ROCHESTER — Una moción para desestimar fue presentada el mes pasado por una compañía de Pennsylvania nombrada como demandante en una demanda radicada a nombre del patrimonio de una confinada que murió en la Cárcel del Condado de Monroe en septiembre del 2010.
María Viera, conocida en los barrios del noreste de la ciudad como "María de la Clinton", murió a la edad de 53 el 2 de septiembre, 2010. La causa de la muerte fue miocarditis, o inflamación del corazón, de acuerdo a un informe del 2011 emitido por la Comisión de Corrección del Estado de Nueva York. El Mensajero Católico obtuvo copia del informe a través de una petición de acuerdo a la Ley de Libertad de Información estatal.
Elmer Robert Keach III, un abogado de Albany que representa al patrimonio de Viera, radicó una demanda en septiembre en contra de Correctional Medical Care (CMC, siglas en inglés) y varios de sus empleados, el Condado de Monroe y el Alguacil Patrick O’Flynn por alegación de violación de los derechos constitucionales de Viera debido a "indiferencia deliberada de las necesidades médicas graves". La demanda fue enmendada en diciembre para incluir los nombres de los empleados de CMC, y los abogados de CMC radicaron la moción para desestimar el 17 de abril.
Los abogados de CMC no respondieron a las peticiones de comentarios hechas por El Mensajero Católico.
Keach dijo durante entrevista telefónica el 24 de abril con El Mensajero Católico que ha radicado otra demanda en contra de CMC por la muerte en el 2011 del confinado Frederick Haag, que se suicidó mientras estaba bajo el cuidado de CMC en la Cárcel del Condado de Tioga. Se hace referencia al caso de Haag en un informe separado de la Comisión de Corrección estatal señalado en un escrito legal radicado por Keach. De acuerdo a los documentos de la corte, Keach recientemente radicó una querella legal en contra de CMC y la Cárcel del Condado de Schenectady en conexión con la muerte de Nicole Carmen en abril del 2013.
"Estas personas vienen (a las cárceles), y tienen problemas de drogas", dijo Keach. "Sus problemas de drogas son ignorados".
En su informe del 2011 sobre el caso de Viera, la Comisión de Corrección dijo que su junta de revisión médica encontró faltas en la atención prestada por CMC, compañía proveedora de servicios de salud basada en Blue Bell, Pa., con la cual el Condado de Monroe tiene un contrato desde el 2008 para prestar atención a los confinados en la cárcel.
En entrevista del 2010 con El Mensajero Católico, Sandra Martínez-Viera dijo que su madre era adicta a heroína que murió cuando estaba bajo custodia en la Cárcel del Condado de Monroe luego de ser arrestada por posesión criminal de drogas. La historia sobre la vida, adicción y muerte de Viera de noviembre del 2010 en el periódico puede leerse en elmensajerorochester.com/news/local/programs-help-latinos-overcome-substance-abuse.
En la demanda a nombre del patrimonio de Viera, Keach aseveró que: "La necesidad de que los detenidos reciban servicios médicos supervisados para la abstinencia de adicción a drogas y alcohol es bien conocida tanto en los círculos de corrección como en los médicos privados. Además es bien conocido que cuando a los detenidos se les niega servicios médicos supervisados para la abstinencia de adicción a drogas y alcohol, esto puede resultar en varios efectos de salud graves, incluyendo la muerte. María Viera estaría viva si hubiese recibido atención de salud adecuada dado sus necesidades médicas graves durante su estadía de tres días en la Cárcel del Condado de Monroe".
El informe estatal dijo que la atención de Viera fue supervisada por una enfermera que tenía sólo un año de experiencia y manejó mal el caso. Tras la comparecencia de Viera el 1 de septiembre, 2010, el informe dijo que se suponía que ella fuera puesta en la lista de desintoxicación para poder recibir un segundo examen médico, pero en su lugar fue puesta en una celda en la cárcel donde murió. La mala comunicación entre el personal de seguridad de la cárcel y el personal médico de CMC también fue citada en el informe.
En su respuesta por escrito al informe de la comisión, obtenida también por El Mensajero Católico bajo la Ley de Libertad de Información, CMC escribió que la enfermera involucrada en el caso de Viera había recibido una orientación de tres meses bajo la supervisión de la directora de enfermería de la compañía. La enfermera "fue considerada competente para practicar en el área de admisiones y tenía respaldo apropiado y disponible si se necesitaba", dijo la respuesta de CMC.
El portavoz del Condado de Monroe Justin Feasel declinó por e-mail el 23 de abril, 2014, responder a las preguntas sobre la demanda o el contrato del condado con CMC.
En respuesta escrita a la Comisión de Corrección — copia de la cual fue enviada por e-mail a El Mensajero Católico en abril del 2013 por el Cabo John Helfer, oficial de información pública del Departamento de Alguacil del Condado de Monroe — el alguacil Patrick O’Flynn dijo que "como en todos los casos de muerte de confinados, llevamos a cabo una investigación exhaustiva de las circunstancias respecto a este asunto. Esa investigación incluyó una evaluación completa de todos los diputados señalados en su informe".
Helfer dijo a El Mensajero Católico en abril del 2013 que la Comisión de Corrección estatal hizo una sola recomendación en el caso de Viera, aconsejando a la oficina del alguacil que revisara el desempeño de los diputados asignados a su caso. El informe estatal encontró "que Viera estuvo muerta por un período largo de tiempo antes de que se descubriera".
Luego de informes noticieros en varios periódicos de la zona septentrional de Nueva York respecto a nueve muertes ocurridas bajo la atención de CMC entre el 2009 y el 2011, la portavoz antigua de CMC Jessica Bassett dijo a El Mensajero Católico en un e-mail del 25 de abril, 2013, que la compañía cumple o excede los estándares locales y nacionales establecidos por la Comisión nacional de Servicios de Salud Correccional.
Además, Bassett dijo que la compañía emplea personal médico licenciado calificado y dedicado y ha proporcionado atención para los confinados en Nueva York por 11 años. En el 2011, CMC ofreció a todos los enfermeros de su instalación un programa educativo obligatorio respecto a la evaluación y manejo apropiado de la abstinencia de drogas y alcohol, dijo.
"Además, la mayoría de nuestro proveedores también tratan a pacientes en su práctica privada o en hospitales — y no hay diferencia en cuanto a la calidad del servicio que estos profesionales proveen a sus pacientes confinados o no confinados", observó ella.
Bassett dijo también que algunos confinados tienen condiciones preexistentes al momento de su encarcelación.
"Generalmente, las personas encarceladas presentan más retos de salud que el resto del público" dijo. "En ciertas instancias, los confinados — al igual que los no confinados — tendrán resultados de salud negativos que simplemente no se pueden evitar, a pesar de la mejor atención médica".