Por Cindy Wooden
Catholic News Service
WASHINGTON (CNS) — El pasado, la promesa y el potencial de Estados Unidos no pueden ser sofocados por la argumentación y hasta el odio en tiempos en que el pueblo estadounidense y hasta el mundo necesitan una mano de ayuda, dijo el papa Francisco ante el Congreso de Estados Unidos.
Haciendo historia al ser el primer papa en dirigirse a una reunión conjunta del Congreso, el papa Francisco fue presentado a los legisladores el 24 de septiembre por el sargento de armas de la Cámara como: Sr. portavoz, el papa de la Santa Sede".
El papa se presentó, sin embargo, como hijo del continente Americano que fue bendecido por el "nuevo mundo" y por el cual siente una responsabilidad.
En un largo discurso él dio la impresión de ver Estados Unidos como un país dividido, uno tan enfocado en ponerse malos nombres los unos a los otros que se arriesga a perder de vista cuán impresionante este puede ser cuando su pueblo se une para el bien común. Es ahí cuando este es un faro de esperanza para el mundo, él dijo.
El papa Francisco condenó la legalización del aborto, la pena capital y las ventas inescrupulosas de armamentos. Él hizo un llamado al Congreso a "aprovechar el momento" siguiendo adelante con la normalización de relaciones con Cuba. Y, otra vez, refiriéndose a sí mismo como "hijo de inmigrantes" — y señalando que muchos legisladores también lo son — suplicó mayor apertura a aceptar a los inmigrantes.
Un reportero le había preguntado en julio por qué él habla tanto de los pobres y los ricos pero raramente sobre las vidas y las luchas de la clase media que trabaja arduamente y paga impuestos. El resultado de una promesa de corregir eso fue el discurso ante el Congreso y a través del Congreso al pueblo estadounidense.
"Quisiera tener la oportunidad de dialogar con miles de hombres y mujeres que luchan cada di?a para trabajar honradamente para llevar a casa el pan nuestro de cada, para ahorrar y, la mayor parte del tiempo, conseguir una vida mejor para sus familias", dijo el papa.
"Estos son hombres y mujeres que no les importa simplemente pagar sus impuestos, sino que con su trabajo silencioso sostienen la vida de la sociedad", él dijo. "Ellos generan solidaridad con sus acciones y crean organizaciones que ofrecen una mano de ayuda a aquellos ma?s necesitados".
Demostrando que había estudiado Estados Unidos antes de la visita, algo que había dicho que haría durante el receso de Roma, él usó cuatro ciudadanos estadounidenses icónicos como modelos relevantes de virtud para los estadounidenses de hoy día: Abraham Lincoln, el reverendo Martin Luther King Jr., Dorothy Day y Thomas Merton.
"Una nacio?n puede ser considerada grande cuando defiende la libertad como lo hizo Lincoln; cuando fomenta una cultura que le permite a su gente son?ar con plenos derechos para sus hermanos y hermanas, como Martin Luther King procuró hacerlo; cuando lucha por la justicia y la causa de los oprimidos como Dorothy Day lo hizo con su incansable trabajo, fruto de una fe que se convierte en dia?logo y siembra paz al estilo contemplativo de Thomas Merton", dijo el papa.
Describiendo el servicio político con el mismo tono usado para describir una vocación a la vida religiosa — "a esto ustedes han sido invitados, llamados y convocados por aquellos que los eligieron" — el papa reconoció la pesada responsabilidad de ser miembro del Congreso de Estados Unidos.
El diálogo, él dijo, es la única manera de manejar la presión de cumplir el llamado a servir el bien común, promoviendo una cultura "de esperanza y de reconciliación, de paz y de justicia".
Antes del discurso, el papa Francisco estuvo parado en la oficina de la Cámara frente al republicano John Boehner, portavoz de la Cámara, y en la de Joe Biden, presidente del Senado. Ambos son católicos. Aparte de los senadores, los representantes y sus invitados individuales, los asistentes incluyeron los miembros del Tribunal Supremo de Estado Unidos y miembros del gabinete del presidente Barack Obama.
Decenas de miles de personas observaron y escucharon el discurso en una pantalla gigante en el césped occidental del capitolio. Reunidos horas antes de la visita matutina del papa, ellos fueron entretenidos por bandas militares.
En su discurso, el papa Francisco prestó fuerte apoyo a varias preocupaciones de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos y de fieles católicos, incluyendo la defensa del derecho de la gente a vivir públicamente su fe y a unirse a debates políticos desde una perspectiva religiosa.
"Es importante hoy, como en el pasado, que la voz de la fe siga siendo escuchada porque es una voz de fraternidad y de amor que intenta extraer lo mejor de cada persona y de cada sociedad", él dijo. El diálogo que el país necesita tiene que ser de mutuo respeto de "nuestras diferencias y nuestras convicciones de consciencia".
"Toda vida es sagrada", él insistió, llamando a la "abolición mundial de la pena de muerte" y "la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo".
Algunos políticos y comentaristas estadounidenses han expresado confusión y hasta ira debido a la enseñanza del papa Francisco sobre el daño provocado cuando el dinero y las ganancias cuentan más que la gente. El papa insiste en que sus palabras provienen directamente de la doctrina social católica.
Su discurso ante el Congreso incluyó más que doctrina, profundizando en los aspectos positivos de una economía de mercado, siempre y cuando esta sea ética e incluya controles, solidaridad y una red de seguridad para los más pobres y débiles de la sociedad.
"La creación y distribución de riqueza" obviamente es importante para los esfuerzos en curso para reducir la pobreza en Estados Unidos y en todo el mundo, él dijo. "El justo uso de los recursos naturales, la aplicacio?n de soluciones tecnolo?gicas y la gui?a del espi?ritu emprendedor son parte indispensable de una economi?a que busca ser moderna pero especialmente solidaria y sustentable".
"La actividad empresarial es una noble vocacio?n" cuando procura el bien común, dijo el papa Francisco. Y hoy día, él le dijo a los legisladores, el bien común incluye proteger el medio ambiente y tomar medidas atrevidas "para evitar las ma?s grandes consecuencias que surgen del degrado ambiental provocado por la actividad humana".
Después del discurso de él, Bohener llevó al papa Francisco a la sala del santuario del capitolio y le mostró una estatua de san Junípero Serra, a quien el papa canonizó el día anterior.
El papa entonces procedió hacia el pórtico occidental del capitolio, donde decenas de miles de personas con boletos habían esperado durante horas.
"Buenos días a todos", él dijo en español y luego bendijo a la multitud.
"Estoy tan agradecido por su bienvenida y su presencia", él dijo. "Agradezco a los personajes más importantes, los niños. Quiero pedirle a Dios que los bendiga: Señor, padre nuestro de todos, bendice a este pueblo, bendice a estos, bendice a cada uno de ellos, bendice a sus familias. Dales lo que más necesitan. Y les pido por favor a ustedes que recen por mí. Y si entre ustedes hay algunos que no creen, o no puedan rezar, les pido por favor que me deseen cosas buenas".
El papa Francisco añadió una frase en inglés: Gracias, muchas gracias, y que Dios bendiga a América.