El ministerio urbano en la Ciudad de Rochester debe ser una prioridad para toda la diócesis, según dirigentes diocesanos y un equipo de estudio nombrado por el Obispo Mateo H. Clark. Con ese propósito, se han seguido las recomendaciones del equipo de estudio para mejorar la vitalidad de las iglesias de Rochester con el apoyo de parroquias de los suburbios y de áreas más alejadas.
El mes pasado Bernard Grizard, director diocesano de Ministerios de Apoyo a las Parroquias les presentó a los dirigentes diocesanos los hallazgos y recomendaciones del Grupo de Estudio para el Desarrollo del Ministerio Urbano. La primavera pasada, el grupo, dirigido por Daniel Meyers, presidente de Al Sigl Center, comenzó a determinar como usar mejor los recursos limitados de la diócesis para satisfacer las necesidades de las parroquias y los barrios de Rochester. El grupo también le presentó sus recomendaciones al Consejo Presbiteral a principios del otoño.
"Todos los miembros del grupo sintieron que fue un honor que el Obispo les pidiera que estudiaran los problemas que confronta nuestra presencia católica en la Ciudad de Rochester y las oportunidades que tenemos para continuar una fuerte presencia en el futuro", dijo Meyer en un correo electrónico.
Grizard dijo que el Obispo les pidió a los 20 miembros del grupo que examinaran las siguientes áreas: ministerio, configuración de las parroquias y fondos. Las estadísticas del grupo fueron desalentadoras, dijo Grizard; por ejemplo, la ciudad ha perdido un tercio de las parroquias durante la década pasada y por lo tanto, un tercio de sus feligreses. Aún la asistencia a las Misas en español ha disminuido en un 18 por ciento durante ese tiempo, comentó Grizard.
La disminución de la asistencia a Misa y la pérdida de feligreses en Rochester no es una sorpresa, dijo Grizard, observando que la población asiática y del pacífico en la ciudad está creciendo. "Es parte de la tendencia", dijo él. "Los grupos que están llegando no son católicos".
El equipo de estudio también examinó la configuración de las parroquias y buscó maneras cómo las parroquias de la ciudad pueden colaborar en sus ministerios para maximizar los recursos y no duplicar los servicios, añadió él.
"¿Estamos configurándonos en la ciudad de una manera sensata?" fue una de las preguntas principales que estudió el equipo, explicó Grizard.
La respuesta a esas preguntas fue parte de las múltiples recomendaciones del grupo, añadió él, algunas de las cuales el Obispo ya ha comenzado a implementar, incluyendo contratar personal adicional. El 6 de noviembre, en una carta dirigida a los párrocos y administradores pastorales, el Obispo Clark, anunció el nombramiento de la Hermana de la Misericordia Janet Korn como coordinadora del ministerio urbano, y el de Thomas Kubus, presidente del comité de finanzas de la Parroquias Paz de Cristo, como coordinador de finanzas de la diócesis para trabajar con las parroquias urbanas. La carta del Obispo explicó que la experiencia de la Hermana Korn con el Proyecto Unidad, que creó relaciones entre las parroquias urbanas, suburbanas y rurales, como también su experiencia con la iniciativa Fe Justa hicieron que fuera la persona adecuada para el nuevo puesto.
"Por medio de estas acciones y por el trabajo que se realizará con respecto al ministerio urbano, yo afirmo el valor de una iglesia urbana compuesta por comunidades de fe vibrantes y sensibles que sirven a Cristo "en el menor de nuestros hermanos y hermanas", dijo el Obispo Clark en su carta. "Honramos la diversidad de culturas que hay en nuestro medio y adoptamos la opción preferencial por el pobre".
Las otras recomendaciones del grupo fueron:
- Establecer un consejo de asesoría parroquial, nombrado por el obispo, para ofrecer apoyo financiero y supervisión a algunos de los complejos urbanos, hacer planificación estratégica y buscar pericia sobre bienes inmuebles.
- Desarrollar una cumbre urbana en varias etapas para concentrarse en las necesidades ministeriales de los residentes de la ciudad e incluir la participación de las agencias de la comunidad y de otras iglesias. Satisfacer las necesidades de los feligreses urbanos, "no es solo un problema de la Iglesia Católica", dijo Grizard
- Explorar otros modelos de ministerio, como la organización House of Mercy, que sirve a los sin hogar, y proporcionar apoyo e instrucción a los feligreses que quieren ejercer un ministerio.
- Mejorar las relaciones entre las parroquias urbanas y suburbanas. "Lo que ocurre en la ciudad no es un problema que debe ser resuelto solamente por las personas que trabajan en la ciudad", explicó Grizard. "Estos son nuestros problemas, nuestros retos. No podemos seguir siendo iglesias de los suburbios si no nos preocupamos de las iglesias urbanas".
- Estudiar áreas potenciales donde se puedan consolidar parroquias o ministerios
- Generar fondos por medios de nuevas contribuciones de parroquias de los doce condados de la diócesis basándose en su nivel de entradas. Las contribuciones se podrían pedir a parroquias con valores de más de $200,000 o que reciban colectas con un total de $200,000 o más. Si esta propuesta fuera aceptadas, las parroquias tendrían hasta el próximo año fiscal para determinar cómo pagarían las nuevas contribuciones, dijo Grizard.
El Padre Robert Schrader, párroco de la parroquia Paz de Cristo y presidente del consejo presbiteral, dijo que uno de los puntos principales de las recomendaciones es que la diócesis entera debe trabajar para mantener una presencia católica en Rochester.
"Solo porque no tenemos suficiente dinero para apoyar la presencia de parroquias estructuradas o de la iglesia (en la ciudad) no significa que no se necesite ahí la presencia de esas parroquias ", dijo el Padre Schrader. "Tenemos que buscar la mejor manera de ser iglesia en y por la ciudad… con el apoyo nuestro o de los suburbios".