Por Beth Griffin
Catholic News Service
NACIONES UNIDAS (CNS) — Los refugiados y los migrantes pagan el precio más alto en los conflictos de todo el mundo y está en el ADN de la Iglesia Católica proveerles ayuda humanitaria y apoyo en oración, según dijeron los oradores de un evento de la ONU del 4 de octubre.
El panel se realizó en conjunto con el Diálogo de Alto Nivel de las Naciones Unidas Sobre la Migración Internacional y el Desarrollo.
"Tanto los migrantes como las poblaciones que los reciben pertenecen a una sola familia humana y ambos disfrutan del derecho a los bienes de la tierra, bienes que están destinados al disfrute universal", dijo el arzobispo Francis A. Chullikatt, nuncio papal ante la ONU.
La triste situación de los refugiados y de los desplazados internos no es culpa suya ni de su elección, él dijo.
Las instituciones católicas están participando activamente en ayudar a los refugiados, "no porque alguien nos lo pidió. Hemos estado haciéndolo durante siglos y siempre lo haremos, a pesar de las dificultades, los peligros y los sufrimientos", dijo el arzobispo Chullikatt.
Los oradores abordaron la respuesta humanitaria a la crisis de refugiados en todo el Oriente Medio, mientras señalaban que la situación siria es la más prominente en el ojo público.
Durante los últimos dos años la violencia en Siria obligó a por lo menos 2 millones de personas a huir del país y desplazó internamente a otros 4.5 millones de personas, dijo Don Kerwin, director ejecutivo del Center for Migration Studies en Nueva York.
"Satisfacer las necesidades básicas de los refugiados exige el compromiso activo y la participación de la comunidad internacional", él dijo.
Las poblaciones vulnerables, incluyendo las mujeres, los niños, las minorías religiosas y los menores no acompañados, requieren consideración especial, dijo Kerwin. Estados Unidos y otros países deberían considerar el reasentamiento de estos grupos y el gobierno estadounidense tiene que reexaminar las leyes relacionadas con el terrorismo que le prohíben la entrada a muchos refugiados sirios sin considerar las circunstancias atenuantes.
La solución a la crisis en Siria a largo plazo "es un cese de fuego y una paz negociada que termine el conflicto entre las fuerzas gubernamentales y rebeldes", dijo Kerwin. "Una paz negociada ayudará a estabilizar la región y a establecer las condiciones previas necesarias para proveer soluciones duraderas para los refugiados y las crisis humanitarias relacionadas que aquejan la región".
Najla Chadla, directora del centro de migrantes de Caritas en El Líbano, dijo que El Líbano es el país más pequeño en el Oriente Medio pero tiene el mayor número de refugiados y migrantes. Los extranjeros constituyen la mitad de la población, ella dijo.
La minoría cristiana está entre las más vulnerables de los refugiados. Muchos cristianos sirios tienen miedo de inscribirse para ayuda debido a la predominante persecución religiosa y las tensiones interreligiosas de mucho tiempo en su patria.
Los refugiados viven en zonas atestadas y pobres, asediados por problemas de infraestructura y seguridad. Los refugios son limitados, la vida es costosa; los empleos, los servicios médicos y la educación son escasos y la tensión nerviosa es alta, dijo Chadla. Hay competencia entre los refugiados y los trabajadores migrantes establecidos. La falta de coordinación entre las agencias de la ONU y las organizaciones no gubernamentales locales e internacionales complica la situación, ella dijo.
"Caritas estuvo presente desde los primeros días para apoyar a los refugiados", dijo Chadla. Esta opera las 24 horas del día una línea directa de ayuda y referidos, así como ayuda de refugio y preparación para el invierno.
Donald Rogers, asesor de participación eclesiástica para Servicios Católicos de Socorro (CRS), dijo que su organización trabaja estrechamente con Caritas International, la agencia católica de ayuda global. Esta provee ayuda médica, alimentos, artículos de higiene, consejería, refugio y oportunidades educativas. CRS, la agencia de los obispos estadounidenses para socorro y desarrollo en ultramar, opera en todo el Oriente Medio, incluyendo Jordania, El Líbano, Egipto y Turquía."
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