Por Dennis Sadowski
Catholic News Service
WASHINGTON (CNS) — Extensión Católica planea ampliar su extensión en la región caribeña financiando reconstrucción en Cuba y ampliando su involucramiento en Puerto Rico de más de un siglo en respuesta a la actual crisis de la deuda de la isla.
El esfuerzo solidificará las relaciones largas entre los católicos estadounidenses, cubanos y puertorriqueños en respuesta a la súplica del papa Francisco para el Jubileo de la Misericordia de extenderse hacia la gente en necesidad, dijo padre Jack Wall, presidente de Extensión Católica, durante una conferencia de prensa el 26 de septiembre que se emitió en directo por internet desde Chicago.
"Es importante que continuemos estando juntos como un pueblo de fe unido", dijo padre Wall.
"Esto es algo que tenemos que hacer. Tenemos que convertirnos en una bendición unos para otros. Estamos en nuestra mejor forma cuando podemos descubrir cómo podemos ser bendiciones unos para otros", él dijo en respuesta a una pregunta.
La extensión hacia la Iglesia Católica cubana es la primera para Extensión Católica, que tradicionalmente le sirve a comunidades pobres aisladas en Estados Unidos y en territorios estadounidenses. El trabajo de Extensión Católica en Puerto Rico comenzó en 1908.
La agencia no había fijado una cantidad monetaria y una portavoz de Extensión Católica dijo a Catholic News Service que la organización estaba discutiendo las cifras finales.
Extensión Católica señaló en documentos relacionados que ha provisto más de $54 millones en fondos para proyectos y programas en las seis diócesis de Puerto Rico durante 108 años, con unos $22 millones gastados en 1,400 proyectos de construcción.
El esfuerzo en Cuba se enfocará en construir y reparar iglesias, instalaciones eclesiásticas y escuelas, muchas de las cuales han sido dañadas por tormentas que ha impactado la isla a 90 millas de Florida.
Padre Wall dijo que el ministerio cubano se hizo posible debido al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, el cual fue anunciado en diciembre del 2014 después que el papa Francisco personalmente le suplicara al presidente Barack Obama y al presidente cubano Raúl Castro que sanaran las diferencias entre los países. Los esfuerzos del papa le siguieron a súplicas que san Juan Pablo II y el papa Benedicto XVI hicieron desde la década de 1970.
Seis obispos — dos de Cuba y cuatro de Puerto Rico — tomaron parte en el anuncio y acogieron el plan para invertir en sus ministerios pastorales.
El arzobispo Dionisio García Ibáñez de Santiago de Cuba señaló los fuertes vínculos entre las iglesia cubana y estadounidense que se han establecido a través de las décadas, particularmente ya que miles de cubanos se han reasentado en lugares como Miami, Nueva York, Washington y Los Ángeles.
"Gracias sean a Dios, el Espíritu ha movido la iglesia. En medio de estas necesidades en los momentos más difíciles somos una iglesia que ora, encarnada y misionera", dijo el arzobispo García.
"Ora porque sabemos que nuestra fortaleza viene solamente del Señor y si confiamos la iglesia irá adelante. Está encarnada porque … es primario que el Evangelio tiene que estar presente. Cristo puede sanar nuestras heridas y es allí mismo donde la iglesia debe estar. Es también misionera porque aunque tenemos recursos limitados el Espíritu ha movido la iglesia para salir en misión aun cuando era prohibido", él dijo a través de un intérprete.
El obispo Álvaro Beyra del Santísimo Salvador de Bayamo y Manzanillo, Cuba, elogió la iniciativa, llamándola histórica porque esta puede edificar relaciones más fuertes entre Cuba y Estados Unidos.
"Con la visita de Extensión Católica a Cuba experimentamos el misterio de la iglesia: ¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué la iglesia? Esto no es geográfico. Es el misterio de la fe, el misterio de la iglesia que permite esta unidad, este compartir de nuestra realidad que cada uno tiene. Esta es una experiencia de iglesia. Aquí es donde está la iglesia. Esta va más allá de razones sociológicas o históricas", él dijo, también a través de un intérprete.
Para Puerto Rico la expansión de la obra de Extensión Católica será particularmente útil, ya que el territorio enfrenta retos continuos causados por la crisis de deuda actual. El Congreso aprobó una ley en junio que está permitiendo que la isla reestructure miles de millones de dólares en deuda mientras previene demandas judiciales de acreedores que buscan reembolso de préstamos pendientes.
El arzobispo Roberto González Nieves de San Juan, presidente de la conferencia episcopal puertorriqueña, dijo que a pesar de la legislación los puertorriqueños enfrentan la posibilidad de recortes profundos en los servicios básicos, los servicios médicos y la educación. Él dijo que los jóvenes y los profesionales están abandonando la isla para empleos y mejores oportunidades en los estados continentales, dejando atrás a los ancianos y los pobres.
"La situación está evolucionando lentamente hacia lo que podría ser una crisis humanitaria muy seria", él dijo mientras le agradecía a Extensión Católica su compromiso.
"La Iglesia Católica en todas nuestras diócesis y Caritas están haciendo todo lo que podemos para atender la creciente pobreza en la isla", él añadió.
Cada uno de los otros tres prelados puertorriqueños, los obispos Rubén González Medina de Ponce, Daniel Fernández Torres de Arecibo y Eusebio Ramos Morales de Fajardo-Humacao, acogieron la iniciativa diciendo que esta permitiría que la iglesia atienda sus necesidades de infraestructura y fortalezca su presencia entre la gente que enfrenta hambre, vivienda sub adecuada y poco acceso a servicios médicos.