La Diócesis de Rochester se está uniendo a otros grupos locales para combatir la tragedia del tráfico humano, que ha persistido en los Estados Unidos mucho después que el país abolió la esclavitud.
Cuando el Comité Diocesano de Normas Públicas decidió trabajar en la erradicación de esta esclavitud moderna en la región de Rochester, los miembros descubrieron que la trata de mujeres puede ocurrir cerca del Centro Pastoral en Gates, dijo Jann Armantrout, la coordinadora de la diócesis de asuntos que tienen que ver con la vida.
Una vez que estaba comiendo en un restaurante cercano, Armantrout dijo que había mirado su doile de papel y había visto un anuncio para un hotel que ofrecía servicios para medio día. Así fue como se dio cuenta que estaba físicamente cerca de la degradación de mujeres en este caso bajo la forma de la prostitución, en la que las mujeres son las victimas involuntarias de coerción o de adición a las drogas.
"Las historias son horribles", dijo Armantrout de las investigaciones que ha estado haciendo sobre la trata de personas. "Parece algo sistemático e integrado en nuestra sociedad".
Aunque el trabajo de tratar de terminar el tráfico es difícil emocionalmente, es una tarea urgente que la comunidad debe emprender, dijo Armantrout durante un almuerzo de normas públicas el 23 de septiembre.
"Queremos ver qué podemos hacer para que nuestra comunidad sea un lugar más seguro para que todos podamos vivir con dignidad", dijo ella.
El Comité Diocesano de Normas Públicas trabajará para incrementar el conocimiento del problema de la trata de personas localmente y hará abogacía para evitar que las industrias de viaje y de turismo sean utilizadas como oportunidades para atraer victimas con el propósito de proporcionar "entretenimiento" en conferencias, por ejemplo, explicó Armantrout.
"Queremos romper el ciclo de explotación", añadió ella.
Para lograr esto, involucraremos a socios tradicionales como las Hermanas de San José, las Hermanas de la Misericordia, Feministas por Vida, el Derecho a la Vida del Área de Rochester, legisladores a nivel local, estatal y federal, y agentes de la ley. Sorprendentemente también incluirá trabajar con miembros de Planned Parenthood, invitados por Armantrout a participar en el almuerzo para discutir normas públicas. Como la agencia provee servicios de crisis en casos de violaciones a victimas de ataques sexuales en cinco condados: Monroe, Livingston, Genesee, Orleáns y Wyoming, los proveedores de servicios de la salud de Planned Parenhood están en la primera línea tratando de descubrir casos de trata de mujeres, explicó Rick Bartell, el director regional de educación y alcance de la agencia.
La campaña diocesana para confrontar el problema y educar a la comunidad sobre el mismo es parte del compromiso de la Iglesia Católica de ayudar a víctimas del tráfico humano y de acabar con la esclavitud en todas sus formas. Ese compromiso, que tiene sus raíces en el catecismo y que fue reafirmado en 1965 durante el Concilio Vaticano II, continua en la actualidad.
"La Iglesia Católica … en los Estados Unidos está lista para trabajar con el gobierno para terminar con esta plaga" dijo el Arzobispo de Miami Thomas Wenski en un informe del 2004 cuando sirvió como Obispo de Orlando. El informe fue publicado por el departamento de Migración y Servicios de Refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU. (www.usccb.org/upload/US-Response-Human-Trafficking-Achievements-and-Challenges-2011.pdf) "No podemos parar hasta que el trafico de personas sea eliminado en el mundo".
Formas de tráfico
El tráfico humano se define como el reclutamiento, transporte, albergue o recibimiento de personas por medio de la fuerza, el fraude o la coerción. Según informaciones del departamento de migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU. la trata históricamente ha incluido mujeres y niños vendidos para la prostitución o la explotación sexual.
La trata puede ser doméstica o internacional, y puede incluir hombres y niños como también víctimas laborales como trabajadores del campo o de la construcción, manejadoras, manicuristas y empleadas de salones de masajes, dijo Elizabeth Fildes, la deputada del Sheriff del Condado de Erie y directora del Grupo de Trabajo de Tráfico Humano del Oeste de Nueva York.
"Tenemos que examinar el proceso", dijo ella. "Cuando pensamos en "tráfico" pensamos en que tienen que ser movidos. Pero eso no es necesario. Puede tratarse de una casa, donde el padre o esposo puede traer gente".
