El ministerio migrante celebra una década de servicio local

ROCHESTER – Jim Schmidt describió su experiencia como algo surrealista: Cuarenta y cuatro años después de haber escoltado al Senador Robert F. Kennedy a los campos de migrantes en el Condado de Wayne, Schmidt presentó a su hija Kerry Kennedy a los trabajadores migrantes en el Condado de Genesee.

"No sé cómo describirlo", explicó Schmidt el 12 de mayo durante la celebración del décimo aniversario del Ministerio Rural y Migrante en el oeste del estado de Nueva York. "Me trajo muchos recuerdos y el impacto que él (Kennedy) tuvo en mi vida. Sus palabras y sus acciones me influenciaron para que siguiera haciendo el tipo de trabajo que he hecho todos estos años".

Desafortunadamente, la vida de los trabajadores ha cambiado muy poco en estas cuatro décadas, eso es por lo que los esfuerzo para mejorar sus vidas deben continuar, añadió Schmidt, antiguo director de los Servicios Legales para los Trabajadores del Campo de Nueva York.

"Es frustrante", dijo él. "Los trabajadores todavía están oprimidos. Los trabajadores todavía son explotados".

Kennedy recorrió campos de migrantes con Schmidt antes de hablar durante el evento del Ministerio Rural y Migrante en la Primera Iglesia Unitaria de Rochester que también honró los 30 años de trabajo de justicia social de la organización ecuménica en el estado de Nueva York.

En una entrevista antes de su discurso, Kennedy dijo que ella empezó su labor como activista de los derechos humanos hace 30 años. Ella recuerda haber escogido a Cesar Chávez para hacer una biografía como tarea en el sexto grado y que una amiga no sabía nada sobre el campeón de los trabajadores migrantes que fundó la Asociación Nacional de Trabajadores del Campo y que luego fundó los Trabajadores del Campo Unidos de América, junto con Dolores Huerta.

"Pero estas eran cuestiones que se discutían en mi casa, con las que crecí", explicó ella. "En mi mundo eran conocidas y muy importantes".

En años recientes, Kennedy ha apoyado a los trabajadores del campo del estado de Nueva York, pidiendo a los legisladores que aprueben una ley que les daría los mismos derechos laborales que los de otros trabajadores. El Senado estatal volvió a rechazar la ley de Prácticas Laborales Justas para los Trabajadores del Campo el verano pasado, tras diez años de esfuerzos para hacerla aprobar.

Uno de los mayores retos para hacer aprobar la ley, explicó Kennedy, es que los trabajadores del campo no tienen poder político. No votan; no son ricos y no tienen un líder como Chávez que pelee por ellos como él hizo en la década del 1960 en estados tales como California, añadió ella. Kennedy dijo que ella sufre junto con los granjeros de pequeñas fincas que luchan para subsistir.

"Nadie quiere ver cerrarse a las pequeñas fincas familiares", dijo ella. "La solución para acabar con la pobreza no es poner a más personas en la pobreza".

Además, esta es una cuestión que toca a los latinos y la mayoría de los legisladores que representan a los latinos en Nueva York son de distritos urbanos.

"Ellos no conocen mucho de estos problemas" añadió ella. "Y no se preocupan mucho porque no los atañe".

Cualesquiera que sean los obstáculos, dijo Kennedy, no hay una razón que explique por qué los Estados Unidos permite que los trabajadores que cosechan la comida vivan en la pobreza o la miseria.

"¿Cómo es posible que la nación más rica del mundo permita esta injusticia?" Pienso que las cosas cambiarán. Pero los cambios más grandes ocurren gracias al trabajo de pequeños grupos de personas que tienen determinación".

Como esta cuestión es tan importante y compleja, Kennedy dijo que ella no dudó en apoyar los esfuerzos del Ministerio Rural y Migrante cuando oyó por primera vez sobre esa organización hace muchos años. Y ella añadió que aplaude la tenacidad de los miembros que exigen la igualdad de derechos laborales justos para los trabajadores del campo.

"Han hecho progresos", dijo ella. "Pero nos falta mucho por hacer."

El Reverendo Richard Witt, director ejecutivo del Ministerio Rural y Migrante, dijo que la organización, basada en Albany, empezó a trabajar en el oeste de Nueva York cuando los activistas de los trabajadores del campo aquí se dieron cuenta que necesitaban un componente religioso para abogar por un cambio sistémico. El Ministerio Migrante Hispano de la Diócesis de Rochester se convirtió así en uno de sus principales socios, añadió él.

Los esfuerzos incluyen marchas en el estado, conferencias tituladas "Cosechando Justicia" en Batavia y en Rochester, un festival de películas, talleres sobre normas públicas y la creación de un nuevo centro de educación en el Condado de Wayne, dijo Witt.

Francisco Olivera que participó con otros compañeros trabajadores del campo en un grupo musical durante el evento, dijo que el apoyo de organizaciones tales como el Ministerio Rural y Migrante tiene un gran impacto en los trabajadores. Él dice que mantiene la esperanza que aprueben el proyecto de ley sobre los trabajadores del campo.

"Uno se siente muy bien", dijo Olivera, que es de Oaxaca, México y ha vivido en el área desde el 2000. "Nos da ánimo a seguir trabajando en los campos y seguir luchando para un futuro mejor para los hijos".

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