Cincuenta años después de que Martin Luther King Jr. escribiera la "Carta desde la cárcel de Birmingham", denunciando a sus hermanos en el clero por no trabajar en pro de la justicia racial, un grupo de líderes religiosos nacionales se reunió en la primavera para escribir una respuesta y comprometerse a actuar en contra del racismo.
A la misma vez, un grupo de organizaciones de Rochester se reunió para las conversaciones de la comunidad sobre la raza, desatadas por la reciente exposición "Raza: ¿Somos tan diferentes?" del Museo y Centro de Ciencias de Rochester.
A medida que las conversaciones sobre la raza continúan en el área, la directora de diversidad cultural diocesana dijo que la raza es un tema que la Diócesis de Rochester ha estado examinando muy de cerca.
Mientras tanto, los católicos con trasfondos culturales diversos dicen que hay mucho trabajo por hacer para luchar contra el racismo.
Trabajo por hacer
En un discurso reciente respondiendo a la carta del 1963 de King, el Arzobispo de Louisville Joseph Kurtz hizo eco de la necesidad de más acción en contra del racismo. El Arzobispo fue uno de varios líderes religiosos que habló en Birmingham, Ala., el 14 y 15 de abril en conmemoración de la "Carta desde la cárcel de Birmingham", de King que llamó la atención de los líderes religiosos de su tiempo por no luchar por la justicia social.
"Este encuentro permite no solo una respuesta por escrito sino también una que figura como testimonio vivo," dijo el Arzobispo Kurtz. "Nuestro testimonio viviente tiene tres elementos. Por eso, hoy en día, debemos pedir perdón por los errores pasados, agradecer las palabras que ya han rendido frutos y resolver tomar más acción."
Un enfoque múltiple en la lucha contra el racismo también se está llevando a cabo en la Diócesis de Rochester, donde hace un año las oficinas diocesanas para distintos grupos culturales se combinaron en una sola: la Oficina para la Diversidad Cultural, que forma parte del departamento diocesano de Servicios a las Parroquias y el Clero. Lynette Saenz, directora de la oficina de diversidad cultural, dijo que el tener una oficina combinada ha permitido a la diócesis adoptar un enfoque más centralizado a la diversidad cultural, ya que los grupos culturales se enfrentan a muchos problemas similares.
"Estaban sucediendo muchas cosas con cada grupo (cultural), pero no había una gran cantidad de solapamiento (entre los grupos culturales)," dijo Saenz. Un ejemplo de esta nueva colaboración fue una misa multicultural organizada por la oficina en octubre.
La oficina busca educar a los representantes parroquiales respecto a la diversidad; ampliar la misión y el alcance de los diversos grupos culturales; apoyar los ministerios de los refugiados y coordinar las comisiones de liderazgo de base de los líderes de los grupos culturales principales en la diócesis: comunidades asiáticas y del Pacífico, hispanas/latinas y afroamericanas/negras. Sáenz dijo que cada comisión tiene como objetivo tratar y comunicar las necesidades de su respectiva comunidad, así como desarrollar e implementar un plan pastoral de la comunidad.
Hasta la fecha, el Plan Pastoral Diocesano para los Católicos Hispanos fue lanzado el pasado noviembre, y la diócesis está adaptando para uso local el Plan Pastoral Nacional para Ministerio con los Católicos Negros. Se está desarrollando un plan para los católicos asiáticos y del Pacífico, y Saenz dijo que se están reclutando miembros adicionales para las diferentes comisiones.
La oficina también está trabajando para crear planes pastorales para grupos tales como católicos sordos, que hablan otro lenguaje (lenguaje por señas) y tienen una cultura diferente.
Una vez que los planes pastorales para los grupos culturales se terminen, una prioridad alta de la oficina será la promoción de oportunidades para la evangelización y formación para los líderes de las diversas comunidades en la diócesis, dijo Saenz.
"Deseamos encontrar dónde están las personas y desarrollar estrategias para acercarnos y comunicarnos con ellas, y asegurarnos de que conocemos las cosas buenas que están sucediendo en nuestras parroquias y en nuestra comunidad", añadió Saenz.
Bancos acogedores
Mientras tanto, a nivel parroquial, los católicos con diferentes trasfondos culturales dicen que las personas en los bancos deben ser parte de las estrategias para hacer que las comunidades de fe sean más acogedoras.
La sensación hogareña que ella obtiene en la Parroquia Santa María en Rochester es la razón por la cual Shirley Cirillo de Walworth viaja 20 millas para asistir a la iglesia. Ella encontró la parroquia después de visitar a varias cuando se mudó a Rochester para hacer su residencia en neurología en el Hospital Strong Memorial.