En tanto que agentes de la ley, los miembros de su oficina analizan un caso para ver si se trata de servicio involuntario o pago de una deuda o esclavitud o servicio sexual, explicó ella. "Cuando examinamos esto en su totalidad, los traficantes tienen que tener un proceso, medios y un fin. Algo de valor debe ser cambiado por el trabajo o servicio sexual de la persona. Dinero o drogas o algo de valor es dado a la víctima para que sea tráfico".
Judy Gough, directora de los servicios de migración, refugiados e inmigración para Caridades Católicas de la Diócesis de Hartford, Connecticutt, dijo que esos intercambios se deben a la manera como los traficantes consideran a sus víctimas.
"Ellos no consideran a las víctimas como seres humanos sino como propiedades que pueden vender una y otra vez, dijo Gough, que dirigió un seminario basado en el internet sobre el tráfico el 15 de septiembre.
Antes de la creación del Grupo de Trabajo sobre el Tráfico Humano del Oeste de Nueva York, Fildes dijo que los casos ocurrían en salones de masaje, en fincas o en páginas Web como en Craiglist y hasta en paradas de tráfico. Esos incidentes sugieren que el tráfico era un problema en el área.
El grupo de trabajo se formó usando una subvención de $1 millón del Departamento de Justicia de los Estados Unidos. El dinero se dividió entre los agentes de la ley y los servicios de apoyo provistos por el Instituto Internacional de Búfalo, explicó Fildes. El grupo de trabajo se ha desarrollado de siete agencias o oficinas gubernamentales a 31 grupos, incluyendo el Departamento de Seguridad Interior de los EE.UU., oficinas de los fiscales de Rochester y de Búfalo, los Servicios Legales para Trabajadores del Campo de Nueva York y el Centro Nacional para Niños Perdidos o Explotados.
Desde que ella comenzó este trabajo, Fildes dijo que el grupo de trabajo ha rescatado a más de 300 víctimas.
Sin embargo el tráfico de personas sigue aumentado, dijo ella.
"Es más fácil vender a una persona que un revolver o drogas", dijo Fildes. "Cuando uno mira a dos personas que caminan por la calle, a no ser que uno sepa exactamente que está pasando en esa relación, uno no sabe si hay una víctima o no. Está por debajo de la superficie y es difícil para la policía descubrir que está pasando".
Evolución de la protitución
Una revelación asombrosa para la mayoría de las personas es que algunas víctimas del tráfico de personas son ciudadanas de los EE. UU. que son atraídas a la más antigua de las profesiones, dijo Fildes. Y con la persistencia de las malas condiciones económicas, la trata en forma de prostitución puede ponerse peor, añadió ella.
"Los muchachos que no pueden encontrar trabajo se desesperan", dijo Fildes. "Estos traficantes saben que preguntar a los niños. Y las Víctimas tienen una auto estima muy baja. … Muchas veces las víctimas no se estiman a sí mismas".
Ella dijo que esas muchachas o muchachos pueden caer fácilmente bajo la influencia de un chulo que les da regalos y atención y les pide que vendan sus cuerpos por dinero para poder seguir comprando esos regalos. A menudo, las víctimas no se dan cuenta de que están siendo coaccionados porque les piden que hagan esto "solo una vez", añadió ella.
"Una vez se convierte en 20 veces y en 40 veces y luego en años de abuso", dijo Fildes.
Gough estuvo de acuerdo en que uno de los mayores mitos en la sociedad contemporánea es la idea de que las prostitutas son participantes que desean hacerlo.
"Son vigiladas, maltratadas y endrogadas para mantener el control", añadió ella.
En el pasado, las prostitutas eran arrestadas y encarceladas, pero los agentes de la ley han desarrollado un mejor entendimiento de estas relaciones de abuso, dijo Fildes.
"Es ilógico encarcelar a una persona de dieciséis años que no puede consentir a un acto sexual hasta que no tenga 17 años", dijo Fildes. "Ahora consideramos perseguir al "socio" como comprador del producto y al "traficante" que es el chulo. Esas muchachas no pueden quedarse con el dinero. Ellas no toman sus propias decisiones. Eso es lo peor de este crimen".
Tristemente, las víctimas de la prostitución son cada vez menores y el Grupo de Trabajo de Tráfico Humano del Oeste de Nueva york tiene casos que involucran a niñas de 12 años, añadió ella.
"La gente que trabaja con niños debe saber esto", dijo Fildes.
