Por Ezra Fieser
Catholic News Service
SANTO DOMINGO, Rep?blica Dominicana (CNS) — Un controversial decreto de un alto tribunal en la Rep?blica Dominicana despoj?ndole la ciudadan?a a los hijos de inmigrantes ilegales ha atra?do cr?tica internacional y ha dividido la Iglesia Cat?lica aqu?í.
El decreto del 23 de septiembre del Tribunal Constitucional afectar? el estado de ciudadan?a de potencialmente cientos de miles de personas nacidas en el pa?ís de padres inmigrantes indocumentados desde tan atr?ás como 1929. Este no puede ser apelado.
La mayor?a de los se?alados por el decreto ya tienen nacionalidad dominicana. La vasta mayor?a son hijos de trabajadores haitianos que cruzaron la compartida isla caribe?a La Espa?ola en busca de trabajo y se asentaron y levantaron familias.
La pregunta de c?mo controlar y regular la inmigraci?ón desde el vecino Haití? durante mucho tiempo ha sido una de las cuestiones sociales determinantes en la Rep?blica Dominicana. Pero el decreto del tribunal ha reencendido las pasiones en cuanto al asunto y si el paí?s deber?a ceder ante las presiones extranjeras sobre asuntos de derechos humanos.
"Como religiosos dominicanos, no podemos permanecer indiferentes ante el llamado de Dios en el dolor y la exclusi?ón de cientos de miles de dominicanos que est?án siendo afectados por esta sentencia?, dijo la Conferencia Dominicana de Religiosos en un comunicado.
La carta, firmada por 43 sacerdotes y monjas, atrajo una severa reprimenda del cardenal Nicol?s Ló?pez Rodrí?guez de Santo Domingo.
"Tambi?n pueden decir lo que quieran", dijo é?l en respuesta. "Nadie est? por encima del Tribunal Constitucional. Nadie, incluida la Iglesia Cat?ólica?.
La oficina del cardenal Ló?pez declinó? comentar má?s all?á de sus declaraciones pú?blicas.
El obispo Rafael Felipe N??ez de Barahona, zona cercana a la frontera con Hait?í, se opuso al decreto.
"Algunos han vivido en el pa?s durante 30 o 40 a?os", é?l dijo refiri?ndose a los afectados por el decreto. "Otros han estado aquí? durante dos generaciones. Tienen nietos que nacieron aqu?í. … Ellos no saben nada de Haití?. Son dominicanos".
El cardenal Ló?pez ha estado entre los l?deres dominicanos m?s directos en hacer un llamado a que el pa?s para ejerza su soberan?a de cara a la creciente presi?n internacional que amenaza la reputaci?n y la relaci?n del pa?s con socios comerciales claves, incluyendo Estados Unidos.
É?l no est?á solo. El presidente dominicano Danilo Medina, pol?ticos importantes y algunos miembros del clero han apoyado la decisi?ón.
"El asunto es tan delicado ahora que es dif?cil hablar de ello", dijo un sacerdote de Santo Domingo pidiendo que su nombre fuera omitido por temor a enojar a sus compa?eros y superiores. "Creo que hay muchas personas en la iglesia que apoyan lo que el arzobispo está? diciendo. É?l está? diciendo que el paí?s tiene derecho a interpretar sus leyes sin interferencia extranjera".
El decreto del Tribunal Constitucional ha terminado una dé?cada de maniobras del gobierno dominicano que buscan limitar los derechos de los hijos de los inmigrantes.
Durante mucho tiempo la constituci?ón hab?a otorgado la ciudadan?a a casi cualquier persona nacida en el pa?ís, con excepci?ón de aquellos que est?án "en trá?nsito", un grupo como los diplom?áticos extranjeros estacionados aquí?.
Sin embargo, el gobierno procuró? ampliar la definici?ón de "en tr?ánsito" para incluir a los hijos de inmigrantes ilegales, tales como los cientos de miles de haitianos que viven en el pa?ís y trabajan como obreros de la construcci?ón y cortadores de cañ?a de az?car. Un estimado de 458,223 haitianos viven en la Rep?blica Dominicana, de acuerdo con un censo realizado a principios de este a?ño.
En el 2004 el pa?ís aprobó? una ley ampliando formalmente la definició?n de "en trá?nsito" para incluir a los hijos de inmigrantes haitianos. Como resultado, las autoridades comenzaron a negarle la documentaci?ón a decenas de miles de personas que cayeron en esa categor?ía, negá?ndose a otorgar los documentos de identidad necesarios para hacerlo todo, desde matricular un niñ?o en la escuela hasta graduarse de la universidad.
En el 2010 el paí?s aprobó? una nueva Constituci?ón que formaliz?á la distinci?ón, dejando a má?s de 244,000 ni?ños de inmigrantes preguntando si son elegibles o no para la ciudadan?a.
"No soy haitiana, soy dominicana", dijo Altagracia Jean Joseph, nacida en la Rep?blica Dominicana de padres haitianos que ha viajado a Hait?í solamente una vez en su vida. "Prefiero morir que vivir como extranjera en el paí?s donde nac?í.
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