La parroquia es lo suficientemente diversa para que Cirillo, de origen étnico chino y criada en Filipina antes de mudarse a Rochester hace 20 años, se sienta como en casa. Cirillo, miembro de la Comisión de Liderazgo de Asia y el Pacífico, dice que ella cree que cada feligrés tiene el deber de ser acogedor y hospitalario — especialmente si un extraño está sentado en "su asiento".
"En algunas iglesias, ellos inclinan la cabeza, pero es un gesto que dice, ‘No sé si deseo hablar con usted’ ", dijo Cirillo.
Ella dice que trata de saludar a las personas que no conoce, aunque a veces ella se presenta a sí misma a alguien que no es un recién llegado sino un feligrés que normalmente asiste a misa a otra hora. Pero ella dice que la necesidad de crear una parroquia acogedora merece la pena de cualquier tipo de vergüenza temporera.
El temor a la vergüenza de decir algo erróneo es también una de las razones por las cuales las personas a veces evitan hablar de asuntos tales como la raza, dijo Gaynelle Wethers, directora de asuntos multiculturales en el Colegio Nazareth y feligresa de la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Rochester.
La gente necesita participar en conversaciones difíciles e incómodas acerca de la raza, dijo ella, porque el no decir algo evita que la gente sobrepase el racismo.
"Está bien temer, no sentirse cómodo," dijo Wethers. Tenemos que movernos hacia adelante".
Wethers se crió en Nueva Orleans donde asistió a iglesias segregadas, y en la "iglesia blanca" tenía que sentarse en la parte de atrás. Señaló que su sanidad racial ocurrió en parte por las religiosas en su escuela – que eran negras y católicas — fueron buenas con ella y confiaban en ella.
Sin embargo ella dice que tenía la esperanza que a estas alturas la iglesia católica habría hecho más adelanto en el camino hacia la integración de lo que ha hecho.
"Nuestras iglesias no están integradas del todo, y esto me apena todavía," dijo Wethers.
Ignorar la diversidad
Un estudio nacional publicado en el 2011 confirma lo que dice Wethers respecto a que los problemas raciales todavía existen en las parroquias.
El estudio, auspiciado por el Congreso Católico Negro Nacional y la Universidad de Notre Dame, observó que uno de cuatro católicos afroamericanos percibe racismo en sus parroquias. De las personas que contestaron, 31.5 por ciento dijeron que se sentían incómodas porque eran las únicas personas de color en sus parroquias, mientras que 25.9 por ciento dijeron que los compañeros feligreses les evitaban debido a su raza, 23.6 dijeron que los compañeros feligreses a regañadientes le dan la mano y 24.9 dijeron haber experimentado insensibilidad racial hacia los afroamericanos de parte de sus sacerdotes.
Saenz dijo que el estudio de Notre Dame reveló que muchos desearían que sus iglesias reconocieran su raza y su presencia.
"Al no reconocer las diferencias, usted sin intención hace que las personas sientan que no pertenecen," dijo ella.
Saenz observó que la música es una manera para garantizar que todos se sientan acogidos y de incluir a todos en su fe.
"Es muy bueno cuando uno asiste a una parroquia que no es tradicionalmente hispana, afroamericana o asiática y escucha música que es familiar (para las personas que tienen diversos trasfondos)," dijo.
La oportunidad de escuchar música de adoración del Caribe es una de las razones por las cuales Ozzie Hezekiah, oriundo de Trinidad, asiste a la Misa Caribeña diocesana anual, que tuvo lugar este año el 9 de junio a la 1:00 p.m. en la Iglesia Santa Mónica, 831 Genesee St., Rochester. Santa Mónica será sede también de una noche de alabanza y adoración el 7 de junio de 7 a 9 p.m.
Hezekiah, que viaja desde Greece, condado de Monroe, a la Iglesia Nuestra Señora de las Américas en la Parroquia San Francis Xavier Cabrini para asistir a misa, dice que desearía que los eventos católicos caribeños ocurrieran con más frecuencia que una vez al año. En la Trinidad de su juventud, la iglesia católica estaba más entrelazada con la cultura caribeña que lo que está en la cultura americana, dijo él, señalando, por ejemplo, que el día del santo patrón era día feriado nacional.
"Muchos católicos de Trinidad que conozco vienen aquí y pierden su fe," dijo Hezekiah. "Pierden el interés".
Wethers dijo que de la misma manera ella ha observado compañeros católicos negros que están perdiendo la conexión con su fe.
"Si vamos a revivir a nuestra iglesia, esto tiene que hacerse a través de la gente joven y tiene que ser la energía y emoción", añadió.
NOTA DE LA REDACCIÓN: La segunda y final parte de esta serie enfocará cómo las parroquias locales están trabajando a favor de la justicia social en la sociedad. Vea la historia en el sitio web de El Mensajero Católico, elmensajerorochester.com.