"Estos hombres le roban la libertad a estas niñas. Ellas no pueden decidir lo que van a hacer con sus vidas, donde van a dormir o que van a comer. Y cuando no hacen lo que les mandan, les pegan. En toda la extensión de la definición, caen en el tráfico de sexo".
Efecto sobre los trabajadores migrantes
Gough explicó que las víctimas de tráfico caen en tres categorías: trabajadores por contrato, trabajadores forzados y niños explotados. Los inmigrantes pueden caer en cualquiera de las tres categorías.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos estima que de 14,000 a 17,500 inmigrantes son traídos a este país cada año con el propósito de traficar, dijo Armantrout, añadiendo que el 80% de los mismos son mujeres y niños.
Pero el énfasis dado por los agentes de la ley federales al estado migratorio durante la última década ha creado más oportunidades para que los traficantes se aprovechen de los trabajadores migrantes, dijo Renan Salgado, un investigador y educador con la División de Tráfico Humano de los Servicios Legales para Trabajadores del Campo de Nueva York.
"Gracias a la criminalización de su estado migratorio, muchos de los trabajadores del campo piensan que no tienen derechos", dijo él. Están siendo victimizados".
Esos trabajadores migrantes, a menudo son traídos involuntariamente a los Estados Unidos donde son explotados porque no tienen estatus legal, dijo Gough, añadiendo que las víctimas vienen de Asia, Latvia, China, Burma, Cambodia y Rusia. En el oeste de Nueva York, las víctimas vienen principalmente de México, dijo Salgado y son forzadas no solo a trabajar en fincas, sino también en la construcción, en salones de masajes, en hoteles o como manejadoras o trabajadoras sexuales.
Uno de los casos más importantes que ilustran el poder que los traficantes tienen sobre los trabajadores migrantes ocurrió en el 2001, dijo Salgado. Oficiales de la ley locales detuvieron exitosamente a una mujer que tenía contratos con varios granjeros en los condados de Monroe, Genesee y Orleans y tenia a unos 100 trabajadores forzados.
"Ella los mantenía bien vigilados con guardianes armados fuera de sus casas", dijo Salgado. "Ella decidía cuando les daba dinero para comprar comida o cuando los alimentaba. Era un tipo de esclavitud".
La Ley de Protección a Víctimas de Tráfico y de Violencia fue pasada en ese entonces, dijo él. La ley, que fue reautorizada en el 2008, provee a las agencias de servicios tales como los Servicios Legales para Trabajadores del Campo de Nueva York los recursos e incentivos necesarios para ayudar a las víctimas.
La legislación también ofrece protección a los trabajadores migrantes que plantan quejas mientras un caso contra los traficantes está pendiente, dijo Salgado. Además, cuando el caso criminal se cierra, los inmigrantes involucrados pueden pedir la residencia temporaria por medio de visas de tipo U, para inmigrantes que son víctimas de actividades criminales y visas de tipo T, que le permite a ciertas víctimas de tráfico y a los miembros de su familia inmediata, quedarse temporalmente y trabajar en los EE.UU si testifican contra los criminales.
Los participantes del almuerzo de normas públicas del 23 de septiembre observaron que el Congreso está discutiendo si va a seguir financiando esta legislación. El comité diocesano de normas públicas está abogando por la reautorización de la ley según la recomendación de la Hermana de San José Beth Le Valley, que trabaja para la congresista Louise Slaughter.
Esta ley ha sido un instrumento vital para agencias que proveen servicios de apoyo y de crisis a los trabajadores migrantes, dijo Salgado, que es también un miembro del Grupo de Trabajo sobre tráfico Humano del Oeste de Nueva York. Pero otra labor que el ha emprendido es educar a los oficiales de la ley para que no vean automáticamente a los trabajadores migrantes que son potencialmente víctimas de tráfico, como criminales porque son indocumentados.
El enfoque que los agentes de la ley le dan a los migrantes es diferente cuando han sido entrenados, dijo él.
Los migrantes que buscan una vida mejor no deben ser penalizados o victimizados, dijo Armantrout. Por eso es que el esfuerzo del Comité de Normas públicas de la Diócesis de educar a la comunidad sobre el tráfico humano es tan importante, dijo ella, al igual que proveer a las agencias locales los recursos necesarios para ayudar a las víctimas.
"Todos hemos sido credo a la imagen de Dios", dijo ella. "Es asombroso ver cuanta esclavitud existe en nuestra cultura contemporánea… y cuantas más victimas, mujeres, niños y hombres están atrapados en ese estilo de vida".