar el don de la compasión al tratar a los demás, al perdonar a nuestros semejantes, al callar nuestra ira en la casa y en el trabajo cuando otros nos molestan, al sentir empatía por aquellos que luchan y que hacen errores. En su ministerio, Jesús una y otra vez nos pide que seamos compasivos. "Bienaventurados son los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia", nos dijo.

Le podemos dar el don de nuestra confianza. "No dejen que sus corazones se atormenten, confíen en Dios y en mí", les dijo Jesús a sus apóstoles. Es difícil mantener la fe cuando la vida es dura y tenemos los ánimos caídos. Pero debemos confiar en que Jesús nos ayudará. Esas palabras dichas a los primeros apóstoles no eran una declaración sino una promesa, para ellos y para nosotros. Den a Jesús el don de su confianza.

Podemos ofrecer a Jesús el don del discipulado. Uno a uno, a medida que los eligió, Jesús les dijo a sus discípulos: "Síganme". Si queremos ser cristianos, si queremos ser discípulos, tenemos que seguirlo verdaderamente – de pensamiento, palabra, acción y en nuestras relaciones. Tratemos de ser discípulos no solo en la Misa del domingo sino en todos los aspectos de nuestra vida.

Podemos ofrecerle el don de la caridad. Uno de los puntos centrales de la fe cristiana católica es tenderles la mano a los demás, especialmente a los pobres. No le podemos dar al Salvador, que pasó todos los momentos de su vida en la tierra ayudando a los demás un don más grande que compartir nuestras bendiciones con los demás y pensar en los que no tienen nada. Su caridad no pasará inadvertida. "Den y se les dará", dijo Jesús. "Recibirán una medida bien llena, apretada y rebosante; porque con la medida que ustedes midan serán medidos".

Podemos ofrecerle el don de la fe. Sobre todo, como los Reyes Magos, no dejemos de seguir arraigando más nuestra relación con Cristo por medio de la oración, de nuestras acciones y de la manera como vivimos el mensaje de los Evangelios. Tratemos constantemente de aprender más sobre nuestra fe y las prácticas que hemos aprendido. Este es un camino a lo largo de toda la vida que emprendemos como individuos y como comunidad de fe. Usemos como ancla la Palabra que nos formó y que nos guía.

En enero de este año, el día de la Fiesta de la Epifanía, que conmemora la visita de los Reyes Magos al pesebre, el Papa Benedicto XVI dijo: "Nuestra verdadera estrella es la Palabra de Dios, que en la incertidumbre de la vida humana nos ofrece el inmenso esplendor de la verdad divina".

"Al igual que los Reyes Magos, "sigamos la estrella que es la Palabra de Dios, sigámosla durante toda nuestra vida, caminando con la iglesia y yendo hasta donde ella ha levantado su tienda", dijo el Papa. "Nuestro camino será iluminado siempre por una luz que ninguna otra señal nos puede dar. Y nosotros nos convertiremos en estrellas para otras personas, reflejando la luz que Cristo nos envía".

Paz para todos y ¡Felices Pascuas!

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