By David Agren
Catholic News Service
NEW YORK (CNS) — El papa Francisco animó a un grupo de estudiantes de escuela católica e inmigrantes a vivir con alegría y a que se atrevan a soñar. También iluminó la experiencia del inmigrante de forma que los niños lo pudieran entender, comparándola con la búsqueda de aceptación y ganancia de amigos en la escuela, que no siempre es un lugar fácil para sentirse a gusto o encontrar el camino.
"Me dicen que una de las bonitas cosas de esta escuela es que algunos de los estudiantes vienen de otras partes, incluso de otros países", les dijo el papa Francisco a los estudiantes y a un grupo de inmigrantes de la escuela de Nuestra Señora Reina de los Ángeles, que visitó el 25 de septiembre.
"Bien sé que no es fácil tener que cambiarse y encontrar una nueva casa, nuevos vecinos y nuevos amigos", dijo el papa. "Al principio eso puede ser difícil. … Con frecuencia uno tiene que aprender una nueva lengua, ajustarse a una nueva cultura. … ¡Hay tanto que aprender! Y no solamente en la escuela".
Con este mensaje, expresado en forma sencilla, el papa continuó su llamado para las actitudes inclusivas y acciones a favor de los inmigrantes, que con frecuencia ocupan lugares de la periferia, hacia los cuales el papa quiere que se lleve el Evangelio. Los inmigrantes de la escuela lo saludaron personalmente, entablaron pláticas breves y leyeron del Evangelio de San Mateo, capítulo 25: "Yo era forastero y me recibieron ustedes".
En la escuela de Our Lady of the Angels se atiende a hispanos de Harlem, sección de Nueva York que originalmente era para los afroamericanos, que entonces estaban recién llegados de Puerto Rico y la República Dominicana. Últimamente son los mexicanos que han llegado en grandes cantidades.
Algunos residentes expresaron la esperanza de que el papa hablara sobre el tema de la inmigración y que se facilitaran las relaciones entre grupos de inmigrantes de la zona.
"Acá todos somos inmigrantes. Venimos en busca de una vida mejor", dijo Vianel García, gerente de un salón de belleza al cruzar la calle, frente a la escuela. El establecimiento estaba adornado con cartulinas en las que se le pedía al papa "Venga usted y denos su bendición".
"Me gusta escuchar mensajes de unidad entre todos los hispanos", añadió.
Mientras estaba el papa en la escuela, habló de sueños e hizo referencia a otro dirigente religioso, el reverendo Martin Luther King Jr., a quien también el papa había destacado en su discurso ante el Congreso.
"Un día él dijo: ‘Yo tengo un sueño’. Su sueño era el de que sus hijos y muchas otras personas pudieran gozar de iguales oportunidades. Su sueño era el de que muchos niños como ustedes pudieran tener una educación", dijo el papa.
"En donde quiera que haya sueños, hay alegría y Jesús siempre está presente", dijo.
Pero el papa advirtió que alguien quería sembrar la semilla de la desconfianza, de la envidia, deseos diabólicos y robar los sueños: el diablo.
"El diablo no quiere que seamos felices", dijo el papa Francisco.
Con la visita del papa a la escuela de Our Lady of the Angels se presentó un recordatorio del papel que la educación católica y su misión en comunidades parroquiales ha tenido para fortalecer las actividades académicas y para diseminar valores de la iglesia a generaciones de niños, que con frecuencia son inmigrantes y que luchan por ajustarse a un nuevo país y una nueva cultura.
La educación católica ha cambiado, con un número menor de comunidades religiosas que dirigen escuelas y grupos de gente laica católica que ha tomado su lugar y ofrecen opciones innovadoras, que con frecuencia tienen atractivo para familias que no son católicas, dijo el padre de la Santa Cruz, Timothy Scully, director del Institute for Educational Initiatives de la universidad de Notre Dame.
"Hemos visto mayor cooperación de seglares" y "de tendencias sociales empresariales", dijo el padre Scully.
Muchos de los estudiantes de escuelas católicas no son católicos ellos mismos y muchos vienen de familias de inmigrantes: un 69 por ciento de todos los estudiantes de la escuela de Nuestra Señora Reina de los Ángeles vienen de estos orígenes.
"La evidencia es clara de que a mayor desventaja, mayor ventaja para la educación católica" en ayuda de los estudiantes para que se superen, dijo el padre Scully. "El papa trata de subrayar la importancia de estas ventajas de recursos cívicos".
El papa Francisco y los estudiantes rezaron el Ave María juntos; y después algunos estudiantes le demostraron al papa sus proyectos de ciencias en los que se destacaban temas del medio ambiente. E incluso le demostraron al papa una pantalla táctil y una niña le pidió al papa que presionara dos veces.
El papa había empezado su discurso disculpándose por quitarles a los estudiantes tiempo de sus estudios y terminó dejándoles una tarea.
"Por favor, no se les olvide rezar por mí para que pueda compartir con muchas personas la alegría de Jesús", dijo el papa. "Y vamos a rezar también para que muchas otras personas puedan compartir la alegría como ustedes".
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