Agencias de salud proveen a los latinos trabajos y respeto a su cultura

GATES — Carlos Hernández e Ismaray Valdés siguen viviendo el sueño americano.

Los esposos, recién emigrados de Cuba, se han convertido en asistentes de cuidados de la salud en el hogar, con la meta de convertirse en enfermeros registrados. Como parte de la industria de la salud, la pareja está entre el creciente número de hispanos empleados en ese campo que están ayudando a resolver las desigualdades en la salud de esa población local y nacionalmente.

Informaciones de la Oficina de Estadísticas Laborales indican que los trabajos de cuidados de la salud han evitado el desempleo de miles de personas en el país, ya que se han añadido 600,000 trabajos en esa industria nacionalmente desde el principio de la recesión. La Oficina espera que se añadan 65,000 trabajos más para enfermeros registrados y asistentes de cuidados de la salud en el hogar en la próxima década.

Según una encuesta del 2007 del Centro Para Prevención y Control de enfermedades, hay una gran falta de asistentes de cuidados de la salud en el hogar para servir al creciente número de pacientes en hospicios y casas particulares. Satisfacer esa necesidad fue una de las razones que llevaron a Home Care de Rochester (HCR) a emprender la iniciativa de investigación titulada Proyecto ¡ÉXITO! en el 2008 para determinar cómo la agencia estaba satisfaciendo las necesidades de sus pacientes Hispanos. Los resultados de la investigación fueron publicados este otoño en Nurse Outlook, dijo Ismari Martínez, una asociada de recursos humanos de HCR que apoya los programas hispanos de la agencia.

Las investigaciones de HCR mostraron que tomando en consideración la cultura del paciente al determinar el cuidado de la persona — llamado cuidado transcultural — la agencia ha visto una dramática reducción de 24 por ciento en la hospitalizaciones de casos serios, observó Juanita Rodríguez, gerente clínica principal del equipo hispano de la agencia. Los pacientes también siguen mejor sus regímenes de medicinas y hacen menos visitas innecesarias a los departamentos de emergencia de los hospitales, añadió ella. Una mejora en el manejo de los casos entre la agencia y los doctores también ha sido un gran beneficio, comentó Rodríguez.

Los pacientes hispanos de la agencias "ahora entienden que el departamento de emergencias es solo para eso, para emergencias, no porque tengan baja el azúcar o porque tengan un dolor de cabeza", añadió ella.

Otras agencias también están descubriendo la importancia del entrenamiento cultural. Lifetime Care, por ejemplo, está ahora evaluando su personal y contratando a más personas bilingües y biculturales, dijo Alfredo González, el gerente de diversidad cultural de la agencia. Se añadirá un entrenamiento sobre diversidad en todos los niveles, añadió él.

"Queremos examinar cómo podemos ser más competentes culturalmente con respecto a todas las razas, no solo con los Latinos", dijo él. "Estamos examinando también cómo evaluar los valores culturales. Cuando alguien entra a una casa y ve un altar con velas e imágenes, queremos asegurarnos que el personal comprenda y reflexione sobre los valores y las creencias de la familia. Si no comprenden esos, quizás no proporcionen el cuidado adecuado".

El Proyecto ¡ÉXITO! de HCR se concentró en crear un modelo de cuidado transcultural, que considera la influencias de la cultura en las creencias de la persona sobre la salud, las enfermedades, el cuidado médico, el diagnóstico y lo que espera del tratamiento, dijo Martínez. Como resultado, durante el año pasado la agencia ha aumentado el número de empleados hispanos o que hablan español en un 25 por ciento. El personal también ha puesto en práctica mejores maneras de comunicarse con los médicos de los pacientes, otro factor clave en las mejoras que ha experimentado la agencia, observó Rodríguez. La agencia ahora emplea 202 trabajadores en su equipo de cuidados a hispanos, incluyendo un trabajador social y un terapeuta físico, y el número de asistentes de cuidados de la salud en el hogar en ese grupo ha subido a 173.

Asistentes de cuidado de la salud en el hogar como Carlos Hernández e Ismaray Valdés están tratando de proveer el tipo de cuidado competente culturalmente, proporcionando por ejemplo panfletos con planes de comidas para diabéticos que incluyen platos latinos tradicionales. La pareja llegó a Rochester la primavera pasada por medio de una visa obtenida para ellos con ayuda de dirigentes católicos en Venezuela, donde habían vivido escondidos después de haber salido de Cuba como trabajadores en el campo de la salud. La Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos arregló su viaje a la Florida, y el Centro Católico para la Familia les dio la bienvenida cuando llegaron a Rochester en marzo.

Después de establecerse en su nueva comunidad, querían encontrar trabajo en el campo de cuidados de la salud. Ambos trabajaron en ese campo en su país natal, Hernández como técnico de radiología y Valdés como técnica de laboratorio.

La pareja oyó hablar de Home Care de Rochester, de otros amigos cubanos aquí. Hernández dijo que él y su esposa, quedaron muy bien impresionados inmediatamente, no solo por el entrenamiento en español que HCR ofrece a los asistentes de cuidado de la salud en el hogar, sino también por la dedicación de la agencia a resolver las desigualdades de la salud para la población hispana.

"No enmarca la persona el mismo trabajo para siempre", añadió Hernández sobre el potencial de avance de los empleados. "Estamos interesados en superarnos".

Ellos hicieron su entrenamiento en septiembre con la ayuda de feligreses de la Parroquia Nuestra Señora de los Ángeles, que transportaron a la pareja a sus clases de noche. Desde entonces, ambos han obtenido su licencia de manejar y han comprado un carro; ahora ambos trabajan en turnos diferentes.

"Gracias a ellos pudimos tomar ese curso tan importante para nosotros", dijo él.

Hernández habló de sus experiencias en el apartamento en Gates de su paciente, Luis Zúñiga, un nativo de Chile que ha vivido en Rochester durante los últimos 18 años. Se cayó en el verano y se dislocó los dos hombros. Después de tener dos cirugías, Zúñiga fue provisto de asistentes de HCR como también de un terapeuta físico. Él dijo que Hernández ha sido una bendición.

"Es como nuestro hijo", comentó Zúñiga. "Es una excelente persona, muy profesional.

Hernández dijo que él también quedó muy bien impresionado porque una compañía tal como HCR reconociera las necesidades de los grupos étnicos de la comunidad, no solo de los hispano, sino también de los afroamericanos, ucranianos y otros grupos de inmigrantes, y creara programas de entrenamiento para satisfacer las necesidades de esos grupos. Y en vez de explotar a los inmigrantes como hacen otras industrias, HCR les proporciona un empleo digno y una oportunidad para mejorar sus vidas, observó él.

"Me siento orgulloso por el respeto de la dignidad de la persona de que se trata", dijo Hernández, añadiendo que su trabajo como asistente lo ayuda a él a seguir el llamado de Jesús: "El que quiere ser el primero, tiene que ser el último. Jesús nos llama a vivir (como) él a través del servicio… al enfermo".

Zúñiga dijo que es sensato que el campo del cuidado de la salud está ayudando a proveer trabajo a miles de personas, particularmente a los hispanos que han sido afectados duramente por la recesión debido al menor número de trabajos disponibles en las industrias que requieren menos habilidades.

"Menos han sido afectados porque no hay falta de enfermos en el sistema de salud", dijo él. "Siempre hay enfermos de una manera o otra"

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